Ir al menú | Ir al contenido

Actualizado: 28/03/2024 20:07

Misiones, Medicina, Médicos

¿Está justificada la fama de la calidad de los médicos cubanos?

Cuestionan la capacidad de los facultativos debido a una preparación acelerada, así como hay quejas de estudiantes extranjeros que cursaron la carrera en la Isla

Con esta pregunta BBC Mundo titula un artículo al respecto. Difícil la respuesta en un asunto en que inevitablemente —y de forma negativa, cabe agregar— la política se mezcla con la labor humanitaria.

La existencia de una causa justa no le resta un ápice a un objetivo primordial de la campaña en favor de la lucha contra el ébola en África y la participación de los miles de médicos cubanos que brindan sus servicios en decenas de países en todo el mundo: el interés del gobierno de los hermanos Castro por mantener sin cambio su poder.

El sacrificio de miles de cubanos —en muchas ocasiones brindando asistencia médica en condiciones difíciles— contribuye al mantenimiento de un gobierno dictatorial. No de una forma elemental. No se trata de atacar o criticar la labor de los médicos, lo cual sería injusto. Cualquier alivio del dolor y toda cura de un padecimiento son meritorios en sí mismo. Pero hay dos males mayores que este esfuerzo dilata: la permanencia de un gobierno que suprime las libertades individuales y el encubrimiento de la ineficiencia de varios gobiernos —en especial en Latinoamérica y principalmente en Venezuela y Brasil— para resolver sus problemas.

El creciente envío de contingentes médicos a Latinoamérica y ahora a África no es tampoco la razón principal del renacer del régimen de La Habana, ocurrida en los últimos años. Más bien puede catalogarse de consecuencia. La razón fundamental del “segundo aire” —o quinto o sexto— que disfruta Castro es el chavismo en el poder en Venezuela y el alza desmedida de los precios del petróleo. Pero este efecto, beneficioso para miles de ciudadanos de otros países, también ha contribuido al reforzamiento de un gobierno perjudicial para millones cubanos. Ahora que los precios del crudo muestran un declive que al parecer se mantendrá, y que el gobierno del mandatario venezolano Nicolás Maduro da muestras constante de inseguridad, es lógico que La Habana esté preocupada por nuevas fuentes de ingreso.

Es parte de la lógica de un sistema, que para perpetuarse necesita tanto un objetivo internacional como un enemigo externo: un modelo que se repite en diferentes escenarios —y con diversos medios, tanto pacíficos como violentos— y que siempre se empeña en subordinar el destino nacional a un factor extranjero.

De acuerdo a un artículo de BBC Mundo aparecido en junio de 2013, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba le informó a dicha publicación que para esa fecha el contingente de cooperantes de la salud incluía a 15.000 médicos, 2.300 oftalmólogos, 15.000 licenciados, 5.000 técnicos de la salud y 800 personas de servicio que trabajan en 60 países y generan ingresos millonarios. Las cifras más optimistas de entonces hablaban de unos $5.000 millones al año.

Esos números se han incrementado en todos los renglones. En agosto de ese mismo año se anunció la contratación, por parte del gobierno brasileño, de 4.000 médicos cubanos para trabajar en áreas rurales y aisladas del país.

De acuerdo a la organización Solidaridad Sin Fronteras, dirigida por Julio César Alfonso, médico cubano que se exilió a EEUU en 1999, unos 5.000 médicos, enfermeras y terapistas cubanos han desertado de las misiones internacionales en la última década, según una información aparecida en el diario español El País el 5 de febrero de 2014.

Todos estos datos permiten volver a la interrogante al inicio de este artículo, más allá de los aspectos políticos ya mencionados.

Cuba se ha labrado en el último medio siglo una imagen como potencia médica.

A los miles de médicos formados en la Isla desde el inicio de la revolución liderada por Fidel Castro, se le suman las estadísticas que demuestran que el país caribeño ha logrado mantener los principales indicadores sanitarios al nivel de las naciones más desarrolladas, datos que por otra parte no dejan de ser cuestionados.

¿Fama o mito?

Para el representante de la Organización Panamericana de Salud (OPS) en Cuba, José Luis Di Fabio, el éxito de la medicina en la Isla, se debe a la formación y al enfoque preventivo del sistema sanitario cubano.

“La formación médica en Cuba y el sistema de salud se basa en la atención primaria, donde tenemos un médico de familia responsable de una población de unas mil personas, donde hay una relación estrecha del médico con la familia (...) Hay mucha experiencia en un trabajo de promoción de la salud y prevención y mucho contacto con la comunidad”, dijo Di Fabio a BBC Mundo.

La salud en Cuba es pública, gratuita y muchas medicinas están subvencionadas. No existen hospitales privados ni seguros médicos. Además, la enseñanza de la medicina también gratis. La carrera básica se estudia por seis años y es muy práctica. Desde el segundo año los alumnos cambian las aulas por salas de hospitales, y atiende pacientes con todo tipo de enfermedad.

Sin embargo, constantemente quienes viven en la Isla recurren a sus familiares en el exterior, para solicitarle desde medicinas hasta sábanas y pañales sanitarios, que no hay en Cuba o se venden en CUC.

En los últimos años, la preparación de los médicos cubanos ha sido puesta en tela de juicio en países como Brasil, Bolivia, Costa Rica o Chile que han calificado de deficiente la formación de los doctores cubanos que buscaban la revalidación en esos países.

A eso se suman las quejas de un grupo de estudiantes paquistaníes que cursaron medicina en Cuba y al regresar a su país lamentaron que las escuelas de medicina de la Isla estaban mal equipadas y la calidad de la educación era inferior a la de Pakistán, por lo que no podrían aprobar la prueba del Consejo Médico y Dental del país para revalidar sus títulos.

Algunos expertos aseguran que el deterioro de la medicina cubana se debe en parte a las misiones de médicos al exterior.

La exportación de servicios médicos se ha convertido en una de las principales fuente de ingresos para Cuba. Esta necesidad de formar más médicos ha hecho que el gobierno recurra a la formación de especialistas emergentes, graduando a alumnos de cursos más cortos.

Además, muchos de los médicos que Cuba envía a estas misiones aún no están graduados de la carrera.

Como afirma el doctor Alfonso, algunos de estos médicos ni siquiera han completado sus estudios en Cuba.

“Es un negocio perfecto porque ganas una gran cantidad de dinero y te anotas el papel de héroe ante la comunidad internacional”, dijo Alfonso a BBC Mundo.

“Hay una crisis interna de la salud en Cuba que aumenta todos los años y que experimenta un deterioro constante. Sin embargo crece y se abren las puertas a la exportación de médicos, algo totalmente contradictorio”, declaró Alfonso a El Nuevo Herald el 5 de julio de 2013 “Es una prueba del poco interés del gobierno de los Castro con el pueblo”.

© cubaencuentro

Subir