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Actualizado: 13/05/2024 23:57

embargo, petróleo

Expertos alertan sobre las repercusiones negativas del embargo en el sector petrolero de EE UU

Algunos especialistas opinan que la avidez estadounidense de petróleo obligará a un cambio en las relaciones de Washington con La Habana.

Un creciente número de expertos considera que el sector petrolero estadounidense pagará un alto precio por las restricciones que le impone el embargo de Washington a Cuba, y que las repercusiones negativas se extenderán durante las próximas décadas.

Según la AP, los expertos mencionan recientes descubrimientos de yacimientos petrolíferos en aguas profundas de la zona norte de la Isla, que ya han atraído el interés de empresas de China, India, Noruega, España y Canadá, además de Venezuela y Brasil, y han reavivado el debate sobre el embargo en el Congreso estadounidense y en la comunidad cubanoamericana.

Jonathan Benjamin-Alvarado, un experto en cuestiones energéticas cubanas y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Nebraska, en Omaha, dijo que la avidez estadounidense de petróleo obligará pronto a un cambio fundamental en las relaciones de Washington con La Habana.

"Siempre sostuve que debíamos mantener el embargo hasta llegar al momento en que empezara a costarnos algo". Hoy "ya casi estamos allí", afirmó.

Phil Peters, vicepresidente del Instituto Lexington —un grupo de estudio en Arlington, Virginia, que apoya el libre comercio— y experto en Cuba, comentó que si la Isla "descubre mucho petróleo y se convierte en exportador petrolero, el embargo prácticamente será un absurdo".

Por su parte, Kirby Jones, fundador y presidente de la Asociación de Comercio Estados Unidos-Cuba en Washington DC, que desde hace tiempo busca el fin del embargo comercial, afirmó que la realidad de la Isla como productor petrolero hace del embargo una política muy costosa de mantener.

"Nuestra alternativa es: ¿Vamos a dejar que esos otros países se lleven todo ese petróleo? ¿O vamos a proteger nuestros intereses estratégicos y reconocer que muy cerca de nuestras costas hay una cantidad sustancial de petróleo que va a ser explotada?"

Durante décadas el gobierno cubano ha buscado petróleo, no siempre con éxito. Con ayuda soviética, descubrió el yacimiento petrolífero de Varadero en 1971, a 8km de la costa norte de la Isla. Ese yacimiento proporciona hoy el 40% de la producción total cubana, unos 75.000 barriles diarios de un petróleo pesado de baja calidad.

En julio del 2004 la empresa petrolera española Repsol-YPF, en sociedad con la compañía estatal cubana CUPET, identificó cinco yacimientos que clasificó como de "alta calidad" en las aguas profundas del Estrecho de la Florida, 32km al nordeste de La Habana.

Siete meses después, un informe de la Inspección Geológica Estadounidense lo confirmó: la Cuenca del Norte de Cuba contiene una cantidad sustancial de petróleo: de 4.600 a 9.300 millones de barriles de crudo y de 9,8 a 21,8 billones de pies cúbicos de gas natural.

El gobierno cubano dividió el área, de 120.000km, cuadrados en 59 bloques de explotación, y luego ofreció a empresas petroleras extranjeras acuerdos de producción compartida.

Empresas de China y Canadá, que ya estaban explorando en las costas cubanas, iniciaron conversaciones con La Habana acerca de posibles operaciones en aguas profundas.

Luego, en mayo, Repsol-YPF anunció que se asociaba con las firmas Oil and Natural Gas Corp., de la India, y Norsk Hydro ASA, de Noruega, para explorar en busca de petróleo y gas en seis de los 59 bloques en las costas cubanas. Sherritt International Corp., la empresa petrolera canadiense, ha adquirido derechos de explotación en cuatro de los bloques.

Eso llamó la atención de muchos ejecutivos petroleros, dijo Jorge Piñón, ex alto ejecutivo de Amoco Oil e investigador adjunto en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Estadounidenses de la Universidad de Miami.

Norsk y ONGC se encuentran entre un grupo selecto de compañías con conocimiento y tecnología para la exploración en aguas profundas, de modo que cuando se asociaron con los españoles, todos los demás dijeron "mejor le damos un vistazo a Cuba de nuevo".

Es lo que ha hecho el Congreso de Estados Unidos. En mayo, los representantes republicanos Jeff Flake y Larry Craig presentaron proyectos de ley similares ante las dos cámaras para pedir que se exceptúe del embargo a los negocios petroleros.

"China, mientras hablamos, tiene un equipo de perforación frente a las costas de Cuba", dijo Craig a un periodista antes de presentar su proyecto. "La prohibición de comerciar con Cuba no ha logrado prácticamente nada".

Según AP, el senador no mencionó que los chinos están trabajando en aguas poco profundas cerca de la costa, y no poseen ni la tecnología ni la experiencia para aprovechar las prometedoras reservas cubanas en aguas profundas.

De todos modos, los proyectos de ley representan la mejor oportunidad hasta ahora de "hacerle un gran agujero al embargo", comentó Johannes Werner, director de Cuba Trade & Investment News, que se publica en Sarasota, Florida.

El panorama preocupa al conservador e influyente bloque cubanoamericano en el sur de la Florida, y eso no es exactamente lo que el presidente George W. Bush, ni su hermano Jeb, el gobernador del estado, quieren ver a tres meses de las elecciones de medio término.

"Quienes promueven que las compañías estadounidenses hagan perforaciones frente a Cuba no advierten que eso perjudicaría nuestra capacidad para presionar al gobierno cubano en otras cuestiones, como los derechos humanos", dijo en Miami Alfredo Mesa, director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano-Americana.

Los ambientalistas también se oponen rotundamente al acceso de la industria petrolera a Cuba, aunque por motivos distintos. Las filtraciones de petróleo —las emanaciones tóxicas rutinarias de las perforaciones— podrían contaminar los Everglades y las playas de mayor importancia económica para la Florida, dicen, y arruinar el turismo.

El senador Bill Nelson y el representante Jim Davis, ambos demócratas, han promovido medidas en el Congreso que denegarían visas a los ejecutivos de empresas extranjeras que perforen en busca de petróleo en las aguas cubanas.

El proyecto de Nelson revocaría un acuerdo de límites marítimos de 1977 entre ambos países, que divide el Estrecho de la Florida y permite a Cuba desarrollar actividades comerciales cerca de los cayos de ese estado.

No está claro cómo esto podría impedir a los cubanos explotar las aguas más cercanas a sus costas.

En cuanto a la probabilidad de que el Congreso actúe ha dicho Werner: "si la industria petrolera sigue sin definirse como hasta ahora, no es muy probable, especialmente con este gobierno y Congreso. Pero hay elecciones en noviembre, lo que podría cambiar toda la ecuación".

Peters, del Instituto Lexington, coincide. "Pienso que si (a las compañías petroleras) las llamas y les preguntas '¿cuál es su posición sobre esto?', te responderían que apoyan una exención al embargo. Pero no estoy seguro de que quieran apoyarla abiertamente todavía".

En respuesta a preguntas de la AP, el Instituto Estadounidense del Petróleo (API), en Washington DC, el grupo cabildero de la industria, respondió con la siguiente declaración:

"No podemos hablar de los intereses individuales en Cuba, pero podemos decir que los miembros del API están más concentrados en expandir el acceso a la porción estadounidense de la plataforma continental, que está mucho más próxima a la red existente de ductos y donde tienen más información sobre reservas de petróleo y gas natural".

Todo esto es todavía algo prematuro, opinó Piñón, el ex ejecutivo petrolero e investigador adjunto. "Todavía estamos de tres a cinco años antes de que se comercialicen estas reservas cubanas".

Piñón agregó que hay una demora de por lo menos 18 meses en la licitación de las plataformas de aguas profundas, y "el petróleo crudo no vale nada si no se puede mover o procesar. Aunque encuentren el petróleo, ¿qué van a hacer con él?"

Benjamin-Alvarado, visitante frecuente de Cuba que ha estudiado durante quince años el desarrollo energético de la Isla, estuvo de acuerdo. Cuba necesita mejorar sus puertos, refinerías y equipo de mantenimiento, dijo.

Sin embargo, el monopolio petrolero estatal venezolano, PDVSA, ha firmado un acuerdo por 100 millones de dólares para modernizar la refinería cubana de Cienfuegos, reliquia de la era de la Guerra Fría, y aumentar la capacidad de almacenamiento del puerto de Matanzas.

"Cada día que Estados Unidos dilata el acercamiento a Cuba, esa ventana de oportunidad se va cerrando un poquito más", afirmó Benjamin-Alvarado. Una vez que Cuba alcance la etapa de perforación en aguas profundas, "los estadounidenses se van a quedar afuera", añadió.

© cubaencuentro

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