Las autoridades comenzaron a tomar el pulso, mediante estadísticas y sondeos, al "mercado informal" de la Isla, en un intento de esclarecer la realidad del comercio interno, reportó la AFP.

La Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) publicó en su sitio en Internet (www.one.cu), bajo el título Sondeo de precios en el mercado informal, un documento en el que se exponen las fuentes y los precios de los productos más comercializados en ese mercado mensualmente, a partir de encuestas realizadas por especialistas en las 14 provincias del país.

Los investigadores incluyeron dentro del "mercado informal" la venta de bienes y servicios "que son operados por los trabajadores por cuenta propia, estén legalizados o no".

Además, a "toda persona que comercializa productos de forma aislada, ya sea regular o eventualmente".

En cuanto a los recursos que sustentan el mercado informal, tuvieron en cuenta diferentes fuentes: las actividades realizadas por los trabajadores por cuenta propia "con independencia de que estén registradas o no" y "tengan carácter lícito o ilícito"; la reventa de productos comprados "de forma lícita" en comercios estatales y a través del sistema de racionamiento, y la venta de productos adquiridos ilícitamente "mediante desvíos o sustracciones de la economía formal".

Asimismo, consideraron como parte del mercado informal al agropecuario, dado sus "mecanismos de fijación de precios" y la convergencia en él de "gentes tanto de la economía formal como informal".

La llamada "bolsa negra" ocupa un amplio espacio en la vida de los cubanos, que tratan de "resolver" en él sus carencias diarias y la insuficiencia del sistema de racionamiento (subsidiado por el gobierno) a precios menores que los que tendrían que pagar en las tiendas en divisas.

En Cuba, sin fronteras ni contrabando, y con una economía mayoritariamente estatal, "la bolsa negra" se nutre de productos robados de almacenes del gobierno, incluso de la red en dividas, en un proceso de corrupción de cortas cadenas, pero muy extendido, y en el que los controles hasta ahora fracasan.

Según el estudio, en febrero, los productos más vendidos fueron arroz, pan, leche, huevos, frijoles, manteca, aceite, carne de cerdo, azúcar y jabones.

La mayor variación de precios fue la de la leche en polvo, que subió de enero a febrero un 36%. Este producto sólo se puede adquirir a través de la libreta de abastecimiento y para niños de hasta siete años, enfermos y ancianos.

En la red en divisas la libra de leche en polvo cuesta el equivalente a 78 pesos, según la AFP. "En la calle", llegó a 30 pesos, de acuerdo con el informe.

El estudio incluyó también análisis de los precios de medicinas como salbutamol en spray, meprobamato y dipirona; productos para la construcción, como cemento, arena y bloques; servicios como reparación de ventiladores, refrigeradores, televisores, así como la venta de combustibles.

El salario medio de los cubanos, en su inmensa mayoría empleados estatales, es de unos 410 pesos al mes (poco más de 18 dólares). La canasta básica que el gobierno vende a precios subsidiados se hizo más exigua con la crisis de los últimos años y es insuficiente para cubrir las necesidades del mes; sin embargo, para muchos resulta imprescindible.

Para completarla, los cubanos acuden al mercado agropecuario, a las tiendas en divisas y a la "economía subterránea". No obstante, a la mayoría de la población le inquietan análisis de funcionarios del gobierno que podrían indicar la posibilidad de que la libreta de racionamiento sea sustituida por subsidios a los más necesitados.

Según un informe preliminar de la ONE sobre la economía, en el comercio minorista (al detalle) el Ministerio de Comercio Interior (Mincin) sólo tuvo una participación del 26,9% en 2006 y 32,2% en 2007, es decir, el resto se desarrolló en divisas o en el mercado informal.

El índice de precios al consumidor, un medidor inflacionario desestimado oficialmente en Cuba durante décadas, se admite ahora que subió un 5,7% en 2006 y un 2,8% en 2007.

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