La posibilidad de comprar ron y tabaco en Cuba por ciudadanos estadounidenses “beneficiará” a la economía de la isla, pese a que las empresas de EEUU tendrán que esperar al levantamiento del embargo para realizar inversiones, coincidieron este miércoles en Miami expertos y empresarios, informa la agencia Efe.

El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre el gigante norteamericano y la isla caribeña ya ha “abierto una puerta” a la exportación estadounidense, apuntó el presidente de la consultora The Havana Consulting Group, Emilio Morales, quien participó en el foro “Desafíos y oportunidades presentes y futuros en Cuba”.

Morales opinó que el uso de tarjetas de crédito y débito por parte de los visitantes de la isla, una medida encaminada a facilitar las transacciones financieras entre los dos países, permitirá que entren productos cubanos en Estados Unidos.

Así, lo que “probablemente pasará es que compren mucho ron y tabaco, y eso beneficia a la economía cubana”, puso de relieve.

Aclaró que, si bien “no es momento para invertir”, sí “hay oportunidades para exportar en los sectores del turismo, telecomunicaciones, alimentos, logística o la parte financiera”.

“Es algo que se venía haciendo, pero quizás ahora es más abierto”, aclaró el presidente de esta influyente consultora especializada en el mercado cubano.

En septiembre pasado, el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Abelardo Moreno, presentó un informe anual sobre el impacto del embargo que cuantificaba la apertura a la importación norteamericana de ron y tabaco en $205,8 millones adicionales para la economía de la Isla.

Según las medidas implementadas, los visitantes estadounidenses están autorizados a importar bienes desde Cuba por valor de $400, aunque el tabaco y el alcohol están limitados a cien dólares.

Además, aunque la compra de estos bienes se pagará en dólares y esta divisa es la que cobrarán los negocios cubanos, “unificar la doble moneda es uno de los retos del gobierno cubano”, algo que corroboró José Azel, investigador asociado en el Instituto de Estudios Cubanos de la Universidad de Miami (UM).

“Es una decisión sumamente difícil que puede disparar un proceso de inflación, que creará dificultades a las personas que están a sueldo fijo o retiradas… No está claro cómo la llevarán a cabo”, explicó el experto.

“Es una medida bien riesgosa, pero necesaria”, subrayó Morales, quien vaticinó que podría implementarse a finales de año o a principios de 2016.

Los empresarios y expertos que acudieron al foro coincidieron en señalar que la normalización de las relaciones tomará años y que la educación en Cuba se encuentra en “declive” y “no ofrece formación para la creación de empresas”.

Morales, quien trabajó en la Isla hasta 2006, antes de mudarse a Miami, apuntó que en este ámbito la Iglesia ha adquirido un papel “preponderante” e impulsa proyectos como Cuba Emprende, dirigido al desarrollo de la cultura empresarial.

Para Azel, el sector privado en Cuba aún es “muy limitado” y la “inmensa mayoría” de las empresas que se dedican a alguna de las actividades autorizadas pertenecen al sector del servicio doméstico, por lo que no tienen un gran impacto económico ni potencial para la exportación.

Respecto al futuro político de Cuba, Azel declaró que en la transición desde un partido único hacia un sistema plural se debe estar “alerta” para que el sistema no desemboque en la hegemonía de un partido.

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