Interrogantes ante ampliación del sector cooperativista
“Hay que ver qué pasa con el experimento; si luego consideran que no funcionó, ¿qué pasará con el dinero invertido?”, se preguntó un ciudadano en un foro de IPS
Ciudadanos cubanos interesados en formar parte del sector cooperativista no agropecuario en la Isla tienen más interrogantes y dudas que certezas, advirtió este jueves Inter Press Service (IPS).
El Gobierno cubano autorizó a mediados de diciembre la creación de 230 de cooperativas de primer grado (tres personas naturales) en 47 actividades no agropecuarias, y la ampliación del “experimento” sería gradual y estaría sujeta a decretos, en tanto no existe en la Constitución de la Isla una ley de cooperativas referida a sectores ajenos al de la producción agropecuaria, informa IPS.
Transcurrido un año, se podrían crear asociaciones de segundo grado, que aglutinarían dos o más cooperativas de primer grado, añade IPS.
Sin embargo, hasta ahora las actividades permitidas, que abarcan el transporte, la producción de materiales y servicios de la construcción, servicios personales y domésticos, solo incluyen dentro del sector profesional los oficios de traductor, informático y contable.
De manera que muchos de los profesionales que queden desempleados durante el reajuste del sector estatal que se está implementando no podrán optar por ejercer el cuentapropismo ni crear cooperativas.
En la sección interactiva Café 108 de su sitio web, IPS ha reunido algunas opiniones al respecto, que subrayan, de manera general, el deseo de que se autorice la formación de cooperativas “a la gran fuerza de profesionales necesitados de elevar sus ingresos salariales por el incremento del costo de la vida”.
El arquitecto cubano Mario Coyula considera que el Estado debería quedarse a cargo de “las grandes obras de infraestructura, como puertos, ferrocarriles, industrias, carreteras, puentes y almacenes”, mientras que el resto de las fuerzas constructivas estatales “deberían convertirse en cooperativas, con el personal y los medios que actualmente tienen”.
Sin embargo, advierte que si las “cooperativas no funcionan bien, se desacreditan”.
Otro de los participantes en el foro expresó: “La pequeña industria y los servicios pueden dar grandes frutos en el cooperativismo, un sector en el que también rendirían más los talleres de reparación de automóviles, ordenadores, muebles o equipos electrodomésticos”.
Ciudadanos escogidos al azar por la agencia IPS, sin embargo, han expresado más interrogantes y dudas que confianza en las nuevas asociaciones: “Hay que ver qué pasa con el experimento; si luego consideran que no funcionó, ¿qué pasará con el dinero invertido?”; “Creo que hay muchas cosas aún por aclarar”; “¡Qué va, prefiero trabajar solo”; “El Estado se las arreglará para controlar, ya ve, se permiten solo en determinadas actividades”.
Las autoridades cubanas han declarado que sobre las cooperativas se ejercerá un control y seguimiento especiales, para evaluar su funcionamiento y decidir sobre su evolución posterior.
Incluso algunas de las autorizadas recientemente fueron concebidas según los intereses del Estado cubano y no respondiendo a iniciativas personales, de acuerdo con declaraciones de Rubén Toledo, jefe del gubernamental Grupo del Modelo de Gestión de la Comisión de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, añade la nota de IPS.
© cubaencuentro
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