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Actualizado: 18/04/2024 23:36

huracán Wilma

Las aguas comienzan a bajar en Cuba pero Wilma deja tras sí un rastro de destrucción

En la Florida el huracán dejó al menos cuatro muertos y a seis millones de personas sin electricidad.

Las aguas comenzaron a volver lentamente a su cauce en La Habana, pero las graves inundaciones causadas por el huracán Wilma quedarán en la memoria de los habaneros durante muchos años.

Las fuertes marejadas, vientos y lluvias provocadas por Wilma a su paso frente a las costas cubanas, y la subida de las mareas en la madrugada del lunes, originaron desbordamientos de la línea de costa de hasta dos kilómetros e inundaciones de metro y medio de altura, informó EFE.

Avenidas habaneras como el Malecón, Paseo, Prado y Quinta Avenida, que quedaron totalmente cubiertas por las aguas el lunes, comenzaron a despejarse con la retirada del mar, aunque tardarán en recobrar la normalidad.

Según AFP, desde el muro del Malecón hacia el interior de la ciudad se podían observar plazas, edificios, viviendas, supermercados y entidades estatales anegadas, automóviles sumergidos y artículos de todo tipo flotando en las calles.

Bomberos y efectivos de la Defensa Civil y del Ejército trabajaron durante todo el día para evacuar a centenares de vecinos aislados en edificios, utilizando desde vehículos anfibios hasta barcas de remos, colchonetas de agua, y gafas y aletas de buceo.

Garajes, plantas bajas y hasta primeros pisos de edificios de Centro Habana, el Vedado y Miramar, entre otros barrios habaneros, quedaron anegados.

La Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, cuya sede se encuentra en pleno Malecón, también fue rodeada por las aguas, al igual que el hotel Meliá Cohíba, que dio albergue a cientos de turistas que no pudieron abandonar el recinto durante unas horas.

El Castillo del Morro, en la entrada de la Bahía de la Habana, no había sido tan golpeado por las olas en muchos años.

"Se registraron inundaciones récord en el Malecón", dijo en la noche del lunes un presentador de la televisión cubana, en manos del gobierno, durante un programa en el que se aseguró que Wilma no ha causado ninguna víctima mortal en Cuba, aunque sí importantes daños en miles de viviendas.

"Nunca vi nada similar, eran olas gigantes de hasta cinco y seis metros, y el mar estaba muy bravo, es realmente impactante. Cuando el mar se pone así, uno siente miedo", dijo Eloy Font, un economista de 52 años citado por la AFP.

En el primer piso del edificio donde vive Font, ubicada a unos 200 metros del Malecón, el nivel del agua alcanzó un metro de altura.

Las penetraciones del mar que se registraron en distintas zonas costeras de La Habana "superan los límites de reportes anteriores", como los de 1977 y 1985, e incluso los de mayo de 1993, cuando La Habana fue azotada por la devastadora Tormenta del Siglo, señaló el Instituto de Meteorología de Cuba.

"He visto muchas inundaciones, pero de la magnitud de ésta no he visto ninguna", afirmó Esteban Lazo, miembro del Buró Político del Partido Comunista de la Isla, informó EFE.

"Esta es la penetración del mar más grave que han visto en la historia los más viejos de la zona", afirmó un oficial del Ejército cubano que recorrió el barrio costero de Santa Fe, una de las áreas más afectadas de la capital.

"Hay más de 2.000 viviendas cubiertas por agua", agregó.

La red eléctrica ha sufrido graves daños, aunque se recupera progresivamente el suministro en las áreas menos afectadas del país, y las autoridades anunciaron la reanudación de la actividad docente, suspendida la pasada semana, en las localidades donde las condiciones lo permitan.

No obstante, cientos de miles de personas continuaban evacuadas en las provincias occidentales, donde se exhortaba a la población a extremar la prudencia.

Una vez que las aguas vuelvan a su cauce habrá que evaluar los daños de Wilma en las construcciones de La Habana, donde cientos de edificios presentan riesgo de derrumbe.

Wilma deja a seis millones de personas sin luz en la Florida

Wilma tuvo un paso devastador el lunes por el sur de la Florida, donde dejó al menos cuatro muertos y a unos seis millones de personas sin electricidad. La empresa Florida Power & Light, la mayor del ramo en el estado, dijo que tardaría semanas el restaurar el fluido eléctrico para todos, informó la AP.

El huracán llegó a Florida con categoría tres y vientos de hasta 200km/h.

Luego de un lento paso por la península de Yucatán, Wilma recorrió la parte baja de la Florida, desde el suroeste hasta el densamente poblado Miami, así como por Fort Lauderdale y West Palm Beach, en la costa de atlántica.

Según el diario El Nuevo Herald, dejó daños estructurales en importantes edificios del sur del estado y derribó miles de pies cúbicos de ‡rboles, arbustos y postes de luz. Además, arrancó techos, destruyó fachadas de tiendas y comercios, derrumbó casas y provocó serias inundaciones.

Wilma también causó graves daños a las aerolíneas, principalmente a las que utilizan el Aeropuerto Internacional de Miami, uno de los más concurridos en los vuelos a Latinoamérica.

Por lo menos 2.000 vuelos fueron cancelados cuando debían aterrizar en los tres aeropuertos del sur de la Florida. Las autoridades calculan que tardarán "días" en volver a la normalidad.

De acuerdo con la AFP, extensas inundaciones por marejadas se registraron en los Cayos del Sur, donde miles de habitantes no cumplieron con la orden de evacuación y quedaron aislados de la península por daños en la única carretera de dos vías que los une al continente.

Wilma también propinó un duro golpe a los condados de Miami-Dade, Broward y Palm Beach, del lado sureste de la península.

Ante este escenario, autoridades en por lo menos media docena de ciudades o condados del sureste decretaron toques de queda para mantener a la población en sus residencias. Las ciudades de Fort Lauderdale, Miami y Miami Beach están entre las incluidas en las medidas de seguridad.

Un portavoz del Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami, dijo que Wilma sería el huracán más devastador que afecta a la Florida desde el paso de Andrew, hace 13 años.

El presidente George W. Bush, duramente criticado por la lenta respuesta de su gobierno al paso del huracán Katrina, firmó una declaración de zona de desastre para las regiones afectadas por Wilma, y prometió acciones rápidas para ayudar a las víctimas. Las primeras valoraciones hablan de daños de hasta 9.000 millones de dólares.

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