Los gobiernos de Brasil y Cuba se negaron a sumarse al compromiso de eliminar las municiones de racimo, asumido por 29 países de América Latina y el Caribe en una reunión celebrada este jueves en la capital mexicana, en el marco del Proceso de Oslo, que promueve la prohibición global de este tipo de armamento, informó EFE.

El coordinador de la Coalición contra las Municiones de Racimo (CMC), Thomas Nash, se mostró satisfecho de "escuchar la firme voluntad de los gobiernos de esta región de apoyar un tratado que no contenga excepciones, lagunas ni retrasos".

El encuentro de México tuvo lugar un mes antes de que se celebre en Dublín (Irlanda) la reunión internacional, con la participación de más de cien países, en la que se negociará el tratado internacional que prohíba estas armas, y que está previsto se firme el próximo mes de diciembre en la capital noruega.

Sin embargo, el responsable de CMC, organización promotora de la iniciativa, advirtió a Brasil de que "si no va a firmar el tratado, no sólo se encontrará totalmente aislado a nivel internacional sino también estará al lado de países que no han reconocido la urgencia de este problema humanitario".

"Esperamos que Brasil tome la decisión correcta y asuma el papel de liderazgo que le corresponde", sentenció Nash en relación a la negativa de Brasil, principal productor en Latinoamérica de bombas de racimo, a sumarse al Proceso de Oslo.

Por su parte, el director general para el Sistema de las Naciones Unidas de México, Pablo Macedo, indicó que el objetivo del Proceso de Oslo es convertir las municiones de racimo en una "arma indeseable", como ya se hizo en su momento con las minas antipersonales.

El Proceso de Oslo promueve la prohibición total de las bombas de racimo, un tipo de armamento que "atenta contra principios fundamentales del derecho internacional humanitario y ocasionan un daño indiscriminado e inhumano tanto a combatientes como a población civil".

Los únicos países latinoamericanos productores de municiones de racimo son Brasil, Chile, Cuba, Perú y hasta hace poco Argentina, que recientemente destruyó todas sus existencias de bombas de racimo, según el comunicado de la CMC.

Los principales productores del armamento a nivel mundial son Estados Unidos, China y Rusia, países que se mantienen al margen del Proceso de Oslo, de acuerdo con la organización.

Las municiones de racimo también han sido utilizadas por actores no estatales en los conflictos de Afganistán, los Balcanes y el enfrentamiento armado entre el Líbano e Israel.

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