El ex senador republicano por Florida, Mel Martínez, se despidió este miércoles del Senado de Estados Unidos, con un discurso agridulce en el que lamentó el fracaso de la reforma migratoria en 2007 y aconsejó la ruta bipartidista para resolver los problemas que aquejan al país, informó EFE.

Martínez había anunciado en diciembre que no buscaría la reelección, pero, con pocas explicaciones, el mes pasado dijo que abandonaba el escaño que ocupa desde 2005 sin completar el mandato.

Su trayectoria en el Senado estuvo marcada por polémicas y frustraciones con su propio partido, pero también por su férrea lealtad al entonces presidente George W. Bush.

A Martínez, nacido en Cuba, le restaban 16 meses en su mandato y será reemplazado por el republicano George LeMieux, que fue designado al cargo por el gobernador republicano de Florida, Charlie Christ.

"La oportunidad única de dar servicio en el Senado de Estados Unidos es la culminación de una improbable travesía, una travesía que me ha llevado desde mi país de nacimiento a los corredores de la institución más preciada de nuestra democracia", dijo Martínez en un emotivo discurso en el pleno del Senado, en el que resumió los altibajos de sus 12 años de carrera política como alcalde, secretario de Vivienda bajo el gobierno de Bush, y senador desde 2005.

Martínez se retira del Senado con el lamento de que el Congreso aún no ha podido aprobar una reforma migratoria integral, algo por lo que él luchó junto al fallecido senador demócrata Edward Kennedy.

"Aunque el proyecto de ley no cruzó la meta final, me enorgullece el progreso logrado. Espero que el Congreso pueda algún día lograr un consenso sobre el tema, porque corregir el maltrecho sistema migratorio de nuestra nación sigue siendo un imperativo nacional", dijo.

El cubanoamericano fue una figura clave en las negociaciones para la reforma migratoria y fue precisamente ese liderazgo el que le valió el repudio de grupos conservadores opuestos a una "amnistía" para la población indocumentada.

Con reputación de moderado, tampoco le fue mejor como copresidente del Partido Republicano, cargo desde el que intentó infructuosamente reparar la imagen de los republicanos entre la comunidad hispana.

La popularidad de los republicanos entre los inmigrantes latinos continuaba en picada y Martínez dejó el puesto antes de cumplir el año.

Martínez aseguro que, aunque deja la política, continuará con su "pasión" por lograr la libertad del pueblo cubano. "La preservación de todas las libertades, ya sea en Cuba o en cualquier parte del mundo, nos exige defenderla cuando ésta se ve amenazada", dijo.

Según expertos, Martínez llegó al Senado con la idea de marcar una diferencia pero, ahora es obvio que su experiencia allí le ha dejado mal sabor de boca. Ha dicho a los medios que no prevé un regreso a la política en un futuro cercano.

En unas breves declaraciones en español, también agradeció el apoyo de la comunidad cubanoamericana, en particular la asentada en el sur de Florida. "Su apoyo entusiasta ha tocado mi corazón y atesoraré estas memorias para siempre", afirmó.

Los grupos proinmigrantes, entre éstos America's Voice, lamentaron que el sucesor de Martínez, LeMieux, este mismo miércoles manifestara su apoyo al reforzamiento de la vigilancia fronteriza antes de avanzar en una reforma migratoria integral.

Es una postura diametralmente opuesta a la que apoyó Martínez durante su estancia en el Senado y que, con seguridad, no logrará el bipartidismo que aconseja el senador saliente.

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