Señor Manuel Marrero, Ministro del Turismo y señores del Ministerio del Finanzas y Precios, ¡bájense de la nube! Sobre todo los precios, que están más caros que en Londres o París, y el servicio y la oferta es de peor calidad que en Djibouti. Hay muchos países del caribe que ofrecen mejor servicio en todo, y los precios son muchos más bajos. Ustedes no saben en lo absoluto lo que significa "correspondencia entre calidad y precio". Otras de las cosas en las que deben pensar es en el estado de las carreteras y su señalización, que cuando algún turista alquila un carro tiene que adivinar las salidas, amén de esquivar constantemente infinidades de baches y badenes, en el caso en que haya carretera. Y hablando de alquiler de carros, en Paris se pueden encontrar por 25 euros al día, ¿cómo es que en Cuba cuesta 60 CUC el más pequeño? ¡¡¡60 euros me cuestan en Madrid un BMW descapotable!!! ¿Sabían ustedes que abaratar costes atrae más turismo? Cuba ha tenido la afluencia de 810.000 turistas en el primer trimestre de este año 2009, ¿saben cuántos han tenido en España? ¡8,9 millones en lo que va de año, señor ministro! ¿Sabe por qué? Porque la correspondencia calidad-precio es primordial para el desarrollo del turismo. Hay para todos: desde hoteles y hostales de muy buena calidad y muy baratos, hasta hoteles y resorts de lujo, restaurantes de todo tipo de precios y calidades, donde se come bien en todos, y los precios varían desde muy baratos hasta de lujo, coches desde 23 euros al día, hasta coches de lujo, carreteras bien señalizadas y en perfecto estado. Muchos lemitas y consignitas en las carreteras, con lo que cuestan, y estas no tienen señalización alguna en cientos de kilómetros, ni áreas de servicio para repostar, ni áreas de reposo, imprescindibles para evitar accidentes, y en el estado que se encuentran algunas, dicen mucho de la "seguridad" a la que usted hace mención. He oído decir a colegas españoles que han estado por allá en 20 días, que con el dinero que se han gastado en Cuba se la pasan de lujo durante 12 días en uno de los mejores hoteles y comiendo diario en restaurantes de alto standing en Londres, o un mes y medio en buenos hoteles y comiendo bien en Punta Cana, en Cancún, o en cualquier país del Caribe, incluso que Buenos Aires ofrece muchísimo mejor servicio y que es mucho más barata. Me han dicho literalmente: "ya hemos visto a Cuba y nos gusta, pero no vamos más. Allí se creen ahí que aquí todos somos millonarios y el servicio es de quinta categoría. Todos te intentan timar de una manera u otra: es un desastre. Y los cubanos no pueden disfrutar de su país, porque los precios para ellos son prohibitivos a todos los niveles. Nos parece fatal cómo tienes que pagar hasta para ver una cascada, o que le cobren a los cubanos para entrar en un Parque Nacional, que es patrimonio de todo el pueblo cubano, y nos parece lo peor que lo cobren. Siempre habíamos tenido la ilusión de conocer Cuba, pero decepción ha sido muy grande. Como ese comentario, hay miles de personas que piensan así. No conozco las estadísticas al respecto, y no sé si quiera si se hacen, pero me atrevo a asegurar que, de todos los turistas que llegan a Cuba a diario, sólo una quinta parte repite, el resto es la primera vez que van. Cuba es un destino atractivo para quienes no la conocen, pero para los que ya han estado se convierte en un destino poco deseado. Piensen ustedes bien, señor ministro, y no quieran sacarles los cuartos de un tirón, como si fuesen carne, a la gente que va con la intensión de disfrutar de su tiempo vacacional. Y mucho menos abusen ustedes de los cubanos, que merecen mucho más que las migajas que ustedes les dejan caer, a altísimo precio, por cierto.

JAJAJA calidad de vida???????? flamelicos ciudadanos que deambulan taciturnos por la ciudad tal se tratara de una puesta en escena, donde todos fingen vivir feliz pero que la realidad de sus vidas los golpea en pleno rostro y los hace revenir a la realidad. falso sentimiento de seguridad, un logro de la robolucion que los robos y abusos a los extranjeros no sean publicados por la prensa sensacionalista socialista donde solo hay espacio para el cumplimiento de los planes productivos y para desenmascarar lo malo que esta el resto del mundo.