Otros dos estadounidenses resultaron afectados por agresiones inexplicables a su salud en Cuba, informó el martes el Gobierno en Washington, con lo que la cifra de víctimas se elevó a 21, informa la AP.

Aparentemente los dos casos nuevos apenas fueron reportados, pero ocurrieron hace tiempo. El Departamento de Estado indicó que no ha habido nuevos “incidentes” confirmados por los médicos desde el más reciente a fines de agosto.

Hace unos días, Estados Unidos reveló que había habido otro incidente en agosto después de que previamente dijera que los ataques habían llegado a su fin.

Es posible que el número aumente aún más a medida que se descubran nuevos casos. Heather Nauert, portavoz del Departamento de Estado, dijo que Estados Unidos continúa evaluando a su personal.

Los ciudadanos estadounidenses eran integrantes de la comunidad diplomática de Estados Unidos, indicaron funcionarios en Washington. Las autoridades han dicho anteriormente que los incidentes, calificados por el secretario de Estado Rex Tillerson como “ataques contra la salud”, afectaron a diplomáticos emplazados en la embajada en La Habana, así como a familiares que viven con ellos.

Estados Unidos no indicó qué tan graves son los incidentes recién dados a conocer. Pero el Departamento de Estado sí dijo que está proporcionando “la mejor evaluación y atención médica posibles” durante toda la penosa experiencia, incluida la asistencia de un funcionario médico que pertenece al personal de la embajada.

El sindicato que representa a los diplomáticos estadounidenses ha dicho que entre los diagnósticos que se les han dado a algunos de ellos está el de lesión cerebral leve. La Asociación Estadounidense del Servicio Exterior ha dicho que un diagnóstico más es el de pérdida auditiva permanente, y síntomas adicionales habían incluido inflamación del cerebro, dolores de cabeza intensos, pérdida del equilibrio y “fallas cognitivas”.

La cambiante evaluación estadounidense indica que los investigadores aún están lejos de comprender a cabalidad lo que ocurrió en los ataques, que comenzaron a fines de 2016. Estados Unidos los ha descrito como sin precedentes.

A medida que se ha desarrollado esta extraña saga, Washington ha alentado a sus diplomáticos a que reporten cualquier sensación física extraña. Así que no queda totalmente claro si algunos síntomas que están siendo atribuidos a los ataques podrían en realidad no tener relación alguna con ellos.

Es de hacer notar que Estados Unidos no ha acusado al Gobierno cubano de estar detrás de las agresiones. Washington sí expulsó a dos diplomáticos cubanos, pero el Departamento de Estado hizo énfasis en que ello fue en protesta por que los cubanos no protegieron a los diplomáticos estadounidenses mientras estaban en su territorio, no un indicio de que la Casa Blanca sienta que La Habana orquestó los ataques.

Los investigadores estadounidenses han estado buscando un dispositivo que pudiera haber dañado la salud de los diplomáticos, que se cree fueron atacados en sus viviendas en La Habana, pero las autoridades han dicho que no se halló ninguno.

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