La petrolera privada rusa Lukoil estudia la posibilidad de construir refinerías en Cuba, informó una fuente del Ministerio de Desarrollo Económico y Comercio de Rusia.

Lukoil investiga, asimismo, las posibilidades de participar en la prospección de crudo en la zona económica cubana del golfo de México, dijo el representante del Ministerio a la agencia RIA-Nóvosti.

El funcionario subrayó que también otras compañías rusas muestran creciente interés por el mercado energético cubano.

Citó como ejemplo a la empresa Nafta-Sintez, a punto de firmar un acuerdo para investigar las perspectivas de depurar el petróleo y los derivados cubanos de combinaciones sulfurosas, lo que permitirá aumentar el empleo de las materias primas nacionales en la Isla.

Además, se estudian diversos proyectos de cooperación ruso-cubana en la construcción de barcos, incluida la fabricación de plataformas flotantes para la prospección y la extracción de crudo y gas en el fondo marítimo, indicó la fuente.

Lukoil no comentó las palabras del funcionario ruso, pero con anterioridad la petrolera había declarado que, de alcanzar acuerdos con la compañía Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA) para procesar el crudo, podría construir una refinería en otro país de América Latina.

Actualmente, Lukoil lleva a cabo en Venezuela varios proyectos, como de prospección en el bloque Junín-3 en la cuenca del Orinoco, y negocia con PDVSA crear este año una empresa mixta que se encargará de la rehabilitación de los pozos.

El representante del Gobierno ruso indicó que La Habana también propone a las compañías rusas participar en la modernización de diez bloques energéticos, de cien megavatios de potencia cada uno, suministrados por la URSS a Cuba antes de 1990.

Agregó que Cuba está, asimismo, interesada en adquirir aviones, locomotoras, automóviles y repuestos, y que Moscú también podría suministrar a la Isla equipos metalúrgicos, electro-energéticos y de transporte y maquinaria agrícola.

Al mismo tiempo, indicó que esta cooperación requiere de ambas partes una “política financiera correcta” y ayuda estatal.

En este contexto, el funcionario subrayó la necesidad de elaborar un mecanismo para convertir parte de las viejas deuda de Cuba ante la URSS en “presencia inversora de Rusia en la Isla”, siempre dentro de la legislación cubana, pero “sin presiones” sobre La Habana.

Recordó que las inversiones extranjeras en Cuba son posibles sólo en forma de empresas mixtas con una participación de menos del 50% para el inversor foráneo, y que en el país caribeño no hay un mercado de valores.

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