El poeta y periodista exiliado Raúl Rivero dijo este viernes que la oposición cubana necesita la ayuda de demócratas "sin horarios", de personas que "trabajen con los mismos rangos de libertad para Cuba que los que defienden en sus propios países", informó EFE.

Rivero participó en la mesa redonda Democracia para Cuba, parte de los cursos de verano de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), organización que encabeza el ex presidente de gobierno español José María Aznar.

En su intervención, Rivero recordó la visita de Aznar a Cuba, hace unos diez años. En esa ocasión el entonces mandatario español afirmó que la idea de democracia "no es una camiseta que se quita y se pone" y se definió a sí mismo como un demócrata "a tiempo completo".

Los opositores en la Isla "necesitan, en estos momentos de peligro, solidaridad, compañía y apoyo de amigos de esa categoría, sin horarios", dijo Rivero.

El poeta y periodista señaló que, en contraste con los rumores de que está próximo un cambio en la Isla, en el exilio se teme una nueva oleada represiva contra los líderes de la disidencia interna, "la cara y el corazón de grandes sectores de la sociedad que añoran y necesitan" ese cambio.

Precisamente, dijo, quienes durante años han luchado por la libertad, e incluso han estado o están presos por esa causa, son quienes pueden estar más preparados para sentar las bases de un nuevo país que "necesitará con la misma urgencia remedios para la carne y para el espíritu".

En el mismo foro, el escritor y político Carlos Alberto Montaner vaticinó que, a corto plazo, el destino de Cuba puede cambiar porque todos los factores que conforman la realidad actual —Fidel y Raúl Castro, el Partido Comunista, la disidencia, el pueblo y agentes externos como Estados Unidos o Hugo Chávez— se han dado cuenta de que no pueden lograr su meta y, en mayor o menor medida, quieren un cambio.

No obstante, no quiso aventurar cuándo se logrará sacar a Cuba de ese "disparate de dictadura comunista", y recordó que la caída de otros regímenes, como los del bloque del Este en Europa, se produjo de manera impredecible.

Sí se mostró convencido de que el cambio se producirá por vías pacíficas. "El destino de Cuba puede ser a corto plazo muy positivo, porque hay muchos factores a favor de esa transición a la democracia", señaló.

Por su parte, Alina Fernández, hija de Fidel Castro que vive exiliada en Estados Unidos, opinó que nadie sabe qué camino va a tomar la ciudadanía cubana "cuando despierte de este larguísimo letargo", pero consideró necesario que los disidentes comiencen a conectar con los reformistas "a todos los niveles".

En este sentido, denunció que también en el exilio hay "hipocresía" respecto a la necesidad de diálogo, ya que muchas veces se olvidan de hablar "con el que tienen al lado" sólo porque no piensa igual.

Fernández comentó que, al igual que los estadounidenses saben cuáles son sus intereses en Cuba —níquel y cobalto más baratos, evitar la emigración masiva hacia Florida, compartir información científica o establecer convenios sanitarios—, "sería bueno" que los cubanos identificaran los suyos.

"No habría mayor antiyanquismo que lograr de Estados Unidos lo que nos conviene", concluyó.

© cubaencuentro