Los trabajos agrícolas y productivos que durante décadas realizaron jóvenes estudiantes en Cuba durante las vacaciones de verano no se harán este año para reducir gastos, en el marco de los reajustes impulsados por el Gobierno de la Isla para “actualizar” su modelo económico socialista.

El periódico oficial Juventud Rebelde (JR) señaló este domingo en un artículo que “hoy las circunstancias son otras” y que en las condiciones actuales “no resulta viable ni sería sensato y útil mantener”, esas actividades.

Recordó que las organizaciones juveniles Brigadas Estudiantiles de Trabajo (BET), las Fuerzas de Acción Pioneril (FAPI) y las Brigadas Universitarias de Trabajo Social (BUTS) convocaban por estas fechas a más de un millón de niños y estudiantes universitarios y del nivel medio superior en toda la Isla a realizar esas labores.

“Las campañas más recientes enviaban señales inequívocas: desfavorable correlación gastos-aporte, tendencia decreciente en la demanda de fuerzas por los organismos receptores”, explicó el rotativo.

Y como agravante citó “el desestímulo sembrado de a poco por la certeza de que ni siquiera la mitad de los comprometidos serán llamados y, quienes participen, no hallarán mucho que hacer y sentirán que no vale la pena, que están perdiendo el tiempo”.

El miembro del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Yoel Pérez, declaró a JR que con la decisión “ya aprobada y en vigor, de dejar sin efecto toda esa gigantesca movilización nacional de fuerzas” se trata de “hacer lo que cada momento exige”.

“Qué sentido tendría entonces mantenerlas, como no sea obstruir lo que todos estamos en el deber de propiciar y defender: ese proceso de reestructuración y reordenamiento, incluso de la fuerza laboral, emprendido por Cuba para la actualización de su modelo económico”, subrayó.

Ese proceso de ajustes incluye medidas como la ampliación del trabajo privado, un masivo recorte de las abultadas plantillas públicas, más autonomía a la gestión de las empresas estatales y la eliminación de subsidios y gastos sociales innecesarios, entre otros.

“No renunciamos al vínculo del estudiante con una actividad productiva y social”, resaltó el dirigente comunista, al tiempo que consideró la medida como “un adiós a ese costosísimo movimiento nacional” y “al derroche”.

Además resaltó el propósito de que cuando se realicen esas labores “cada quien pueda ser y saberse útil”, que cuanto se haga sea “con racionalidad, con los recursos humanos y materiales imprescindibles” y “tenga un fin concreto y resultados tangibles”.

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