Temas como el exilio, la censura a los homosexuales y travestis y la violencia cotidiana son los temas que por estos días colman las salas dedicadas a las proyecciones de la Muestra de Nuevos Realizadores, en su octava edición, informó EFE.

Los cineastas, que no sobrepasan los 30 años, producen de forma independiente la mayoría de sus trabajos, no tienen reparos en "piratear" sus propias obras con tal de que sean vistas y, según dicen, expresan "lo que nadie quiere decir".

"No digo que la generación que nos antecede no sea genial, pero nuestra visión tiene un punto de vista diferente, con intereses nuevos, menos historicista, más preocupada por el presente y el futuro", dijo Luis Alejandro Méndez, de 23 años, uno de los directores del documental Tebas, sobre el "Quinquenio gris".

El trabajo es un relato a dos manos entre un conocido intelectual y un ex funcionario del sector de la Cultura. "No hay peligro en una obra audiovisual, porque puede hacer reflexionar pero no va a cambiar nada", agregó el cineasta, quien se mostró escéptico sobre la posibilidad de que sea difundida en la televisión.

Según Damián Sainz, de 22 años, para quien la Muestra "legítima" filmes que si no estarían encajonados, "si el ICAIC no compra la película y decide sobre cualquier obra independiente es muy difícil que se ponga en circuitos de cine en Cuba".

En opinión de Milena Almira, quien ha concursado con un corto sobre el abuso infantil, "hace cuatro o cinco años nadie entraba a las salas y no se veían los trabajos, pero ahora la gente está motivada".

Por su parte, Fernando Pérez, director de la Muestra en 2009, explicó que ya existe un público "que la sigue" y se puede hablar de un "movimiento" heterogéneo de cine joven en la Isla, que en su mayoría está hecho "fuera de la industria" y representa una "mirada necesaria".

"El ICAIC ha tratado de complejizar la realidad cubana, pero esta nueva mirada lo hace con una audacia y una osadía que son propias de una edad determinada. No es que descubran temas, sino cómo los abordan. Son irreverentes y expresan aristas muy complejas que no se ven todos los días", agregó Pérez.

Los filmes más aclamados en esta edición han sido The Illusion, que se llevó un premio especial en el pasado Festival de Berlín, y Tacones cercanos, que incluye el testimonio de un travesti víctima de la homofobia.

Este último fue filmado en dos días y su costo no sobrepasó los 250 dólares, un presupuesto elevado para una "casa productora virtual" como la de la realizadora Jessica Rodríguez y sus amigos.

De acuerdo con Rodríguez, la tecnología digital ha facilitado a su generación meterse al "fondo" de Cuba, dando más importancia a las ideas que a "la factura" a la hora de retratar el machismo, la marginalidad o los subgrupos sociales.

"Cuando no tienes nada que perder, es más fácil mirar con claridad la problemática de cada día, y esa es una de las cosas que la gente le agradece mucho a nuestro cine", señaló.

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