El Fondo de Fomento al Audiovisual de Centroamérica y el Caribe (Cinergia) ha premiado los proyectos Nueva fe y El acompañante, de los realizadores cubanos Alejandro Brugués y Pavel Giroud, respectivamente, según dio a conocer un comunicado de esta institución.

Seleccionado en la categoría de desarrollo de guión, Nueva fe recibió del jurado 3.000 dólares. El proyecto de Brugués "presenta un tratamiento que se lee con pasión, como una novela, lo cual es insólito. Sin duda, es el germen de una gran película", señaló el jurado español y escritor Fernando Marías.

En el apartado de desarrollo de proyecto, El acompañante obtuvo en total 7.000 dólares, 4.500 entregados por el jurado de Cinergia y 2.500 de parte del Fondo Cinematográfico del Festival Internacional de Cine de Goteborg.

En palabras del miembro del jurado Massimo Martinotti, "está claro que no sólo era importante el proyecto, sino saber la capacidad del director de llevarlo a cabo; saber cuál es su experiencia, y cómo pasa del papel a la pantalla, por lo que observar sus proyectos anteriores fue clave".

Ambos proyectos serán producidos por 5ta. Avenida Producciones.

El jurado internacional premió cortometrajes de ficción, óperas primas, documentales, cortometrajes de animación y guiones, así como proyectos en desarrollo y en etapa de posproducción.

Cinergia, único fondo de apoyo al cine de Centroamérica y el Caribe, es administrado por FUNDACINE y cuenta con el patrocinio de la agencia de cooperación holandesa Hivos, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), la red de Centros Culturales de la AECID, la Fundación Ford, la Universidad Veritas y la Corporación de Cine de Puerto Rico; así como el auspicio de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, la Embajada de Brasil y el Centro Cultural de España, ambos en Costa Rica, la Unión Latina, Buena Onda Américas, el Centro Costarricense de Producción Cinematográfica, la Universidad San Judas Tadeo y la Fundación TyPA de Argentina.

Sinopsis de El acompañante

En la Cuba de los años ochenta comienzan a aparecer los primeros casos de enfermos por VIH. La solución es recluir de manera obligatoria a todos los portadores del virus en un sanatorio, para así evitar su propagación. Una antigua finca de recreo se convierte en centro de salud, pero a la vez en una especie de prisión de la que los pacientes sólo pueden salir un día por semana, acompañados de un celador que debe vigilar cada movimiento, supervisar cada gesto y diagnosticar cada sospecha de la actitud moral del enfermo durante su día de "libertad".

Esta película cuenta la relación entre un joven recluido que contrae el virus en África y su acompañante, un hombre desanimado para el que este oficio es sólo una manera de sobrevivir a la dura crisis económica que azota el país.

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