Música, Jazz, Rubalcaba
«En «Skyline» me reencuentro con dos titanes del jazz: Carter y DeJohnette»
El pianista y compositor Gonzalo Rubalcaba habla con CUBAENCUENTRO de su disco Skyline, premio Grammy 2022 en la categoría de Mejor Álbum de Jazz Instrumental
El pianista cubano Gonzalo Rubalcaba se alzó, en la edición de los Premios Grammy 2022, con el galardón de Mejor Álbum de Jazz Instrumental con Skyline (5Passion Records, 2021). Formato de trío completado con Ron Carter (bajo) y Jack DeJohnette (batería). Nueve temas ejecutados con absoluta maestría desde las franjas de las concordias sincopadas en un despliegue de armónicos integrados a los signos del mejor jazz contemporáneo.
Grabado en los estudios Power Station de Nueva York, Skyline patentiza el encuentro entre el pianista Gonzalo Rubalcaba, el contrabajista Ron Carter y el baterista Jack DeJohnette. Tres colosos del jazz. Pianista excepcional, poseedor de una técnica que vincula lo clásico, las figuraciones prosódicas modernas con un genuino discernimiento de las modalidades jazzísticas aparecidas después del bebop.
“Este disco no es propiamente de jazz afrocubano en un sentido literal. Estoy acompañado por dos gigantes musicales de gran reconocimiento internacional. Imagínese: el legendario bajista, Ron Carter, quien fue integrante del sexteto de Miles Davis; y el virtuoso baterista DeJohnette, que estuvo vinculado muchos años con Keith Jarrett. Reunirme con ellos es una manera de agradecimiento: en mis años iniciales en Estados Unidos me apoyaron. Esta placa, diálogo con dos figuras colosales del jazz”, precisó en conversación telefónica desde Miami con CUBAENCUENTRO, Gonzalo Rubalcaba, nieto del legendario danzonero cubano, Jacobo Rubalcaba, autor del popular “El Cadete constitucional”.
¿Puede darnos detalles de estos dos virtuosos?
Ron Carter, me atrevo a decirlo, es el mejor contrabajista vivo de la música contemporánea. El bajo con él suena como un chelo, frasea con un latido exacto y perfecto. DeJohnette tiene el don de edificar melodías en los espacios rítmicos. Sabe integrar sus tabaleos a las concordias de sus instrumentistas adjuntos.
Dos temas cubanos integran las pistas del fonograma: “Lágrimas negras” y “Novia Mía”. ¿Por qué decidió incluirlos?
Ya sabemos del éxito rotundo de “Lágrimas negras” en la versión de Cigala y Bebo Valdés, son oriental de Matamoros: quise llevarlo al jazz, fueron determinantes las ideas del bajista y de la batería en el logro de un arreglo sugerente con trazos soneros empalmados con el jazz. “Novia mía”, bolero filin de José Antonio Méndez: retomé el concepto de las acotaciones que hice hace años con Haden en los discos Nocturno y Land of the Sun.
¿Estilo marcado por una manera percutiva de tocar el piano?
Me inicio en la música estudiando percusión y batería; el gusto por el piano vino después. Me formé en un ambiente muy exigente y a la vez cordial. Siempre en mi casa se inquiría y se buscaba la perfección musical.
¿El piano como pasión?
Mi conexión con el instrumento va más allá de la profesión. Pasión y enamoramiento. Toco el piano en busca de sonoridades inexploradas. Lo digo muchas veces, no es una pose de ostentación: el día que no me siento a tocar o a componer creo que estoy incumpliendo con mi principal deber en la vida, algo se queda inconcluso en mí si no visito todas las mañanas el piano.
¿Cómo se seleccionaron las piezas para esta placa?
Trabajo de mesa de los tres en propuestas de temas de cada uno de nosotros. Al final quedaron nueve incluyendo el bolero-son de Miguel Matamoros y el bolero filin de Méndez. Grabación que transcurrió durante tres días donde siempre hubo un intercambio de ideas que culminó en un muestrario absoluto de amor musical.
¿Relación ‘diferente’ con la música estadounidense?
Sí, un regreso a los lugares que encontré hace 20 años en este país. Se despliega más madurez en el arte del trío, lo cual redunda en un “acercamiento vibrante” con el jazz.
¿Emociones y nostalgias convergentes?
En las composiciones, por ejemplo, “Silver Hollow” y “Ahmad el terrible”, ambas de DeJohnette, las emociones se entrecruzan con evocaciones nostálgicas en la búsqueda de nuevas direcciones interpretativas. La pieza final del disco “Ronjackruba” está totalmente improvisada en el estudio.
¿Premio Grammy a la pianística cubana?
Tradición pianística de gran fuerza e influencia en los espacios jazzísticos internacionales. Chucho Valdés, también obtenía reconocimiento en 2022 por un disco con la pianista brasileña Eliane Elías y el estadounidense Chick Corea. Otro pianista cubano, Iván Melón Lewis, ganó el Grammy Latino en 2021.
© cubaencuentro
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