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Burisma, EEUU, Cámara

Burisma, Biden y los republicanos de la Cámara

Salvo el lograr un acuerdo sobre el límite de la deuda, los republicanos de la Cámara se han limitado a perderse en comisiones destinadas a satisfacer las carencias emocionales de su base

Con el triunfo electoral que les permitió el control de la Cámara de Representantes, si bien con un número muy reducido de miembros para lograr la diferencia, cabía esperar que los republicanos se dedicaran a desarrollar un liderazgo y una acción que sirviera de ejemplo —y anticipo— en el caso de que su partido llegara a la Casa Blanca y a dominar a ambas cámaras tras los resultados de las próximas elecciones.

Ese lograr un plan de acción convincente —tanto en sustancia como en estrategia política— no se ha visto por parte alguna. Salvo el lograr un acuerdo sobre el límite de la deuda, que acotó algunos planes del gobierno demócrata, los republicanos se han limitado a tratar de entorpecer al máximo la gestión del presidente Joe Biden y a perderse en la puesta en prácticas de comisiones destinadas a satisfacer las carencias emocionales de su base.

Por ello están desperdiciando su mayoría en la Cámara en obsesiones tontas, extrañas teorías de conspiración y defensas entre infantiles y vergonzosas del expresidente Donald Trump.

Ejemplo de ese desperdicio y torpeza es una extraña acusación de que una “fuente extranjera” le dio a Biden un soborno de $5 millones.

Al parecer, la historia se origina con Rudy Giuliani, lo que ya indica bastante sobre la falta de seriedad de la misma, y fue descartada por el Departamento de Justicia durante el mandato de Donald Trump.

Sin embargo, ello no ha impedido el desempolvarla ahora y el triste espectáculo de los ingenuos que la creen.

Más allá de las tonterías que suelen aparecer en sitios poco serios y falsificadores, entre los cuales cabe incluir a Fox News, nada de lo que se comenta en la Cámara de Representantes dominada por los republicanos indica que la situación ha cambiado desde el primer día.

Los republicanos en la Cámara —quienes según la conveniencia hablan directamente de “Burisma” o de “un gobierno extranjero”— están exagerando una acusación de segunda mano de una sola fuente: una acusación que estuvo en manos del Departamento de Justicia del Fiscal General William P. Barr a mediados de 2020 sin que condujera a cargos penales ni, al parecer, a ninguna investigación específica.

No es difícil entender por qué esto se está desarrollando y de la forma en que se lleva a cabo. Hay un enorme apetito en la derecha en este momento por pruebas de que el FBI y el Departamento de Justicia están poniendo en práctica un doble rasero o que Biden merece enfrentar cargos criminales tanto como el expresidente Donald Trump.

La acusación fue que un ejecutivo de la compañía energética ucraniana Burisma ofreció sobornos de $5 millones tanto a Joe como a Joe. Biden y su hijo Hunter Biden.

Burisma estuvo en el centro del “impeachment” o primer juicio político de Trump. Trump quería que Ucrania anunciara una investigación sobre Biden, alegando que Biden intentó bloquear una investigación de corrupción en la empresa para beneficiar a su hijo. Esto fue desacreditado en su momento, ya que los llamados de Biden para la destitución del fiscal ucraniano Viktor Shokin se basaron en que Shokin no enjuició agresivamente la corrupción. No hay evidencia de que Shokin estuviera investigando a Burisma, y hubo un consenso internacional de que tenía que irse.

Tanto porque Trump enfrentaba un juicio político como porque su equipo creía que Biden era vulnerable en el tema, Giuliani, siguió buscando información despectiva sobre Biden en Ucrania. Ello preocupó a las fuerzas del orden público federales, que advirtieron a la Casa Blanca de Trump que Giuliani podría ser un vector de la desinformación rusa. (Una de sus fuentes se agregó más tarde a una lista de sanciones durante la administración Trump por estar vinculada a la inteligencia rusa).

A principios de 2020, Barr estableció un proceso para examinar información sobre Ucrania, claramente en parte debido a la preocupación de que la información de Giuliani desencadenara persecuciones infundadas. El fiscal estadounidense responsable de examinar la información, Scott Brady, se reunió con Giuliani poco después.

Los informes sugieren que Giuliani llamó la atención del FBI sobre la acusación de soborno. En una entrevista en Fox News esta semana, Barr afirmó que la acusación no provino de Giuliani sino del propio FBI, pero eso puede ser una distinción semántica entre cómo llegó al FBI y cómo llegó a Brady.

Nada nuevo en todo ello. Los republicanos le siguen dando vueltas a las maniobras de Giuliani, que no puede estar más desprestigiado.

© cubaencuentro

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