Benazir Bhutto rompe negociaciones con Musharraf para el reparto del poder

La ex primera ministra de Pakistán, Benazir Bhutto, anunció el lunes la ruptura definitiva de sus negociaciones con el presidente Pervez Musharraf para un reparto de poder en el país, que se encuentra en estado de excepción desde el 3 de noviembre.

"No habrá más negociaciones, he cambiado de política", declaró Bhutto a la prensa en la ciudad de Lahore (este).

Además, la ex primera ministra amenazó al gobierno con un "boicot" de las elecciones legislativas, previstas antes del 9 de enero, por parte de su formación, el Partido del Pueblo Paquistaní (PPP).

Bhutto regresó a Pakistán después de ser amnistiada de sus acusaciones de corrupción y con la idea de negociar un reparto de poder con Musharraf, que bate récords de impopularidad. El acuerdo sería el apoyo del partido de Bhutto al actual jefe de Estado en las legislativas a cambio del cargo de primera ministra para Bhutto.

Sin embargo, el pasado miércoles, la dirigente ya cambió de rumbo y llamó a sus conciudadanos a protestar contra el estado de excepción.

"No podemos trabajar con alguien que ha suspendido la Constitución, impuesto el estado de excepción y que oprime al poder judicial", explicó Bhutto este lunes.

El domingo, presionado por los países occidentales, fundamentalmente Washington, Musharraf anunció que las legislativas tendrán lugar antes del 9 de enero. Sin embargo, mantuvo el estado de excepción, asegurando que es el único modo de permitir unos comicios "justos y transparentes" en un momento en que el país atraviesa una oleada sin precedentes de atentados terroristas perpetrados por los islamistas afines a Al Qaeda.

El anuncio de las elecciones es un "paso positivo" pero es inconcebible que se celebren bajo el estado de excepción, consideró Bhutto.

La dirigente prometió celebrar el martes una "larga marcha" desde Lahore hasta Islamabad, para exigir el levantamiento del estado de excepción, que el presidente podría mantener para las legislativas.

Pero las autoridades locales advirtieron a Bhutto de los "graves" riesgos de atentado contra ella en este tipo de actos. El pasado viernes, con ocasión de un mitin semejante organizado por su partido, las autoridades retuvieron a la política en su casa bajo arresto domiciliario, para evitar que acudiera a la reunión.

"Las disposiciones del estado de excepción prohíben las concentraciones", recordó el lunes a la AFP Raja Basharat, ministro de Justicia de la provincia de Penyab, de la que Lahore es la mayor ciudad, con cerca de 10 millones de habitantes.

Bhutto, de 54 años, fue blanco de un terrible atentado el 18 de octubre, día de su regreso a Pakistán tras ocho años de exilio. Ella salió ilesa, pero en el ataque, el más mortífero de la historia del país, perecieron 139 personas.

"Llevaremos a cabo esta larga marcha", prometió a la AFP un portavoz del PPP de Bhutto en la provincia de Penyab. "Si intentan impedírnoslo, habrá enfrentamientos en las calles de Lahore y manifestaciones en todo Penyab", aseguró.

Más de 3.000 opositores, en su gran mayoría abogados, magistrados y defensores de los derechos humanos, fueron encarcelados o puestos en arresto domiciliario desde inicios de noviembre.

Para la oposición y los países occidentales, el estado de excepción es la forma que Musharraf ha encontrado para aferrarse al poder. En los últimos días, el jefe de Estado ha destituido a los jueces del Tribunal Supremo que iban a pronunciarse sobre la posible inconstitucionalidad de su reelección, el pasado 6 de octubre.

Países como Gran Bretaña y Estados Unidos pidieron a Musharraf que levante el estado de excepción y restablezca la Constitución "inmediatamente" para garantizar elecciones "libres y justas" a principios de enero.

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