EE UU ayudará a modernizar las fuerzas armadas polacas a cambio de emplazar su escudo antimisiles

Estados Unidos y Polonia llegaron este lunes a un acuerdo por el que Washington ayudará a modernizar las Fuerzas Armadas polacas a cambio del visto bueno de Varsovia para el escudo antimisiles que el gobierno de George W. Bush quiere desplegar en Europa del Este, informó EFE.

El presidente estadounidense, George W. Bush, hizo el anuncio en declaraciones a la prensa tras su reunión con el primer ministro polaco, Donald Tusk, en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

"Habrá este esfuerzo de modernización que va a tener lugar", afirmó el presidente.

Las conversaciones sobre el escudo antimisiles, iniciadas hace más de un año por el anterior primer ministro polaco, Jaroslaw Kaczynski, estaban trabadas por las exigencias de Varsovia de que Estados Unidos colaborara generosamente en la modernización de sus fuerzas armadas, lo que incluiría nuevo armamento y misiles Patriot, a cambio de aceptar el despliegue propuesto por Washington.

Ni Tusk ni Bush quisieron dar detalles de la modernización a la que accedió Estados Unidos, con el argumento de que serán los técnicos de ambos lados quienes los acuerden para garantizar que "el pueblo de Polonia se sienta cómodo" con el resultado.

En cualquier caso, el escudo "respetará la soberanía de Polonia", insistió el presidente estadounidense, quien defendió el proyecto como "necesario para hacer frente a la realidad" y posibles ataques de países enemigos.

Por su parte, Tusk aseguró: "Nuestra intención es cooperar en todos los aspectos de la seguridad global, tanto estadounidense como polaca, y un elemento de esta seguridad es el sistema de defensa antimisiles".

Según el primer ministro polaco, lo que ha permitido salir del punto muerto es la "convicción de que tanto el presidente estadounidense como el pueblo de Estados Unidos entienden claramente" el punto de vista polaco y "aceptan la posición de Polonia en el principio de cooperación".

Estados Unidos pretende instalar diez lanzaderas de misiles interceptores en Polonia y un sistema de radar controlador en la República Checa, con el objetivo de evitar posibles ataques que puedan partir de alguno de los países que Washington ubica dentro del llamado "Eje del mal".

Bush se reunió hace dos semanas con el primer ministro checo, Mirek Topolanek, sin conseguir cerrar el acuerdo para la instalación del radar.

Ambos mandatarios subrayaron entonces que sólo les separaban "tres palabras" en las negociaciones sobre las normas por las que se regiría el personal estadounidense que trabajara en el radar en territorio checo.

A cambio de aceptar el despliegue del radar en su territorio, la República Checa busca acceso a tecnología militar estadounidense.

El gobierno de Estados Unidos defiende el plan con el argumento de que el sistema es imprescindible para proteger al país y a sus aliados europeos de posibles ataques de Estados hostiles.

Este proyecto ha sido fuente de fricción con Rusia, cuyo presidente, Vladimir Putin, se encuentra tajantemente opuesto al plan al considerar que se trata de una amenaza a la seguridad de su país.

Rusia ha amenazado incluso con apuntar sus misiles hacia Polonia y la República Checa si el plan se materializa.

Aunque la República Checa se ha mostrado en general favorable al despliegue, en Polonia el entusiasmo parece haber disminuido desde la llegada al poder el pasado verano del primer ministro Tusk.

Tusk había advertido el mes pasado que Polonia aceptaría ser base del escudo antimisiles solo si Washington aceptaba sus condiciones, entre ellas que Estados Unidos colabore en la modernización del Ejército polaco y en la seguridad militar del país.

"O nuestras condiciones y nuestros requerimientos son tenidos en cuenta, o no habrá escudo antimisiles en nuestro territorio", aseguró entonces el primer ministro.

Una vez que los dos países lleguen a un acuerdo, sus respectivos órganos legislativos deberán ratificarlo.

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