El desborde de la delincuencia alarma a los venezolanos

"Una mujer presenció el asesinato de su hijo", "Matan a dos hermanos en la puerta de su casa", "Murió joven al quedar atrapado en la línea de fuego", "Restos de 20 personas yacen en fosa común", son titulares de la prensa venezolana, no de un país en guerra, reportó Reuters.

Venezuela, donde miles de personas mueren violentamente cada año, vivió entre lunes y martes la toma de rehenes más larga de su historia, según autoridades, cuando cuatro asaltantes secuestraron a casi medio centenar de personas en una sucursal bancaria tras un frustrado robo.

Al final no hubo víctimas y los delincuentes fueron atrapados por la policía tras huir en una ambulancia, pero el hecho puso de relieve los altos índices delictivos que agobian a la nación, cuyo presidente, Hugo Chávez, ha prometido combatir el crimen.

Un cóctel que incluye la impunidad, la ausencia del Estado en las zonas más pobres —donde existe el mayor índice de delitos—, corrupción policial y el alarmante número de armas entre civiles son los factores que según analistas han llevado a esta situación.

El Informe Latinobarómetro 2007, a cargo de una ONG con sede en Santiago de Chile, destacó que casi la mitad de los venezolanos ha sido objeto de algún delito.

"Entre los países donde hay una mayor ocurrencia de delitos destacan Venezuela y Argentina, donde casi el 50 por ciento de las personas (49 y 47 por ciento respectivamente) han sido víctimas de un delito en los últimos doce meses", dijo el informe.

El mismo documento, elaborado sobre resultados de sondeos, dio cuenta de que el problema que más preocupa a los venezolanos es la delincuencia, con un 46% de mención, seguido por el desempleo, con un 8%.

Dentro del crimen, lo que más alarma no son los delitos simples, sino las muertes violentas cada año, particularmente en las zonas más pobres del rico país petrolero, donde los asesinatos por un par de zapatos de marca o por enfrentamiento entre bandas rivales, por el control del tráfico de drogas, se han hecho comunes.

Según el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), entre enero y septiembre de 2007 hubo unas 10.500 muertes violentas, cifra que no incluye enfrentamientos entre delincuentes y policías, ni muertes de no delincuentes en manos de policías, ni muertes no denunciadas.

En el 2006, según la misma organización no gubernamental, hubo unas 12.200 muertes violentas. Sobre una población que ronda los 28 millones de habitantes, la cifra implica unos 44 asesinatos cada 100.000 personas.

El ratio es similar al de Brasil y está algo por debajo del de Colombia, según un reciente informe de la Organización de Estados Americanos.

No fue posible obtener cifras oficiales del gobierno venezolano sobre los decesos violentos.

Algunos funcionarios han denunciado que los medios de prensa y algunas organizaciones dan datos inexactos para desacreditar al gobierno y crear zozobra entre la población.

Para Lorenzo Labrique, coordinador del informe anual de Provea, las principales causas de inseguridad están asociadas a la gran cantidad de armas que están en circulación en el país, una por cada cinco venezolanos.

"A eso se suma la ineficiencia policial, que esta vinculada estrechamente con la impunidad (...) Esos son los principales aspectos que habría que atacar", dijo Labrique.

El informe de Provea reseña que la Dirección de Armamento de la Fuerza Armada Nacional refleja que existen en el país 1,5 millones de armas registradas, 500.000 en proceso de adquisición y 3,5 millones ilegales.

El ex ministro del Interior, Jesse Chacón, cifró el número de armas en 6 millones en 2007.

Chávez, quien tras la derrota de su propuesta de reforma constitucional en diciembre ha prometido revisar su "revolución socialista", empezó hace semanas a ventilar en público que su gestión estaba en deuda con el tema de la inseguridad.

"El problema es importante ahora porque el presidente por primera vez toma el 'issue' luego de nueve años de apatía, por lo menos discursiva, y de no aplicar correctivos para resolver y atender el problema. Ahora hay un 'mea culpa' por la incapacidad para atenderlo", dijo el analista Luis Vicente León, directivo de la firma Datanálisis.

Opinó que el mandatario tomó el tema en año electoral antes de que lo haga la oposición. "Antes no lo habían hecho porque no se habla de la soga en la casa de ahorcado, el presidente sabía que no podía resolver el problema, que no le afectaba su popularidad, porque tenía prioridades en lo político".

Recientemente, el gobierno se ufanó que en las primeras semanas de enero sólo murieron 525 muertos por armas de fuego, alrededor de 25 decesos por día.

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