El empresario de derecha Martinelli cierra la campaña para las presidenciales como favorito

Ricardo Martinelli, favorito para ganar las elecciones presidenciales panameñas del 3 de mayo, expresó el domingo que está "loco" por que Panamá cambie y sean desplazados los políticos tradicionales que no resolvieron la añeja pobreza ni la reciente crisis de inseguridad, informó la AP.

El exitoso empresario de derecha, de 57 años, cerró su campaña con un acto en Amador, a orillas de la entrada del Canal de Panamá por el Océano Pacífico, e insistió en su lema central del cambio.

"Algo nuevo está pasando en Panamá. Lo que empezamos como una idea prendió una chispa que se ha transformado en un movimiento", dijo el magnate ante millares de seguidores. "Un pueblo frustrado se está levantando porque ha llegado el momento del verdadero cambio".

"¿Cómo puede ser que el panameño trabajador, el panameño olvidado, le cuesta más cara la vida todos los días?", se preguntó, aludiendo a los altos precios de los bienes y servicios.

"¿Y cómo puede ser que los mismos políticos de siempre entren limpios y salgan millonarios dejando un pueblo cada día más pobre?", agregó el líder opositor, en una especie de síntesis de los mensajes de su larga campaña propagandística.

La pobreza afecta a cerca del 40% de los 3,3 millones de panameños, según cifras oficiales.

Martinelli dijo que sus adversarios lo acusan de estar loco por querer resolver la crisis de violencia en las calles, por bajar la canasta básica de alimentos y por generar más trabajos.

"Pues tienen razón. Estamos locos para que este país cambie", subrayó.

Juan Carlos Varela, el compañero de nómina de Martinelli, dijo que antepuso sus intereses al dejar su candidatura presidencial por el Partido Panameñista, el principal de oposición, para respaldar a su colega empresario.

Propuso un "cambio en el que los políticos dejen de servirse a sí mismos y sirvan al pueblo... durante muchos años los políticos tradicionales se han servido con la cuchara grande. Esto se acabó a partir del 1 de julio", cuando debe asumir el nuevo presidente para un periodo de cinco años.

Candidato de la opositora Alianza por el Cambio y en su segundo intento por alcanzar la presidencia, Martinelli le imprimió tiempo y dinero a una larga campaña en la que se presentó como el político novedoso, capaz de generar empleos y riqueza, decidido a terminar con la corrupción y la burocracia, así como resolver la inseguridad y la crisis del transporte público capitalino.

En el caso de que resulte ganador, como indican la mayoría de las encuestas, terminará con la alternabilidad en el poder de las dos fuerzas más grandes: El Partido Revolucionario Democrático (PRD), del presidente Martín Torrijos, y el Panameñista (Otrora Arnulfista).

El PRD tiene como candidata a la ex ministra de Vivienda, Balbina Herrera, de 54 años, que cierra su campaña el martes.

Martinelli repitió sus promesas de campaña: darle 100 dólares por mes a los adultos mayores que no reciben jubilación, impulsar millares de viviendas populares y construir un tren subterráneo en la capital.

Ese proyecto "va a ser el programa de empleo más grande en Panamá desde la expansión del canal", estimó. El metro costaría cerca de 900 millones de dólares.

Los adversarios tildan a Martinelli de demagogo y advierten que de ganar crearía incertidumbre en el país.

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