El Senado de Illinois destituye al gobernador acusado de intentar vender el escaño de Obama

El gobernador de Illinois, Rod Blagojevich, fue removido de su cargo, el jueves, luego de que el Senado estatal lo condenara unánimemente por acusaciones que incluían la de haber intentado vender el escaño que dejó vacante el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, informó Reuters.

El Senado de Illinois, actuando como jurado, votó 59-0 a favor de destituir inmediatamente a Blagojevichm, un demócrata que cumplía su segundo mandato como gobernador del estado.

Los legisladores votaron también unánimemente para prohibir que el acusado vuelva a ocupar cargos públicos en el estado, el quinto más poblado de Estados Unidos.

Con la decisión, el demócrata Blagojevich se convierte en el primer gobernador en el país retirado del cargo en un juicio de impugnación en más de 20 años, reportó la AP.

El Senado estatal lo consideró culpable de abuso de poder. El vicegobernador demócrata Patrick Quinn, uno de sus críticos, se convirtió inmediatamente en gobernador.

Los problemas del ahora ex gobernador están lejos de terminar. Se espera que fiscales federales presenten una acusación formal de corrupción en abril.

Blagojevich, de 52 años, boicoteó tres días el juicio político por considerar que no tendría un proceso justo. El jueves se presentó y suplicó al Senado que lo dejaran conservar el puesto.

Tras la votación, el gobernador destituido habló con los medios frente a su casa en Chicago y prometió "seguir luchando para limpiar mi nombre", y agregó: "Denme una oportunidad de demostrarles que no les quedé mal".

"Amo a la gente de Illinois hoy más que nunca", agregó frente a un grupo de simpatizantes que se reunió en el lugar.

El presidente Obama se comprometió a apoyar la gestión de Quinn.

"Hoy termina un doloroso episodio para Illinois", dijo en un comunicado. "Durante meses, el estado ha estado paralizado por una crisis de liderazgo. Ahora esa nube se ha despejado".

Al presentarse ante los senadores, Blagojevich expuso que no probaron el "delito", y "no pueden hacerlo porque no ocurrió... ¿Cómo pueden echar a un gobernador del cargo con evidencia insuficiente e incompleta?", preguntó.

En las últimas semanas, Blagojevich se vio aislado, con casi todos los círculos políticos en su contra. El escándalo paralizó al gobierno estatal, mientras la imagen del gobernador con su peinado de amplio fleco era objeto de mofa en el país.

Uno a uno, los legisladores acusaron a Blagojevich en la sala del Senado de abusar de su cargo y avergonzar al estado. Lo tacharon de hipócrita, diciendo que cínicamente trató de enriquecerse y luego se hizo pasar como un valiente protector de los pobres al tiempo que se "envolvía en la Constitución" al calificar de injusto el juicio político. Ni un solo senador lo defendió.

Las grabaciones del FBI incluidas en una pesquisa federal de corrupción capturaron "algo que todos nosotros en la política hacemos para realizar campañas y ganar elecciones", dijo Blagojevich a los senadores.

El fiscal de impugnación David Ellis pintó una imagen bien diferente en sus argumentos finales.

"Cada decisión que este gobernador tomó se basó en tres criterios: Su situación legal, su situación personal y su situación política", dijo Ellis. "El pueblo de este estado merece algo mucho mejor".

El FBI detuvo a Blagojevich el 9 de diciembre, luego de presentarse las grabaciones en que el gobernador parecía, entre otros supuestos ilícitos, vender al mejor postor el escaño que dejó vacante Obama en el Senado federal. "Tengo esta cosa y es (improperio silenciado con zumbido) de oro, y no voy a cederla por (zumbido) nada", afirmó el ex gobernador, en una declaración atribuida a él.

Los fiscales dijeron que Blagojevich trató de intercambiar la curul por un trabajo para él o para su esposa. También afirmaron que supuestamente presionó a personas para que le hicieran contribuciones de campaña.

Obama, cuando todavía celebraba su victoria electoral, tuvo que atender el caso y dijo en un informe que nadie de su círculo más cercano había hecho nada irregular.

Quinn, quien prestó juramento como el nuevo mandatario estatal, ahora enfrenta un déficit presupuestario de más de 3.000 millones de dólares.

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