En marcha un nuevo intento de evitar el fracaso de la Constituyente

El gobierno presidido por Evo Morales y representantes de todas las fuerzas políticas de Bolivia iniciaron este miércoles una nueva reunión tras sucesivos intentos infructuosos de salvar la Asamblea Constituyente, actualmente en receso, informó EFE.

El encuentro, que se celebra en las instalaciones de la Vicepresidencia en La Paz, fue calificado por los medios locales de "cumbre política", porque se espera que de él salgan consensos que permitan destrabar la Constituyente, paralizada prácticamente desde hace más de un mes.

La reunión está dirigida por el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, y la presidenta del foro, Silvia Lazarte, con la participación de 42 legisladores y constituyentes, informaron fuentes oficiales.

El Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido del presidente Morales, y seis de sus aliados en la Asamblea firmaron el martes por la noche un acuerdo para dar viabilidad al foro con la inmediata puesta en marcha de la comisión de Concertación, creada para intentar resolver los asuntos más conflictivos.

Sin embargo, el documento, elaborado en la ciudad sureña de Sucre, sede de la Constituyente, no fue rubricado por Poder Democrático y Social (Podemos, derecha), la mayor alianza opositora en Bolivia.

El jefe de Podemos, Jorge Quiroga, que fue presidente del país entre 2001 y 2002, subrayó este miércoles que en su partido existe "voluntad de diálogo", pero pidió al MAS un firme compromiso con el respeto a la legalidad dentro y fuera de la Asamblea.

La oposición ha denunciado en reiteradas ocasiones que el oficialismo obstaculizó el trabajo del foro durante sus primeros ocho meses de mandato por el empeño de Morales en aprobar los artículos de la nueva Carta Magna por mayoría absoluta, y no por dos tercios de los votos como establece la actual normativa.

También salieron a la luz denuncias contra el MAS por presuntas irregularidades cometidas en algunas comisiones importantes como la de Visión de País, donde se rechazaron los informes minoritarios de la oposición.

Recientemente, un tribunal de Sucre dictó un fallo para ordenar a la Constituyente que reincorpore a su agenda la propuesta de esa ciudad para volver a albergar los poderes estatales, algo que el oficialismo se ha mostrado reticente a acatar.

A pesar de ser la capital constitucional de Bolivia, Sucre solo alberga actualmente al poder Judicial y solicita volver a ser la sede del Parlamento y del Ejecutivo, que están en La Paz desde una mini-guerra civil en 1899.

A mediados de agosto pasado, la mayoría oficialista de la Constituyente determinó excluir de sus debates la propuesta de Sucre, lo que derivó en una serie de protestas antigubernamentales, en algunos casos violentas, y en la posterior suspensión de las sesiones del foro hasta el próximo 7 de octubre.

En más de trece meses de trabajo, la Asamblea no ha logrado redactar ni una línea de la nueva Constitución con la que Morales pretende "refundar" Bolivia.

Incluso, la Asamblea se vio obligada a prorrogar su mandato, que vencía el 6 de agosto pasado, hasta diciembre próximo para evitar su fracaso.

Entre los asuntos "críticos" que han puesto en peligro la continuidad del foro figuran, además del litigio entre Sucre y La Paz por ser la capital efectiva del país, la reelección presidencial consecutiva e ilimitada, la definición del Estado boliviano y la propuesta del oficialismo de eliminar el Senado.

Los disensos entre gobierno y oposición en torno a estos temas han sido constantes y han provocado sucesivas aperturas y cierres de diálogos como el iniciado hoy.

Hace apenas quince días, analistas y parte de la prensa nacional alertaban de que el presidente Morales y sus adversarios parecían encaminados a un confrontación directa e incluso la Iglesia católica advirtió que estaba en juego "la convivencia pacífica".

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