Gobierno de Asad considera que ya no está en “peligro”

El Gobierno de Siria considera que la amenaza del levantamiento iniciado hace siete semanas contra el presidente Bashar el Asad está disminuyendo, mientras las fuerzas de seguridad estrechaban el control el martes en los centros de protestas de todo el país.

“Espero que estemos presenciando el final de la historia”, indicó el asesor presidencial Bouthaina Shaaban a un corresponsal del New York Times, autorizado a entrar en el país por unas horas mientras se deniega la entrada a la mayoría de los periodistas extranjeros.

“Creo que ahora hemos pasado el momento más peligroso”, agregó.

Al mismo tiempo, algunos activistas que habían estado arriesgando sus vidas para demostrarse contra Asad reconocieron en entrevistas con Reuters que están perdiendo la esperanza de derrocar del poder al presidente debido a la escala de la represión.

Asad, que ha mantenido el Gobierno autoritario del Partido Baath de Siria desde que heredó el poder de su padre en el año 2000, respondió inicialmente con vagas promesas de reforma política ante los disturbios en marzo, pero volvió a recurrir al Ejército hace dos semanas para aplastar la disidencia.

“La opción militar ha funcionado”, dijo un activista de Damasco, que no puede ser identificado por su seguridad. “De una forma o de otra las cosas están decididas ya. Hemos perdido una oportunidad dorada y poco común para hacer algo. Ahora está perdida”.

“Las protestas continuarán, pero no ganarán en popularidad”, apuntó. “Las operaciones de (seguridad) continuarán (…) Al margen de lo que piense la gente, este régimen aún no ha usado la fuerza, puede ser más agresivo”, añadió.

Grupos sirios de derechos dicen que al menos 630 civiles han muerto en los disturbios en todo el país y miles de personas han sido arrestados, provocando sanciones y condenas occidentales.

La Unión Europea (UE) introdujo el martes un embargo de armas contra Siria en respuesta a la represión y colocó a 13 oficiales sirios en la lista de sanciones del bloque, entre ellos un hermano y un acaudalado e influyente primo del presidente Bashar el Asad, y a responsables de la inteligencia del país, pero no al presidente.

Según fuentes, Alemania y España se opusieron a añadir al presidente a la lista, pese al apoyo a esta medida de Francia y Reino Unido.

Estados Unidos también impulsó más sanciones contra Siria el mes pasado sobre las medidas impuestas en 2004 por su apoyo a los grupos militantes Hamás y Hezbolá y las acusaciones de que ayudó a militantes en la insurgencia de la vecina Irak.

“Ésta es un arma usada contra nosotros muchas veces”, indicó Shaaban. “Una vez que regrese la seguridad, todo puede arreglarse. No vamos a vivir en esta crisis para siempre”, agregó.

Un residente de Damasco dijo haber escuchado fuertes tiroteos en el suburbio suroeste de Mouadhamiya, donde se han producido protestas contra el Gobierno autocrático de Asad.

“Traté de entrar por la entrada principal de Mouadhamiya, pero había decenas de soldados con armas que hacían retroceder a los coches”, indicó el testigo.

Informes sin confirmar de activistas en los últimos dos días señalaban que varios tanques han entrado en ese gran suburbio, y que Internet y las líneas telefónicas han sido cortados en una táctica usual de las fuerzas de seguridad antes de intervenir en puntos de manifestación.

Las autoridades han culpado de la violencia a “grupos terroristas armados”, respaldados por grupos islámicos y agitadores extranjeros, y dicen que cerca de 100 soldados y policías también murieron en los disturbios.

Shaaban dijo que militantes armados habían manipulado “las legítimas demandas del pueblo,” y los describió como “una combinación de fundamentalistas, extremistas, contrabandistas, ex convictos que utilizados para causar problemas”.

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