Actualizado: 25/04/2024 19:17
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Ecuador

La violencia marca el inicio de las movilizaciones por la Asamblea Constituyente

Miles de partidarios del gobierno forzaron el desalojo del Congreso, donde los diputados analizaban la viabilidad de una consulta sobre la Constituyente.

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Unos 5.000 seguidores del gobierno forzaron el desalojo del Congreso de Ecuador este martes, en el primer día de movilizaciones en favor de la consulta sobre una Asamblea Constituyente rechazada por la oposición, que acusó al Ejecutivo de copiar el "autoritarismo" del presidente venezolano, Hugo Chávez.

Dos civiles —incluida una reportera gráfica— y un policía resultaron heridos, según la Cruz Roja, informó la AFP.

Los manifestantes cercaron la sede del legislativo —que tiene en sus manos la suerte del plebiscito— hasta obligar a los diputados a salir en desbandada por la parte trasera, protegidos por la Policía, constataron periodistas.

Tras la salida de los legisladores, un grupo de manifestantes arrojó botellas, piedras y palos contra el edificio del Congreso, forcejeó con la Policía y logró entrar en los locales. Minutos después, los agentes lograron disolverlos utilizando material antidisturbios.

"A partir de hoy entramos en un proceso de movilización hasta que el Congreso respete la voluntad de cambio de los ecuatorianos y viabilice la consulta", dijo a la AFP César Rodríguez, directivo de Alianza País, movimiento con el cual Rafael Correa ganó la presidencia.

La jornada reunió a organizaciones civiles, grupos políticos de izquierda, sindicatos y estudiantes, que corearon insultos contra los diputados que analizaban la viabilidad de la consulta.

Previamente, los manifestantes se enfrentaron con simpatizantes del ex presidente Lucio Gutiérrez —en la oposición—, que intentaron sumarse a la marcha para respaldar la Constituyente.

Diputados opositores acusaron a Correa de alentar los desórdenes, tildándolo de "dictador", y dijeron que pretende copiar el modelo "autoritario" de su amigo, el mandatario venezolano.

"Fue una violación terrible, estamos viviendo una dictadura. Correa quiere imitar al pie de la letra a Chávez, replicar su esquema autoritario", dijo Luis Tapia, jefe de la bancada del Partido Sociedad Patriótica (PSP), segunda fuerza política liderada por Gutiérrez.

En una nota, el gobierno responsabilizó de la situación a "los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y a los diputados y diputadas del Congreso Nacional, por su actuación en contra de la voluntad manifiesta de los ciudadanos y ciudadanas del Ecuador, expresada mayoritariamente en las urnas, el pasado 26 de noviembre", informó EFE.

Mientras, los indígenas —que propiciaron la caída de dos presidentes en la última década— dijeron preparar un cronograma de actividades para presionar la aprobación del plebiscito, convocado para el 18 de marzo, dijo a la AFP Humberto Cholango, líder de la Confederación de los Pueblos de Nacionalidad Kichua.

Ese, y otros 33 grupos cívicos, apoyan la redacción de una nueva Carta Magna.

Las marchas comenzaron una semana después de que el TSE dejara la convocatoria de la consulta en manos del Congreso pese al rechazo de Correa —en el poder desde hace 15 días— a que fuera avalada por ese órgano, conformado por una mayoría opositora que respalda la Asamblea sólo bajo sus propias condiciones.

El gobierno reiteró este martes que está dispuesto a establecer exclusivamente un tribunal ad hoc para que organice el plebiscito.

"Entre hoy y mañana el gobierno tomará una decisión al respecto", dijo la portavoz de la presidencia, Mónica Chuji.

Correa anunció el domingo que ésta será una semana de "presión" en favor de la Constituyente —puntal de su proyecto de "revolución socialista"— y reiteró que con ella busca implantar la figura de la revocatoria del mandato.

El gobernante no presentó candidatos en las legislativas de octubre, por lo que el Congreso teme su disolución.

"Estamos ante una semana crucial. Únicamente la fuerza ética y moral del pueblo obligará a la partidocracia a obedecer a sus mandantes", dijo Correa. Agregó que los "dueños del poder en el Parlamento tienen un deseo explícito de derrocarlo" y para ello conspiran contra la Asamblea.

Diputados de los principales partidos opositores negaron los señalamientos calificándolos de "insultantes, histriónicos y desafortunados".