Las potencias mundiales acuerdan una nueva resolución contra Teherán

Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania, acordaron el martes en Berlín una nueva resolución contra Irán por su controvertido programa nuclear, informó la AFP.

"Hemos consensuado el texto de una resolución del Consejo de Seguridad", anunció a la prensa el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, tras una reunión con sus homólogos de los cinco países miembros permanentes del máximo órgano de las Naciones Unidas (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia).

Steinmeier indicó que el texto será presentado ante el Consejo de Seguridad en las "próximas semanas".

Según un alto responsable estadounidense, que pidió no ser identificado, "la resolución sobre la que se han puesto de acuerdo acentúa la severidad de las sanciones" que ya han sido adoptadas contra el régimen de Teherán.

"Extiende las sanciones y recuerda a los iraníes muy claramente que las seis potencias están unidas", destacó la fuente.

Según el jefe de la diplomacia alemana, el resultado de la reunión del martes echa por los suelos la afirmación de Teherán sobre la existencia de divisiones en el grupo.

El responsable estadounidense reconoció que, al sentarse en la mesa, los ministros tenían cuatro cuestiones técnicas que consensuar, pero dijo que fueron limando sus diferencias en el transcurso del encuentro, que duró dos horas.

Precisó que el texto no se distribuirá hasta ser presentado previamente a los diez miembros no permanentes del Consejo de Seguridad.

Gran Bretaña, Francia y Alemania han desplegado en estas últimas semanas sus artes diplomáticas para alcanzar una postura conjunta entre las seis potencias frente a la crisis con Irán.

Washington y sus aliados europeos han defendido un tercer paquete de sanciones económicas y comerciales contra Teherán por desafiar a la comunidad internacional al negarse a suspender su programa de enriquecimiento de uranio, susceptible de ser usado para la fabricación de una bomba atómica.

China y Rusia, que mantienen vínculos comerciales lucrativos con la República Islámica, se han mostrado reticentes a apoyar nuevas medidas.

Un informe de los servicios secretos estadounidenses publicado en diciembre, en el que se afirmaba que Teherán puso fin a su programa de armamento nuclear en 2003, complicó la tarea de convencer a chinos y rusos de la necesidad de seguir castigando a los iraníes.

Teherán niega que esté buscando fabricar la bomba atómica e insiste en que su enriquecimiento de uranio tiene únicamente fines civiles.

El portavoz del gobierno iraní afirmó el martes, antes del término de la reunión en Berlín, que su país no suspenderá sus actividades nucleares, aunque haya una nueva resolución del Consejo de Seguridad.

"Irán continúa con sus objetivos (nucleares) en el marco de sus derechos legales y legítimos, y la adopción de una eventual nueva resolución no tendrá ningún efecto sobre la actitud del pueblo iraní", declaró Gholamhossein Elham.

El jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Mohamed ElBaradei, anunció el 13 de enero que había acordado con Teherán un plazo de cuatro semanas para que Teherán aclare puntos de su programa nuclear.

El martes en Bulgaria, el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Manuchehr Mottaki, aseguró que su gobierno coopera con la AIEA.

Su homólogo búlgaro, Ivaílo Kalfin, dijo que Mottaki le había asegurado que Irán "trabaja de forma muy activa con la AIEA y que había respondido al 70% de las preguntas" que le presentó la agencia de la ONU.

Mottaki dijo que Teherán responderá "completa y claramente (al cuestionario de la AIEA) de aquí a mediados de febrero o principios de marzo".

Ahora, los diplomáticos prevén que el plazo de "gracia" se alargue seis semanas.

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