Los venezolanos enfrentan crecientes períodos de escasez de productos básicos
Ha surgido un mercado negro con vendedores ambulantes que expenden ilegalmente alimentos de primera necesidad por hasta el doble del precio establecido.
Los consumidores venezolanos enfrentan a crecientes períodos de escasez de productos básicos mientras la economía muestra signos de recalentamiento en medio de ganancias récord por los recursos petroleros, informó Reuters
La escasez ha incrementado el escepticismo en la política económica del presidente Hugo Chávez y sirve de trasfondo al referendo para reformar la Constitución, que el mandatario asegura es necesario para llevar a Venezuela hacia el socialismo.
Gustavo Arteaga, un obrero de la construcción de 37 años que fácilmente encuentra trabajos en la próspera economía petrolera venezolana, dijo que intenta conseguir desde hace un par de meses productos básicos como aceite para cocinar, carne y leche, pese a que programas sociales del presidente Chávez prometen surtir de provisiones a bajo costo a la mayoría pobre del país.
"Aquí hay que hacer milagros para conseguir leche", dijo Artega, padre de dos hijos, que estuvo dos horas en una cola en las afueras de una tienda en el empobrecido vecindario de Los Eucaliptos. "¿No ves que estoy aquí fajado para ver si llevo aunque sea uno o dos de esos (potes de leche)?", agregó.
Los comerciantes aseguran que los precios fijados por el gobierno a alimentos de primera necesidad son tan bajos, que desalientan la inversión y obligan a vender a pérdida.
Por su parte, Caracas dice que el problema se deriva de la creciente demanda proveniente de los pobres que se benefician de los programas sociales, exageraciones de los medios de comunicación y acaparamiento de comerciantes inescrupulosos.
La economía creció un 10 por ciento en 2006, y millones de venezolanos reciben asignaciones del gobierno por participar en programas de educación y desarrollo comunitario.
Las estanterías de los supermercados están surtidas de whisky y vinos importados, pero más del 25 por ciento de las provisiones de alimentos básicos ha sido irregular este año, según la firma encuestadora y de investigación Datanálisis.
La empresa asegura que los venezolanos pierden varias horas a la semana buscando comida. Mientras, los minoristas racionan sus provisiones, algunos incluso sellan las manos de los clientes para que no se pongan dos veces en la cola.
Los controles gubernamentales influyen en el desabastecimiento
Las comparaciones que hace la oposición con los anaqueles vacíos de Cuba aún son exageradas, pero hasta los venezolanos pobres que respaldan al mandatario se quejan de estar atrapados en largas filas o tener que visitar varios supermercados para surtir sus hogares.
"Lo hemos advertido desde el principio: todas estas regulaciones y controles de precios a la larga lo que producen es desabastecimiento", dijo Ismael Pérez, de la organización de industriales Conindustria, citado por Reuters.
Pérez asegura que los comercios temen guardar inventarios dada una ley contra el acaparamiento, que se concretó en la incautación de 125 toneladas de leche en polvo a la filial de empresa suiza Nestle, la mayor empresa mundial de alimentos.
Chávez sigue siendo ampliamente popular después de ganar una reelección el año pasado, y los encuestadores aseguran que volverá a triunfar en diciembre en el referendo que le permitirá eliminar los límites a la reelección presidencial.
El militar retirado nacionalizó este año amplios sectores de la economía y reforzó los controles de precios que decretó en el año 2003, pero que han sido ignorados en gran parte.
Un mercado negro informal ha surgido con vendedores ambulantes que expenden ilegalmente bolsas de azúcar, frijoles y la preciada leche en polvo, por hasta el doble del precio de la regulación.
La agencia oficial de protección al consumidor, respaldada por el cuerpo de reserva militar, con frecuencia cierra comercios por expender por encima de los precios del gobierno, pero los vendedores ambulantes comercian en el centro de Caracas a la vista de las autoridades.
"Esto es una falta de respeto, pero no se consigue por ningún lado", dijo José Ferrer después de pagar casi 12 dólares por una lata de leche en polvo, que está regulada al equivalente de 6 dólares. "Uno tiene que (comprarlo) a juro por los chamos (niños)", afirmó.
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