Actualizado: 29/04/2024 20:56
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Estados Unidos

Más de un millón de hispanos realizaron un histórico paro e inundaron las calles

La Casa Blanca reaccionó con frialdad. 'El presidente no es aficionado a los boicots', dijo el secretario de prensa, Scott McClellan.

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Muchos manifestantes portaban carteles en español que decían: "Somos América" y "Hoy marchamos, mañana votamos". Otros agitaron banderas mexicanas o usaron sombreros y bufandas con los colores de sus países de origen.

Algunos corearon las siglas de Estados Unidos en inglés, y otros gritaron consignas como "¡Sí se puede!"

Había quienes vestían camisetas que tenían impreso el mensaje: "Soy ilegal, ¿y qué?"

La Casa Blanca reaccionó fríamente.

"El presidente no es aficionado a los boicots", dijo el secretario de prensa Scott McClellan. "La gente tiene el derecho de expresar pacíficamente su punto de vista, pero el presidente quiere que una reforma incluyente sea aprobada por el Congreso para poderla promulgar".

El boicot fue organizado por activistas de los derechos de los inmigrantes, disgustados por una legislación federal que consideraría un delito grave la inmigración ilegal y construiría una valla en la frontera entre México y Estados Unidos. El objetivo de la protesta era llamar la atención sobre el poder económico que representan los inmigrantes.

En algunas concentraciones se hicieron presentes pequeños grupos que se oponen a la inmigración, incluido uno en Pensacola, Florida.

"Deberían deportar a los 13 millones de extranjeros, y luego tomar a todas las personas que reciben un cheque gratis por desempleo y obligarlos a hacer esos trabajos", dijo Jack Culberson, un coronel retirado del ejército, quien asistió a la concentración en Pensacola. "Tan sencillo como eso", dijo.

Los sectores que dependen del trabajo inmigrante fueron los más afectados por el paro, aunque no de manera uniforme.

Tyson Foods Inc., la mayor productora cárnica en el mundo, cerró una decena de sus más de 100 plantas, y reportó un "ausentismo mayor al habitual" en otras instalaciones. La mayor parte de los cierres de negocios ocurrió en estados como Iowa y Nebraska.

Ocho de las 14 plantas procesadoras de pollo de Perdue Farms cerraron durante el día.

Goya Foods, que se autoproclama la mayor cadena de comida rápida propiedad de hispanos en el país, suspendió las entregas en toda la nación, salvo en la Florida, tras argumentar que deseaba expresar su solidaridad con los inmigrantes, que son sus consumidores principales.

Ninguno de los 175 trabajadores estacionales que trabajan en las 200 hectáreas de cebolla de Mike Collins, en el sudeste de Georgia, se presentó a trabajar.

"Tenemos que trabajar mucho en esta época del año para cosechar estas cebollas", dijo Collins. "Tenemos pedidos que cumplir. Perder un día en esta época nos causa una enorme cantidad de problemas", añadió.

En la zona de Los Angeles, restaurantes y mercados habitualmente concurridos estaban desiertos y los camioneros evitaban el puerto de cargas más grande del país. En el centro de la ciudad, uno de cada tres pequeños comercios estaba cerrado.

"No me importa si pierdo mi trabajo", dijo José Cruz, un salvadoreño que protestó con cientos de miles de personas en la población de Homestead, ubicada en la zona rural de la Florida, en vez de asistir a su empleo en la construcción. "Vale la pena perder muchos empleos para obtener mis papeles".

El impacto en algunas escuelas fue significativo. En el Distrito Escolar Unificado de Los Angeles, donde el 73% del alumnado es hispano, aproximadamente 72.000 estudiantes de secundaria y preparatoria se ausentaron, casi uno de cada cuatro.


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