Miles de personas protestan contra Lugo y le piden que cumpla sus promesas

Miles de paraguayos de varias organizaciones sociales marcharon el martes en el centro de Asunción para exigir al presidente socialista Fernando Lugo que cumpla con sus promesas electorales, en una protesta que caldeó aún más el clima de zozobra y la inestabilidad en el gobierno, informó Reuters.

La policía estimó que cerca de 3.000 personas participaron en la manifestación que congregó a grupos "sin techo", docentes, transportistas y jubilados, entre otros gremios, en reclamo de cambios en las políticas sociales que lleva adelante el ex obispo católico.

"Nos manifestamos porque no hay respuesta a nuestros reclamos como es de costumbre con este gobierno. La marcha es inevitable porque es la única herramienta que tenemos", dijo el dirigente "sin techo" Blas Vera.

La movilización transcurrió sin mayores incidentes, en medio de un gran operativo policial que involucró a más de 2.000 efectivos. Muchos comercios del centro comercial de Asunción cerraron sus puertas por temor a desmanes.

Entre el sonar de tambores y silbatos y el ondear de banderas paraguayas, los manifestantes pedían la renuncia del titular de la Secretaría de Acción Social, Pablino Cáceres, un ex sacerdote muy cercano al mandatario.

La protesta se produjo días después de la explosión de un artefacto en la sede del poder judicial y de decenas de amenazas de bomba en entidades estatales, que pusieron en vilo a los organismos de seguridad y crearon temor entre la población.

Lugo vio caer su popularidad tras el escándalo surgido semanas atrás, cuando reconoció ser padre de un niño de dos años, fruto de su relación con una joven cuando era obispo.

Poco después, otras dos mujeres denunciaron que tuvieron hijos con el presidente, que acabó con más de seis décadas de gobierno conservador y lleva menos de un año en el cargo.

En medio de la demostración, un diputado opositor anunció la presentación de un pedido de juicio político contra el mandatario, de 57 años, que finalmente descartó tras reconocer que los votos para aprobarlo eran insuficientes.

Los ánimos se enrarecieron aún más por un presunto malestar en la cúpula de las fuerzas armadas tras la celebración de un encuentro de jóvenes de partidos políticos de izquierda en una unidad castrense, que provocó ácidas críticas de la oposición que adujeron al carácter no deliberante de los militares.

El presidente modificó su agenda, en la que tenía previsto una jornada de gobierno en el interior, y regresó a la capital al mediodía para seguir la marcha de los acontecimientos.

"Este gobierno de la alianza quiere ir hasta el 2013 (hasta el fin de su mandato) y construir las bases para un país diferente", dijo Lugo a periodistas desde Concepción, unos 550 kilómetros al norte de Asunción.

El mandatario lidera una coalición fracturada y mantiene una tensa relación con su vicepresidente, el liberal Federico Franco.

Pero internacionalmente ha tenido más apoyo.

"Hay algo articulado para desviar la atención de la agenda nacional (...) hay que apoyar al gobierno en su gestión, hay muchos desafíos", dijo a periodistas la embajadora de Estados Unidos en Asunción, Liliana Ayalde, dando un fuerte apoyo al gobernante.

"Si hay gente que piensa que no la hay (una agenda nacional), que ayuden a gestionarla y no generar esta situación de incertidumbre que no es positiva para el país", agregó.

Lugo tiene previsto recibir el jueves al presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, y fuentes oficiales mencionaron la posibilidad de que el mandatario venezolano, Hugo Chávez, haga una escala en Asunción en su trayecto hacia Argentina para respaldarlo.

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