Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Bolivia

Morales sufre un duro revés en el Senado

La cámara decidió archivar la denuncia de prevaricación del mandatario contra cuatro miembros del Tribunal Constitucional.

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El presidente boliviano, Evo Morales, sufrió este martes un nuevo revés, al archivar el Senado su denuncia contra cuatro magistrados del Constitucional, y sigue a la defensiva ante el reclamo de Sucre de ser capital plena del país, conflicto que ha paralizado la Constituyente, informó EFE.

La mayoría derechista del Senado aprobó cerrar el juicio en una sesión en la que los legisladores del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) intentaron impedirlo con gritos y violencia.

Morales demandó por prevaricación a cuatro de los cinco magistrados del Tribunal Constitucional (TC) porque cesaron a otros tantos miembros de la Corte Suprema que él había designado por decreto en 2006.

El archivo es un duro revés para Morales dentro de una creciente crisis política que ha incluido batallas campales en el Congreso, paros cívicos en seis de los nueve departamentos y un incremento del intercambio de acusaciones e insultos.

Además, peticiones de renuncia de Morales lanzadas por el gobernador de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, una huelga judicial, suspensión de sesiones de la Asamblea Constituyente y disturbios y huelgas de hambre en Sucre.

El presidente del Senado, José Villavicencio, de la centrista Unidad Nacional (UN), se abstuvo de votar y criticó a sus colegas oficialistas porque, según dijo, "de manera bochornosa" tomaron por la fuerza la cabecera de esa cámara y llegaron a "tumbar la mesa de la presidencia".

"Estos hechos no debemos aceptarlos. Si hemos criticado lo que sucedió en la Cámara de Diputados, no debemos permitir que se de en la de Senadores", dijo Villavicencio.

Aludía a que hace dos semanas, cuando la mayoría del MAS en la cámara baja aprobó enjuiciar a los magistrados, diputados oficialistas y opositores se liaron a puñetazos y patadas.

El jefe de bancada del MAS en el Senado, Santos Ramírez, dijo que la oposición archivó el caso irregularmente, pero Villavicencio y su colega Óscar Ortiz (de Podemos) replicaron que todo "fue legal".

Esa batalla es vital para Morales porque el TC decidirá la suerte de importantes iniciativas gubernamentales.

Morales, que ha mermado su popularidad al 57 por ciento desde el 80 por ciento de mayo de 2006, se queja de que ganó el gobierno pero no el poder, porque la Constitución y las leyes vigentes, que califica de "neoliberales", no le dejan hacer todo lo que quisiera.

Por eso impulsó la Constituyente y promete con ella "refundar Bolivia", pero en 13 meses ese foro no ha redactado ni una línea, por lo que su mandato tuvo que ser prorrogado hasta diciembre.

Además, la Asamblea suspendió sesiones por los disturbios en Sucre, que quiere ser capital plena y sede de todos los poderes (el gobierno y el parlamento residen en La Paz desde que esta ciudad ganó una mini-guerra a Sucre en 1899).

Los sucrenses dicen que su pelea no es con La Paz, sino con Morales y el MAS, que impusieron su mayoría en la Constituyente para excluir de su agenda el reclamo capitalino.

Los dirigentes de Sucre y su departamento, Chuquisaca, ganaron el lunes una decisiva batalla a Morales.

El mandatario rechazó inicialmente la petición de que el gobierno dialogara en Sucre, sin delegados de La Paz, y convocó a una reunión en Cochabamba a la que sólo llegaron representantes del Ejecutivo y sus aliados.

Tras el fracaso de la cita, una misión encabezada por el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, viajó a Sucre y se reunió con dirigentes regionales, que aceptaron dialogar pero con condiciones.

Entre las condiciones está que la Asamblea no vuelva a deliberar por ahora en Sucre, como anunció para el jueves su presidenta, la oficialista Silvia Lazarte, y que ésta y prelados católicos asistan al diálogo "para darle un valor moral".

En entrevista con el diario La Prensa, Quintana dijo que el conflicto genera "tal grado de turbulencia, de bloqueo en la Constituyente, de tensiones locales, de tensión entre el campo y la ciudad, y de conflicto interno en el país, que ha exigido por parte del Ejecutivo desplegar su máxima capacidad de mediación".

Según Quintana, si prospera el diálogo, Morales pedirá a sus fieles indígenas y campesinos que suspendan la marcha programada para el lunes próximo en Sucre, para la que fuentes oficiales anunciaron 100.000 manifestantes.