Mugabe y Tsvangirai alcanzan un acuerdo para compartir el poder

El presidente Robert Mugabe llegó a un acuerdo para compartir el poder, después de más de dos décadas como líder indiscutido de Zimbabue, informaron funcionarios, de acuerdo con AP.

Por su parte, el mandatario sudafricano Thabo Mbeki, el mediador, no ofreció detalles de inmediato, pero dijo que el acuerdo será firmado el lunes. El líder opositor Morgan Tsvangirai había dicho a periodistas que las partes "tienen un acuerdo", sin dar más información.

Mbeki llegó a Zimbabue desde el lunes para intentar solucionar el estancamiento sobre quién ejercería la mayor autoridad, si Tsvangirai o Mugabe, en un gobierno de unidad.

Durante todo un año antes de esta negociación, Mbeki ha intentado aproximar a Mugabe y a Tsvangirai, al insistir —pese a las acusaciones de que está inclinado en favor de Mugabe— que su política de negarse a confrontar o de criticar en público a cualquiera de las partes en conflicto era la mejor forma de abordar el problema.

Sin embargo, otros dirigentes, entre ellos líderes africanos que tradicionalmente se muestran poco dispuestos a criticarse los unos a los otros, han mostrado cada vez menos paciencia con Mugabe, a quien han acusado de entrampar los derechos políticos de los zimbabuenses y de arruinar la economía del país que solía ser el granero de la región.

Los países vecinos que tienen que soportar a los refugiados de Zimbabue están entre sus críticos más duros.

El partido de Tsvangirai ganó la mayor cantidad de votos en las elecciones presidenciales y legislativas en marzo, pero no tuvo los suficientes sufragios para evitar una segunda ronda ante Mugabe.

Una cadena de asesinatos y violencia patrocinada por el gobierno en contra de los simpatizantes de Tsvangirai lo obligaron a renunciar a la segunda vuelta en los comicios presidenciales.

Mugabe mantuvo el nombre Tsvangirai en las boletas de votación y fue declarado ganador absoluto de la segunda vuelta, denunciada ampliamente como un fraude.

Al referirse a los resultados del pasado mes de marzo, Tsvangirai afirmó que él debería encabezar el gobierno y presidir las reuniones del gabinete, y que Mugabe debería ser relegado a un puesto ceremonial.

Gran parte de la popularidad de Mugabe en su país y en el resto del continente está relacionada con su imagen de un orgulloso líder africano que no tiene temor en desafiar a Occidente.

Tsvangirai, quien carece de los antecedentes anticoloniales de Mugabe, señaló que Zimbabue necesita trabajar con Occidente para superar sus crisis económica y política.

Un acuerdo político dejaría en libertad a ambos líderes para que comiencen a abordar los graves problemas económicos del país africano, que incluyen la tasa de inflación más alta del mundo y carestías crónicas de alimentos y combustibles.

Los inversionistas extranjeros se han mostrado preocupados por la incertidumbre política. Los gobiernos occidentales están dispuestos a ayudar con inversiones y préstamos, pero no desean negociar con Mugabe, a quien consideran un dictador.

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