Nuevas revelaciones sobre los últimos días de Mandela

El esperado libro de memorias de Zelda La Grange, la secretaria de Nelson Mandela durante los últimos 20 años de su vida y quizá la persona que más tiempo pasó junto a él desde que fue liberado, estremecerá de nuevo la ya muy dinamitada imagen pública de la familia Mandela, informa el diario español El Mundo.

El libro Good Morning, Mr Mandela, del que hizo un adelanto la edición sudafricana del Times y al que también se refirieron The Sunday Times y el Irish Times, vuelve a mostrar a una familia avariciosa y pone de nuevo en el disparadero a la matriarca del clan, la hija mayor Makaziwe.

“Graça Machel tuvo que tener una acreditación para entrar en el funeral de su marido”, revela la secretaria. Según la joven afrikáner de familia conservadora, que comenzó a trabajar con el expresidente cuando tenía 23 años y que acabó siendo su mano derecha.

“Sólo le asignaron a la familia Machel cuatro lugares en la ceremonia. Nunca vi a nadie soportar ser peor tratada y humillada como a esa mujer”, dice La Grange sobre la viuda a la que llena de halagos. “Era la única persona que le hacía realmente feliz”, asegura.

Sin embargo, la familia siempre atacó a Machel y, por ejemplo, tras el famoso incidente de la ambulancia en la que Madiba [nombre de Mandela según el clan a que pertenecía] estuvo a punto de perder la vida, Makaziwe se presentó en el hospital y comenzó a referirse a ella delante de todo el mundo como Miss Frenética por un supuesto ataque de nervios que la exmujer tuvo al ver que su marido podía morir en una cuneta de una carretera.

La Grange revela también que cuando Mandela estaba ya muy enfermo y se dio orden desde la Fundación de que nadie fuera a visitarlo “había familiares que metían extraños en la casa o en el hospital para ver a Mandela”. Mientras, “cuando él ya estaba incapacitado la familia aprovechó para prohibir las visitas de muchos amigos íntimos que él adoraba y que nunca más pudieron visitarle”, afirma.

En este sentido, una de las aseveraciones más duras del relato y que también confirmaron otros amigos de Mandela, es que la familia comenzó a discutir sobre su funeral y el reparto de sus posesiones con él aún vivo. “Aún estaba siendo cuidado por su mujer, con buena salud, y ellos discutían ya por su funeral en frente de él”.

Del relato de La Grange se desprende que la familia intentó separarle de Mandela cuando éste enfermo y “fue Graça la que más de una vez permitió que yo le viera porque eso era lo que quería mi marido”, dice la afrikáner que aseveró en más de una ocasión la hoy viuda.

La Grange revela incluso como ya enfermo le llevaron a Qunu y lo aislaron para que no se relacionara con nadie impidiendo que ella y otros le visitaran. “Estaba solo y metido en un cuarto”.

En el propio funeral en la población de Qunu, ella y George Bizos (un gran amigo de toda la vida que fue su abogado en el famoso juicio de Rivonia) entraron por la puerta de la cocina a la casa al estar todo cerrado con llave. Makaziwe acabó aceptando a regañadientes que Bizos se quedara, pero La Grange como otros dos empleados de toda la vida de la casa de Mandela fueron expulsados. “No queremos a tu gente en este lugar”, dijo la hija.

La Grange dice que acepta las críticas, que ella ha escrito su visión honesta de Mandela pero que no dice que Mandela fuera así. “Mandela pertenece al mundo. Nada puede cambiar lo que era. Todo el mundo debe respetar su legado y pensar y recordarlo a su manera. Me sentí tentada de ser amarga pero ¿cómo puedo sentirme amargada y dolida cuando él nunca sintió amargura por nada? Graça ha sido mi brújula, mi relación con Madiba era lo único que importaba”.

Por su parte, el periódico Times revela que Makaziwe se ha limitado a decir que “no está interesada en lo que esa señora escriba de mi aunque estoy dispuesta a demandarla”.

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