Trump dice que sus rivales son parte de un sistema «perverso»

El expresidente Donald J. Trump suele caracterizar su campaña presidencial como una batalla por el futuro de Estados Unidos. Pero hablando en una convención de medios cristianos en Nashville el jueves, envolvió esa descripción dentro de un claro marco de bien contra mal, retratando a sus oponentes políticos como parte de un sistema “perverso”, escribe Michael Gold en The New York Times.

Trump también revivió su afirmación de que la “mayor amenaza de Estados Unidos no proviene del exterior de nuestro país” sino “de dentro”, lenguaje que el año pasado provocó alarma entre los expertos que vieron en él ecos de líderes autocráticos.

Durante el discurso del jueves en la convención Nacional de Radiodifusores Religiosos en Nashville, Trump describió la amenaza como liberales —más específicamente, una “clase política corrupta y de izquierda radical”— a quienes calificó en términos generales como intrínsecamente empeñados en atacar el cristianismo.

“Los cristianos no pueden darse el lujo de quedarse al margen en esta lucha”, dijo Trump. Más tarde añadió, sin ofrecer pruebas, que los liberales perseguían a los cristianos porque “saben que nuestra lealtad no es hacia ellos. Nuestra lealtad es hacia nuestro país y nuestra lealtad es hacia nuestro creador”. (Hay muchos cristianos que son demócratas).

Antes de postularse para el cargo, Trump dio pocas muestras de ser particularmente religioso, lo cual reconoció al principio de su discurso, y no suele dar discursos centrados en la fe durante el proceso. Pero los votantes evangélicos en 2016 se sintieron atraídos por su mensaje populista y sus promesas de nombrar jueces “provida”, y se han mantenido leales a él.

Trump a menudo ha parecido incómodo o poco dispuesto a discutir extensamente el aborto durante la campaña electoral. Durante su discurso, se atribuyó el mérito de la decisión de la Corte Suprema de anular Roe v. Wade, sin utilizar la palabra “aborto” ni mencionar el caso por su nombre.

“Pude traer este tema por primera vez en 54 años a los estados”, dijo Trump, antes de declarar falsamente que “en ambos lados, todos están de acuerdo en que ahí es donde debe estar”.

Muchos votantes no querían que se anulara Roe v. Wade, un hecho que se hizo más evidente después de que el derecho al aborto surgió como un tema de campaña que impulsó a los demócratas en las elecciones de todo el país en 2022 y 2023.

Trump ha evitado adoptar una posición clara sobre las restricciones al aborto después de esas elecciones, y su énfasis en los derechos de los estados durante el discurso del jueves es parte de ese patrón.

Tampoco se refirió a un fallo reciente de la Corte Suprema de Alabama de que los embriones en tubos de ensayo deben considerarse niños, una decisión que citó lenguaje antiaborto. La campaña de Biden ha criticado el silencio de Trump sobre el tema.

Trump ha dicho anteriormente que los republicanos deben encontrar una manera de hablar sobre el tema que no los amenace en las urnas, y anteriormente criticó una prohibición del aborto de seis semanas firmada por el gobernador Ron DeSantis de Florida, un republicano y ex rival político, como un “terrible error”.

Pero Trump ha dicho a sus asesores y aliados que le gusta la idea de una prohibición nacional del aborto durante 16 semanas con tres excepciones, en casos de violación o incesto, o para salvar la vida de la madre, informó The New York Times la semana pasada. citando a dos personas con conocimiento directo de las deliberaciones de Trump.

El jueves vinculó el tema a sus problemas legales y criticó al Departamento de Justicia por procesar a seis manifestantes antiaborto que en 2021 obstruyeron una clínica de salud reproductiva en Tennessee en violación de las leyes federales. Fueron condenados por un jurado en el estado el mes pasado, en un caso que ha sido un punto álgido para los activistas conservadores.

También repitió su promesa de crear un grupo de trabajo federal para centrarse en el sesgo “anticristiano”. Trump ha tratado de atraer a los votantes cristianos acusando a la administración Biden de criminalizar a los estadounidenses por su fe, aunque los expertos han dicho que muchas de sus afirmaciones son infundadas o engañosas.

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