Europa del Este

Nuevas fronteras e intereses

Estados Unidos reubicará sus bases militares europeas; Rusia se preocupa.

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De hecho, el golpe más duro lo recibirá Alemania, donde está el 80 por ciento de esos efectivos (unos 68.000). Le siguen en importancia las bases militares de Morón y Rota, en España, y Aviano, en Italia, las cuales representan más bien un objetivo logístico. Lo mismo ocurre con los 2.000 soldados destinados en Turquía.

Aparte de estos centros militares grandes, EE UU también tiene tropas en Grecia, Islandia, Dinamarca, Noruega, Holanda, Luxemburgo y Portugal. En el mundo postcomunista, la administración estadounidense aprovechó la cobertura de la guerra en Afganistán para instalar bases en algunas antiguas repúblicas soviéticas, como Uzbekistán, Tadjikistán y Kirguistán. En Afganistán mantiene 5.000 soldados.

Estados Unidos también mantiene más de 200 soldados en Georgia, quienes instruyen al Ejército en la lucha contra "extremistas islámicos". Y durante la guerra en la antigua Yugoslavia, logró también establecer una base de operaciones militares en Hungría, que utiliza para el recambio de tropas y mantenimiento de equipos, y tiene una presencia importante en Kosovo.

¿Cuáles son los pronósticos?

Josef Selichar, analista militar del Instituto de Estudios Internacionales de Praga, dijo a Encuentro en la Red que está claro que Estados Unidos busca una mejor posición estratégica en Europa y aumentar su presencia militar en Estados fronterizos de la OTAN que le brinden mayores ventajas financieras, políticas y tácticas.

En su opinión, después de la crisis que enfrentó a Alemania y EE UU en el Consejo de Seguridad por el conflicto en Irak, Washington empezó a pensar en mudar sus bases en suelo alemán hacia el Este europeo. "Se trata más bien de una opción estratégica largamente madurada por el Pentágono y las razones son varias", explica el experto.

En primer lugar, Alemania es muy cara. Un desplazamiento al Este traería, a largo plazo, un ahorro sustancial. Este argumento ha sido corroborado por el general James Jones, jefe de las tropas de EE UU en Europa. Pero el factor más relevante es que Alemania dejó de ser un Estado fronterizo al estilo de la Guerra Fría y, por tanto, su importancia estratégica declina a los ojos del Pentágono.