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Dime con quién enlazas

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En su traslación a Internet, el viejo refrán “dime con quién andas y te diré quién eres”, podría reeditarse como “dime con quién enlazas, y te diré quién eres”.
Por lo general, podemos descubrir la identidad de una página revisando aquellas que sus autores tienen a bien ofrecernos como merecedoras del “honor” de figurar en el selecto (y por fuerza reducido) grupo de las que aportan algo o complementan la página en cuestión, más las que simplemente gozan la condición de afines.
Revisando recientemente los enlaces que recomienda un suplemento cultural del diario Juventud Rebelde, encontré un enlace de nombre enigmático: Haika. Al visitar la página, descubrí que se trataba del órgano de la organización juvenil homóloga, que con 4.000 militantes se define como “la agrupación juvenil de izquierdas más importante de Europa” (así serán las otras) y, específicamente, de la izquierda aberzale (izquierda radical del País Vasco), cuya postura ante la violencia y el terrorismo se deduce de los textos publicados en ella.
Para quienes no estén familiarizados con el tema, vale aclarar que la izquierda aberzale va desde un partido político legal, EH, que en las últimas elecciones acaparó menos del 10% del electorado; los grupos juveniles que promueven la kale borroka (lucha en la calle), consistente en la quema de cajeros, sedes bancarias, empresas de trabajo temporal, y autos de policías o de políticos de otras formaciones; hasta ETA, en el otro extremo, que practica su particular versión de la guerra de independencia: el coche bomba y el tiro en la nuca. El común denominador es que todos se dicen independentistas, socialistas e internacionalistas. Y todos reivindican la soberanía del País Vasco (Euskadi), que en su imaginario no sólo abarca el territorio actual, sino el País Vasco Norte (parte de Francia) y Navarra.
En la página a que nos invita Juventud Rebelde, aparece una entrevista a un grupo de jóvenes protagonistas de la kale borroka publicada originalmente por la revista clandestina Resistencia, y reproducida por Haika bajo el título “La kale borroka como método de respuesta”. Un joven que emplea el seudónimo Eneko, alega que “En unos Estados policiales, corruptos, militarizados y fascistas como en los que nos hacen vivir, no se puede desarrollar por desgracia otras formas de protesta. Sales en manifestación y te la prohíben y te cosen a hostias (sic.). No existen medios de comunicación potentes en los que desarrollar las denuncias (...) Euskal Herria está dividida en tres comunidades, están asesinando a los presos políticos y a los exiliados, estamos en el puto paro, explotados, reprimidos y sin ninguna posibilidad de salir de la miseria como pueblo”. El lector ingenuo que desde Juventud Rebelde acceda a esta página imaginará un País Vasco tomado por los tanques españoles, nativos masacrados, manifestaciones disueltas a balazos; un País Vasco sumido en la miseria: masas hambreadas, mendicidad, una suerte de Tercer Mundo bajo la bota imperialista española.
Pero el lector ingenuo tropezará poco después, en la propia publicación, con el artículo “Pueblo palestino sí, pueblo vasco no”, de Roberto Delgado, quien nos cuenta que existen en Euskadi sindicatos nacionalistas, organismos que predican públicamente la desobediencia civil, asociaciones de vecinos con carácter independiente, medios de prensa, partidos y organizaciones juveniles independientes del Estado español. Ya quisiera la disidencia cubana, que opera dentro de un socialismo que para muchos aberzales es paradigmático, disfrutar del 10% de las facilidades que disfrutan estos oprimidos por el imperialismo español. Pero aún más, nos cuenta cómo los hambreados y explotados, en colecta popular, reunieron en un año casi seis millones de dólares para crear un nuevo diario. Disfrutar de una miseria tan solvente sería un sueño para muchos países que conozco. Y, ya de paso, le aclaro al lector ingenuo, que Euskadi es la región española con mayor ingreso per cápita, la más industrializada, y la que disfruta de un sistema fiscal especialmente beneficioso para la comunidad.
Si todavía el lector ingenuo continuara simpatizando con la lucha de ese pueblo pequeño por su independencia, deberá saber que, según Roberto Delgado, ello pasaría por una perspectiva anticapitalista y antiimperialista, procesos similares a los que están ocurriendo en México, Bolivia, Brasil, Palestina o Kurdistán (¡¿?!). Quizás el ingenuo simpatizante quede tan confundido como yo. Y todavía se pregunta Delgado por qué el resto de la izquierda española apoya la lucha en Palestina, pero no las reivindicaciones aberzales. Su explicación es, cuando menos, curiosa, dado que en su opinión “las acciones violentas de ETA están produciendo odio en la izquierda, ya que estas acciones no son condenadas por un porcentaje alto de la población vasca”. Una apreciación que no concuerda con la catástrofe electoral de EH, brazo político de ETA.
Por su parte, el joven Eneko, paladín de la kale borroka, no se preocupa por tales sutilezas y exige la rendición incondicional del Estado español: “ETA está hablando clara y contundentemente de que no hay salida policial, que, o se sientan a negociar o les costará muy cara su cerrazón fascista”. (Cuando dice “hablar” se refiere al estruendo de la dinamita y los disparos). Con lo cual el lector ingenuo tendrá que revisar su concepto de fascismo: dilucidar quién fue primero, si el huevo o la gallina; calibrar cómo se llama esto de que el 10% de la sociedad pretenda imponer a bombazos y cocteles molotov su versión del futuro al 90%, y buscar en las enciclopedias en qué momento de la historia existió esa Euskal Herría independiente, esa Jauja Vasca mítica y feliz que reivindican los amigos de Juventud Rebelde, en nombre de un socialismo que ocupa ya, ese sí, un lugar en los libros de historia.
Avísenme si encuentran la respuesta.
“Dime con quién enlazas”; en: Cubaencuentro, Madrid,19 de junio, 2001. http://www.cubaencuentro.com/meridiano/2001/06/20/2757.html.