Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Las varas del populismo

Libre comercio con EE UU: Si es 'terrible' para Latinoamérica, ¿por qué La Habana pide el levantamiento del embargo?

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La agitación política de la izquierda latinoamericana se ha concentrado en las últimas semanas y meses en dos vertientes. La vertiente medular ha sido, con más reiteración, la oposición radical a los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos. La otra campaña reapareció dentro de su habitual ciclo anual, en ocasión de la discusión por la ONU de las leyes que limitan el comercio de aquel país con el régimen de La Habana. Ello dio pie, una vez más, a las campañas que exigen el cese del "despiadado bloqueo" a la pobre isla del David Castro por parte del Goliat Bush.

El pasado mes de noviembre se gestó y desarrolló en Cuba un Encuentro contra el ALCA (Acuerdo de Libre Comercio para las Américas). Para Pablo Solón, de Bolivia, el libre comercio que impulsa Estados Unidos en América es "un monstruo de muchas cabezas, porque están el ALCA, la OMC, los tratados regionales y los acuerdos bilaterales, todos enfocados contra los pueblos". De este cariz ideológico fueron la mayor parte de las intervenciones.

Más recientemente, en la Segunda Cumbre Cuba-CARICOM, de Bridgetown, en Barbados, el 8 de diciembre de 2005, el propio Fidel Castro reafirmaba su eterno discurso en contra de la integración que exige el mundo de hoy. Con su tradicional tono catastrofista, dijo: "Pienso que ya hoy existe una comprensión clara de que la globalización neoliberal amenaza, incluso, la propia existencia de nuestros países como naciones independientes".

El Máximo Economista, en la clausura del VII Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, celebrado en febrero en La Habana, responsabilizó a las prácticas comerciales del Imperio, léase Estados Unidos, de las notorias diferencias entre las naciones más y menos desarrolladas del orbe.

Por su parte, su discípulo preferido, devenido mecenas del maestro y magnate de las reservas petroleras de Latinoamérica, el histriónico presidente bolivariano Hugo Chávez, calificó asimismo de victoria de los pueblos que tampoco en 2005 pudiera ponerse en marcha el ALCA. Esto, en el V Forum Social Mundial, en la ciudad brasileña de Porto Alegre.

El 'privilegio' de Cuba

Sería aburrido y superfluo abundar en las posiciones en contra del libre comercio y su instrumentación concreta en América, que es el ALCA, por parte de la recompuesta izquierda que intentan liderar Fidel Castro, Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Evo Morales y otros presuntos salvadores de pueblos.

Ahora bien, estas fuerzas son las que, en cambio, con más énfasis y organizadamente, reclaman para el régimen de La Habana el comercio con Estados Unidos.

¿Cómo es posible que el libre comercio con Estados Unidos pueda ser responsable del empobrecimiento de los países menos desarrollados y, al mismo tiempo, representantes de Cuba afirmen en la ONU que, en su caso, la privación de ese mal endémico ha ocasionado a la Isla pérdidas por más de 79 mil millones de dólares?

Aparentemente, ningún país de la tierra tiene el privilegio, como lo tiene Cuba, de estar exento de la "sangría" que representaría el comercio con Estados Unidos —según la primera tesis—. Ello, gracias al embargo comercial, llamado bloqueo y que "sin embargo" debiera cesar, según la segunda tesis.

Las fuerzas políticas que sostienen estas posturas ya hoy se han declarado abiertamente a favor de un socialismo que murió a causa de las tozudas realidades, y que ahora pretenden resucitar a fuerza de populismo, Mesías redentores y promesas distanciadas de la complejidad del mundo actual. Se trata de nostálgicos marxistas vergonzantes, con disfraces nominales, ya sean de Martí o de Bolívar.

Para mayor incoherencia entre el discurso de barricada y el actuar, es un hecho que Estados Unidos se ha convertido en este año 2005 en el mayor proveedor agroalimentario de la Isla, la cual le ha comprado al tenebroso imperio 500 millones de dólares (incluye frijoles, pollos, leche en polvo, soja y chícharos). Todo esto fue dicho a la agencia Reuters, con cierto triunfalismo, por el mismísimo presidente de la importadora estatal Alimport.

Por su parte, la república bolivariana de Hugo Chávez exporta a Estados Unidos un millón y medio de barriles por día. Unos 700 son de petróleo pesado, que no pueden ser procesados sino en refinerías que permitan ese tipo de tratamiento.

Bien se puede ver que en estas campañas contra la institucionalización del libre comercio de los países de América con Estados Unidos, de una parte, y por el contrario, la exigencia de ese comercio para la Cuba de Fidel Castro, se manifiesta una retórica de inconsecuencias. Los neomarxistas sustituyen las trascendentales contradicciones dialécticas de la teoría por las burdas y elementales contradicciones lógicas de la demagogia.