Actualizado: 27/03/2024 22:30
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Literatura, José Martí

Carta abierta a Mayra Beatriz Martínez, por su libro “premiado”

El autor del artículo alerta sobre la publicación de un libro en Cuba, donde se repiten muchos conceptos que él ha elaborado durante años, sin aclararlo siquiera en una nota

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Señora Mayra Beatriz Martínez, hace seis años, en el 2006, reseñé su libro Martí: Eros y mujer (revisitando el canon) (2005) y en mi reseña dije básicamente que su libro podía ser una novedad en Cuba (como lo dijo uno de sus colegas), pero que era absolutamente anacrónico en un país como los Estados Unidos, donde el tema de la mujer, según lo percibía Martí, era ya bastante conocido y hasta trillado. En aquel libro, usted no citaba a ninguno de los académicos cubano-americanos que habían escrito sobre el tema, pero me figuraba entonces que era una cuestión de acceso a la información y preferí darle el beneficio de la duda. Ahora sin embargo, veo que el caso es mucho más serio de lo que me imaginaba porque usted acaba de publicar un libro donde repite muchos conceptos e ideas que he elaborado yo durante años, y usted ni siquiera se sirve de aclarar esto en una nota.

Para colmo, su libro ganó el Premio Alejo Carpentier de Ensayo 2011, y en Cuba la tienen a usted como crítica y hasta “investigadora”. ¿Qué dice en su libro? Usted le critica a Martí que adoptara una posición abiertamente liberal cuando se trata de los indígenas guatemaltecos, y que los obligara (hablando metafóricamente) a montarse en el carro del progreso. Le critica su paternalismo (p. 24), su etnocentrismo, su visión de asimilación cultural (p.52), ya que ellos ponían en “peligro la política de homogenización y representatividad y el desarrollismo liberales” (p. 86).

Todo esto, déjeme decirle, lo había dicho yo antes, mucho antes que usted lo dijera en este libro premiado, y esto me extraña porque no sabía que fuera tan crítica de Martí ni tuviera ideas tan claras. ¿Cómo fue que de golpe y porrazo dio con ideas tan iconoclastas?

Si usted me permite, yo se lo voy a decir: Internet, ese monstruo que le está prohibido a la mayoría de los mortales en nuestro país, pero que usted usa y desusa libremente para hacer sus “investigaciones”. Ahora me pregunto. ¿Es acaso por falta de honradez, de incapacidad investigativa o por puro revanchismo que usted no cita ninguno de los ensayos donde yo elaboro estas ideas?

La mayoría de mis artículos, incluyendo uno que publiqué sobre el tema en esta misma revista[1] están disponibles en la red, pero usted no los menciona. Al parecer no los conoce. De todas formas cita varios con acceso electrónico gratuito y entre ellos uno que se basa en uno mío del 2006 (“etnografía, política y poder”[2]). Este es el artículo de Juan Blanco (“Modernidad y metamodernidad en el discurso de José Martí sobre el indígena” —2008—)[3] quien cita mi nombre unas 10 veces para explicar la visión liberal de Martí en Guatemala, (igual que hace usted en su libro y hago yo en tres artículos académicos anteriores). Al hacerlo, usted nuevamente le critica a Martí su intención de incorporar al indígena al trabajo, a la educación y al progreso. Borra mentalmente todas las referencias que Blanco hace a mi ensayo (y mire que son bastantes), pero no se olvida, (¡como va a olvidarse!) de utilizar estos mismos conceptos que yo elaboro.

Le aclaro que al menos en la academia norteamericana, cuando usted escribe un ensayo y se basa en una investigación anterior tiene por ley que mencionar esta investigación —más cuando se demuestra que la conoce— porque si no la acusan de plagio (una fea palabra ¿verdad?) y de falta de ética profesional. Pero veamos como usted le da la vuelta al merengue para evitar citarme.

En mi ensayo del 2006 yo digo, por ejemplo, que el etnocentrismo es la creencia de un grupo cultural de sentirse superior a otro grupo y cito para esto las crónicas de Martí. Pero Usted, para evitar citar mi trabajo, cita al antropólogo Lewis, —que no sabe quien rayos es Martí— pero que afirma que el etnocentrismo “es el estado natural de la humanidad” (p. 115). ¡Chirrín chirrán, el cuento se acabó! ¡Venga el Premio Carpentier!

Pero hay más. Cuando usted habla de Martí en Guatemala, cita un fragmento de Martí que yo había citado y comentado antes en otra revista académica (también disponible en la red de forma gratuita), donde critico al cubano por apoyar la expropiación de la tierra de los indígenas para que los que querían ser latifundistas, como el propio Martí, cultivaran café y se hicieran de dinero.[4]

Usted dice “pero Martí no ve o desconoce la violencia implícita en este proyecto. En su arrebato romántico, el autor pasa por alto el costo humano, individual para los hombres del campo; para los indígenas en particular dueños de esas tierras” (121).

Yo, —tengo que citarme porque esto ya es de risa— había dicho, “Lógicamente, Martí sabía que muchos de estos terrenos antes pertenecían a los indígenas, que nunca fue su intención venderlos, y que el gobierno ahora los estaba echando de sus tierras con el pretexto de que los colonos la harían producir” (“liberalismo y etnicidad”).

Dígame ¿cómo fue que usted pudo leer el artículo de Blanco y no pudo leer el mío? ¿No le entró curiosidad las veces que Blanco me menciona? ¿Le cortaron la luz, no tuvo Internet o le dijeron que no me citara? Pero sigamos porque hay más. En otro artículo mío titulado “Etnocentrismo, racismo y miedo: los indígenas y los incultos en Martí” (2010), yo afirmo que una de las formas en que Martí podía escapar de la jaula liberal que restringía el voto a los “cultos” era permitiendo que los indígenas y las mujeres votaran, pero que en Nuestra América, Martí no habla de esa posibilidad para ninguno de los dos. “El cubano no lo dice en este ensayo, ni siquiera menciona en “Nuestra América” ese otro sector totalmente excluido de la política en el siglo XIX que eran las mujeres”.[5] Pues bien, usted toma nota y dice igualmente: “no parece haber una alusión directa y definitiva en el corpus martiano a la necesidad del sufragio de (sic) indígenas y mujeres nuestramericanos, con lo cual, dentro del diseño de república prevista, sus conductas serían meramente reactivas” (p. 123).

Déjeme explicarle señora, por si no lo sabía: es bajo, es ruin, es deshonesto basarse en la investigación de otros y no darle ningún crédito. Es una falta de ética profesional citar la investigación de un tercero y eludir completamente lo que dijo la persona original sobre este asunto. Y no importa, le digo, que usted cite teóricos de aquí y de allá en su libro, o que sus palabras no sean exactamente a las mías —eso realmente no es importante—. Usted usa mi tesis y no me cita. Usted se atribuye ideas que ya estaban PUBLICADAS bajo otro nombre —el mío— y no me menciona en ninguna parte. ¿Cuál es esa tesis? Por si a estas alturas no lo sabe se la explico con una ecuación matemática: A=B. La cópula “liberalismo-indígenas” en Martí siempre lleva al “paternalismo, asimilación y el etnocentrismo” —evolución incluida—. Esa tesis, repito, está en mis artículos del 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, y 2011. ¿Puede usted probar que dijo esto antes que yo? NO. Pero si lo cree posible, la reto a que se defienda en público y sea honesta.


[1] Véase mis ensayos en la polémica que sostuve aquí con Duanel Díaz, Miguel Cabrera Peña, y Francisco Morán y sobre el tema de los indígenas, los negros y el Estado liberal. “Con toda la honradez posible”.
[2] Camacho, Jorge. “Etnografía, política y poder: José Martí y los indígenas norteamericanos” (2006).
[3]Modernidad y metamodernidad en el discurso de José Martí sobre el indígena”.
[4] Camacho, Jorge, “Liberalismo y etnicidad: las crónicas mexicanas y guatemaltecas de José Martí”, Ciberletras. Journal of Literary Criticism and Culture, 19 (July 2008). Véase también Camacho, Jorge, “El indígena en la literatura cubana del siglo XIX: José Martí, José Antonio Saco y Francisco Sellén”, Latin American Indian Literatures Journal, 23, 1 (2007), pp. 24-39. Camacho, Jorge, “Contra el peligro: José Martí, la crítica modernista y las políticas liberales en el siglo XIX”, Modern Language Notes, 124, 2 (2009), pp. 424-437.
[5] Camacho, Jorge, “Etnocentrismo, racismo y miedo: los indígenas y los incultos en MartíCromohs, 15 (2010): 1-25.


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