Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Un gobierno que reprime mujeres

¿Por qué los 'amigos solidarios' norteamericanos sólo tienen ojos y oídos para la Cuba oficial?

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"¡Free the cuban five!". Con gritos, pancartas, banderines y pósters, norteamericanos, canadienses y cubanos recorrieron las calles de Washington DC hasta la Casa Blanca, el pasado 23 de septiembre. En la televisión cubana se habló de miles de personas en la "capital del imperio", pero sólo mostraron fotos donde la manifestación no parecía significativa.

Los organizadores de la algarabía fueron Andrés Gómez, dirigente de la Brigada Antonio Maceo; Gloria la Riva, de la Coalición Answer; y el reverendo Lucius Walker, de Pastores por la Paz, entre otros. Luego se dirigieron al Campus de la Universidad George Washington para charlas y más demandas.

Estas personas prácticamente tienen en La Habana su segunda residencia y realizan campañas propagandísticas por todo Estados Unidos, Puerto Rico incluido. Se reúnen con altas personalidades del gobierno cubano, el PCC, la Unión de Jóvenes Comunistas, y otras organizaciones; son invitados del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), asiduos a las Mesas Redondas y los noticieros de la televisión cubana; reclutan adeptos para sus actividades a favor del régimen y hablan acremente sobre todas las instituciones de Estados Unidos.

Soy feliz con que puedan beneficiarse de la imperfecta democracia yanqui. Aún no se ha visto la represión contra ellos y sus seguidores, ni han sido encarcelados por criticar al presidente Bush, entre muchas otras cosas, por tener "injustamente" presos a los cinco cubanos que han sido acusados de espías y otros cargos. Por menos que eso, en la perfecta democracia revolucionaria serían arrojados en un pestilente calabozo y, como poco, cumplirían tres años por desacato. No recibirían visitas de amigos nacionales ni extranjeros; tampoco podrían hacerse fotos o cartearse con todo el mundo.

Conocidos han visto, algún domingo, a Andrés Gómez en la Iglesia Santa Rita de Casia, tomando fotos y vídeos a las Damas de Blanco. Nunca se ha identificado ni dirigido a ellas. Tampoco se ha constatado referencias en sus exposiciones publicitarias, ni se sabe qué habrá hecho con esas tomas.

Tampoco se ha visto a la humanitaria Gloria la Riva interesarse por saber los argumentos de esas mujeres que desde el 30 de marzo de 2003 caminan obstinadamente por la Quinta Avenida de Miramar y otras calles de La Habana, siempre seguidas por la Seguridad del Estado.

¡Qué decir del piadoso reverendo Lucius Walker! Ha recorrido desde Canadá hasta México con los school buses —guaguas amarillas viejas—, formando líos en la frontera de Estados Unidos con sus computadoras, hasta que en 2006, para su asombro y frustración, no tuvo ningún problema en pasar su preciada mercancía al lado mexicano.

Represión día tras día

Estas personas parece que sólo tienen ojos y oídos para la Cuba oficial, la del totalitarismo y la represión. ¿Acaso no leyeron la Proclama del Comité Organizador de la XIV Conferencia Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, donde quedaron suspendidas todas las actividades deportivas, culturales y recreativas, y se prohibía el movimiento a grupos de personas en extensas áreas de La Habana? No hubo opción para utilizar otros lugares.

Parece que no saben que antes de iniciarse la XIV Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, "la advertencia" llegó a los párrocos de las iglesias, en especial de la Quinta Avenida de Miramar, a quienes se solicitó contribuir a que no hubiera ningún "desorden" en los alrededores. Difícil circunstancia para sacerdotes y fieles, vigilados dentro y fuera del templo por la Seguridad, entre ellos las Damas de Blanco, quienes por esos días conmemoraban tres años y seis meses de la arbitraria prisión de los 75 prisioneros de conciencia de la Primavera Negra de 2003.


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