Durante viernes y sábado, los residentes del barrio habanero de Río Verde, a escasos kilómetros del aeropuerto José Martí, fueron testigos de un movimiento nunca antes visto en las últimas cuatro décadas: cientos de personas de diferentes sitios del país se reunieron sin mandato gubernamental, gritaron "Libertad" y "Abajo Fidel Castro" —sin que nadie les molestara— y discutieron los problemas que afectan a la Isla sin hacer uso de la extendida doble moral socialista.

Muchas teorías habrá sobre las causas por las que el régimen de La Habana no interrumpió la reunión disidente, sobre todo si se tienen en cuenta las reacciones precedentes. Pero lo cierto, y a la espera de posibles acciones retardadas, es que el Congreso fue un hecho.

El abogado René Gómez Manzano, unas horas después de concluida la reunión de la APSC, respondió a las preguntas de Encuentro en la Red.

¿Cómo valora lo sucedido este fin de semana en Río Verde?

Ha sido un exitazo, diría yo. Ha sido un formidable desafío al régimen totalitario, que por definición aspira a que todos los ciudadanos lo apoyen y estén de acuerdo con su monodiscurso. El hecho de que las personas que no se esconden para proclamar su desacuerdo estuvieran allí apoyando la Asamblea y dando gritos de libertad, es un verdadero logro.

Muchos se preguntan hoy el por qué Fidel Castro no ordenó reprimir directamente a los participantes en la reunión. ¿Tiene usted una tesis al respecto?

Incluso antes de la reunión, nosotros estimábamos que había más posibilidades de que permitieran el Congreso de que lo reprimieran. Esa era la percepción que teníamos. Pero, claro, en Cuba este tipo de análisis lógico muchas veces no tiene validez. Todo depende de la decisión que se adopte en un determinado momento por una persona. Eso se sabe que es así. Incluso, nuestro hermano de causa, Vladimiro Roca, que asistió como invitado, dijo ante la Asamblea que él pensaba que la iban a reprimir y se alegraba que haber estado equivocado.

Para nosotros, se debe a la situación terrible en que está sumido el régimen. Desde el punto de vista económico es un desastre, por ejemplo. El régimen se esfuerza por no entrar en contradicción con otros países, como la Unión Europea, que le ha dicho claramente que valorará en sus posteriores decisiones la actitud que asuma el gobierno cubano en relación con los derechos humanos. Nosotros sólo hemos hecho uso de uno de los derechos humanos internacionalmente reconocidos: el de reunión. Nos reunimos pacíficamente, sin armas y, además, en un lugar privado.

No obstante, hubo intentos de sabotear la reunión con fumigaciones en los alrededores…

Las fumigaciones con humo fueron los dos días. El primer día fue en el fondo del patio, al lado de un edificio. Ahí jamás fumigan, y eso lo confirmó Bonne, el dueño de la casa. El sábado, el humo fue lanzado directamente contra las personas que estaban fuera apoyando la reunión. Fue una provocación grosera del gobierno.

El clima de aparente normalidad...

El clima de aparente normalidad contrasta con la actitud del gobierno contra las personalidades y periodistas extranjeros. ¿Por qué esa contradicción?

A veces sucede eso: el régimen totalitario de La Habana deshace con los pies lo que hizo con las manos y la cabeza. A la gran mayoría no les dieron visa, a otros los rechazaron en el mismo aeropuerto.

Algunos han tratado de restarle mérito al encuentro aludiendo una supuesta 'falta de representatividad de toda la disidencia cubana'. ¿Eran sus objetivos reunir a todas las tendencias?

En ningún momento se ha intentado representar a toda la disidencia, ni mucho menos. Es como si en España, por ejemplo, se reuniera el partido de gobierno y se dijera que "el PSOE fracasa en su intento de representar a todas las fuerzas políticas del país". El mero enunciado es erróneo en su base.

Es cierto que se invitaron a las principales fuerzas, y la generalidad de ellas aceptó. El Movimiento Todos Unidos estuvo allí representado por Vladimiro Roca. El señor Elizardo Sánchez, aunque no estuvo, es miembro de Todos Unidos. Elizardo no se esconde para decir que él apoya la Asamblea. Sólo que por la agenda de su organización, estimó que no era procedente estar presente en este tipo de acto. Los que citan a Elizardo Sánchez cometen un error o están tergiversando la realidad. Teníamos también el apoyo del Dr. Oscar Elías Biscet y de Gustavo Arcos Bernes, decano de la lucha pro democracia en Cuba y cabeza de la organización primada de la disidencia interna, el Comité Cubano Pro Derechos Humanos.

Ahora, hay un señor al que se le invitó en términos cordiales y estimó pertinente mandar una carta y publicarla. En esa carta no se limita a decir que no va a asistir —lo cual es su perfecto derecho—, sino que además hace una serie de manifestaciones sin el menor intento de presentar pruebas. Las pruebas brillan por su ausencia. Simplemente se hacen afirmaciones. Pero ése es un problema de ese señor.

Parece que alguien lo considera como un gran elector de la disidencia cubana y entonces, si él no está, ya no hay unidad. Esto es muy desacertado. Creemos que hay unidad en la oposición cubana, entre otras cosas, porque, por lo menos verbalmente, se coincide en los puntos fundamentales. Yo no conozco ninguna organización disidente que no esté de acuerdo en la democratización de Cuba, la libertad de los presos políticos, el respeto a los derechos humanos y la apertura económica.

Ahora, desde el punto de vista organizativo se ha avanzado muchísimo. El que no quiso participar, es su problema.

El documento final recoge un amplio segmento sobre el terrorismo, la responsabilidad de La Habana y el método al respecto de la Asamblea. ¿Cómo se relacionan estos presupuestos con la actual retórica de Castro en cuanto a este tema?

Ciertamente, este régimen enarbola la supuesta lucha contra el terrorismo y saca el tema de Posada Carriles. Eso refleja la orfandad de discurso ideológico en que ha caído. Desde la desaparición del campo socialista, cuando se demostró de manera irrefutable que ese sistema es absolutamente inviable, Castro ha estado algunos años intentando mantener el discurso, hablando de resistencia y cosas por el estilo.

Después del caso de Elián, echaron mano al de los cinco espías, pero eso no ha tenido el menor Žxito. Porque, al pueblo en general, sencillamente no le interesa el tema de esos señores. Ahora, ha echado mano a Luis Posada Carriles, pero hasta el momento esto tampoco le interesa a la población. Las personas en Cuba tienen demasiados problemas personales como para preocuparse por Posada Carriles, que si es culpable o inocente. Como el gobierno no tiene ideología, ahora quiere presentar una supuesta lucha contra el terrorismo.

Por lo demás, la concentración del viernes último, frente a la Oficina de Intereses de EE UU, fue por la Asamblea, y no por otra causa.

Dicho documento es contundente contra el terror…

A diferencia de lo que hicieron ellos con el Movimiento 26 de Julio, porque todo está ahí con nombres y todo el mundo sabe lo que hacían con las bombas en la insurrección, la disidencia interna repudia los métodos terroristas.

Por otra parte, el gobierno coge el caso de Posada Carriles porque estuvo acusado de la voladura de un avión —con pasajeros ajenos a la política, y aunque no fuera así porque obviamente son cosas que bajo ningún concepto una persona puede apoyar—, para ganar por esa vía la simpatía del pueblo.

¿Qué posición ha adoptado la Asamblea...?

¿Qué posición ha adoptado la Asamblea en relación con los cientos de presos que permanecen en las cárceles por delitos políticos?

Hemos ratificado lo que sistemáticamente ha hecho la Asamblea. El tema de los presos políticos ha sido el primero de todos, tanto en las discusiones de la reunión como cuando nos encontramos con diplomáticos y políticos extranjeros. Ahora ya no es una decisión del grupo ejecutivo, sino de la Asamblea en pleno.

¿Puede aún esperarse una reacción violenta de parte de Castro?

El futuro es muy largo y nadie sabe cómo vaya a reaccionar Castro. Ahora, lo que él haga es absolutamente indiferente, en el sentido de que el gran logro que hemos tenido, al cual no es aventurado calificar de histórico, ya se logró, está ahí para la historia.

Ha habido mucha información en el mundo, pero ¿cómo resolverá la APSC el hecho de que los asuntos debatidos lleguen a la máxima cantidad de personas posible dentro de la Isla?

Muchos de los vecinos de Río Verde estaban allí, testimoniando su apoyo. Los que estaban congregados fuera del área de la reunión eran vecinos de la zona. Además, a pesar de la interferencia, la gente se ha enterado por Radio Martí y por las televisiones de Miami, a las cuales están accediendo por las denominadas tendederas. Y eso es un hecho.

La Asamblea, además, está extendida en todas las provincias con muchas organizaciones, aunque sean pequeñas, como las bibliotecas independientes. Divulgaremos el documento final para distribuirlo lo máximo posible.

Y en lo adelante, ¿cuál es el próximo paso de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil en Cuba?

Eso depende de cómo se desarrolle y cambie la coyuntura del país en un momento determinado. Por el momento pensamos en los acuerdos de las resoluciones, como la creación de las Asociaciones Cívicas Comunitarias, que se convertirán en una red de organizaciones de ciudadanos. Pensamos crear el buró de prensa y una revista de la APSC, así como desarrollar el trabajo de las farmacias independientes.

También las bibliotecas independientes, dentro y fuera de la Asamblea. Las bibliotecas están ahí, pero esto no ha calado en la población. No podemos decir que un gran número de ciudadanos las utilice como fuente de información alternativa. Queremos cambiar los métodos de trabajo para que esta información llegue al pueblo. Incluso, tenemos la idea de convocar un primer congreso de bibliotecas independientes pertenecientes a la Asamblea.

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