El gobierno cubano abrió la puerta a la inversión en la agricultura a la Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa), con un proyecto para el cultivo de alrededor de 40.000 hectáreas de soja que aún está en fase de estudio, informó EFE.

En la primera jornada de la visita oficial de dos días que realiza a Cuba, el canciller brasileño, Celso Amorim, firmó con el cubano, Felipe Pérez Roque, un acuerdo "para la implementación del proyecto de asistencia técnica para la producción de soja en Cuba".

Pérez Roque dijo que el este acuerdo permitirá a la Isla "acceder a la experiencia, a la asesoría del Embrapa y de otras instituciones brasileñas en el cultivo de la soja, en un momento especialmente decisivo para la producción de alimentos" en la Isla y el mundo.

Antes, en un encuentro con empresarios de ambos países, Amorim había dicho que la colaboración brasileña en la producción de la oleaginosa "será un nuevo momento del desarrollo de Cuba".

El ministro cubano de Comercio Exterior, Raúl de la Nuez, indicó en declaraciones a periodistas, tras ese encuentro empresarial, que se trata de "un proyecto muy incipiente", aún en la fase de estudio, y confirmó que "no hay" experiencias anteriores de este tipo de inversiones extranjeras en la agricultura.

"No, no hay. Tuvimos cierta colaboración con empresas extranjeras en la producción citrícola (...) creo que es el único caso que recuerdo", dijo De la Nuez, en referencia a la participación de una empresa israelí en la producción de cítricos en los años noventa.

"Los técnicos de Embrapa vinieron a Cuba, han recogido la información y están evaluando las características de los terrenos para ver qué semillas son las más adecuadas", explicó el funcionario.

Según Reuters, los técnicos brasileños identificaron posibles campos de cultivo en las provincias de Matanzas y Ciego de Ávila.

De la Nuez agregó que "inicialmente, se está hablando de unas 30.000 o 40.000 hectáreas, pero con posibilidades de irlo extendiendo", aunque puntualizó que la ampliación de esa superficie habrá que hacerla "poco a poco, porque no es algo que se cultive en Cuba".

La cooperación con Brasil podría despejar el camino para futuras inversiones extranjeras en la agricultura cubana, un sector descapitalizado pero estratégico donde el gobierno se ha resistido hasta ahora a dejar entrar capital foráneo.

Brasil es uno los mayores productores de soja transgénica del mundo. El ministro De la Nuez no aclaró si la variedad brasileña que será plantada en Cuba será la genéticamente modificada.

"No conozco los detalles", dijo.

La prensa estatal reportó este mes que Cuba destinó 5.000 hectáreas de tierras antes cultivadas con caña de azúcar a la plantación de soja en la provincia de Matanzas.

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