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Actualizado: 28/03/2024 20:07

Alan Gross

Familia de Gross, “abatida” por el fracaso de las gestiones de Richardson

Les preocupa en particular que el ex gobernador no haya tenido permiso para visitarlo y temen que esa negativa del Gobierno cubano esté relacionada con la deteriorada salud del contratista, dijo su abogado

La familia del subcontratista estadounidense detenido en Cuba, Alan Gross, teme por su estado de salud y lamentó que el ex gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, regrese hoy de la Isla a EEUU sin haber logrado su liberación.

El abogado de Gross en EEUU, Peter J. Kahn, dijo la noche del martes en un comunicado que “la familia Gross está abatida al conocer que los esfuerzos del (sic) gobernador Richardson de reunificar a la familia han sido rechazados por el Gobierno cubano”, aun cuando Richardson viajó a la Isla por invitación de La Habana para discutir el caso.

A la familia le preocupa en particular que Richardson no haya tenido permiso para visitar a Gross en la prisión donde está detenido, señaló el abogado.

“La familia teme que la imposibilidad del (sic) gobernador de ver a Alan pueda estar relacionada con la deteriorada salud de Alan, porque en el pasado otros han tenido permiso de ver a Alan cuando visitan Cuba”, enfatizó.

Aun así, la familia Gross “aprecia extremadamente los esfuerzos” de Richardson, y mantiene la esperanza de que Alan Gross será puesto en libertad por “razones humanitarias” y a tiempo de poder festejar próximamente el nuevo año judío con su familia, puntualizó Kahn.

Gross, de 62 años y que trabajaba como subcontratista de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), fue encarcelado hace casi 22 meses bajo cargos de actividades subversivas contra el Estado cubano.

El Tribunal Supremo ratificó su condena a 15 años de prisión.

Durante una rueda de prensa el martes desde La Habana, Richardson, quien llegó a la Isla el pasado día 7, lamentó que “tal vez el gobierno cubano ha decidido que no quiere mejorar las relaciones con Estados Unidos”.

En su opinión, ese es el mensaje que le han enviado las autoridades cubanas a un “amigo o ahora tal vez ex amigo” de Cuba, como se refirió a sí mismo.

Según Richardson, Gross ha perdido casi 50 kilos, está “deprimido” y “enfermo” con “lesiones” en su cuerpo.

El ex gobernador y ex embajador de EEUU ante la ONU se quejó de que, pese a agotar “todo tipo de esfuerzos” y sus intentos de buscar ayuda de instituciones religiosas y otros líderes diplomáticos, le ha quedado claro que “esto no va a cambiar”, y Gross permanecerá en prisión en Cuba.

© cubaencuentro

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