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Actualizado: 15/05/2024 1:03

CON OJOS DE LECTOR

El rey miamense del hip-hop

El rapero de origen cubano Pitbull ha logrado triunfar en los Estados Unidos en un género dominado por los afroamericanos.

Si en el mundo del hip-hop y el rap existiesen, como en el béisbol, las Grandes Ligas, podríamos afirmar que Pitbull ha ingresado ya en esa selección. Con veinticinco años, ha conseguido imponerse en un género musical que, en el caso de Estados Unidos, está dominado por los afroamericanos (aparte de su origen hispano, él es blanco y de ojos azules). En septiembre del 2004, su primer disco compacto ingresó en el número 14 de la lista del Billboard de ese país y sólo en la primera semana vendió 55.057 copias (en febrero, el puertorriqueño Daddy Yankee sólo alcanzó el puesto 27 con su Barrio Fino: En Directo, y tras cinco semanas había vendido 24.659). En aquel debut contó con colaboraciones tan señaladas como las de Fat Joe y Lil Jon. Un año y medio después, otros artistas son los que acuden a solicitarle la suya. Un tema suyo, Oye, fue incluido en la banda sonora del filme 2 Fast 2 Furious. Y como guinda para su ascendente carrera, recibió la invitación para participar en la Anger Management Tour, del mundialmente famoso Eminem.

En una entrevista publicada en la sección New Faces (Nuevas Caras) de la revista Rolling Stones, Pitbull explicaba su teoría sobre por qué es el único representante del hip-hop hecho en Miami que ha logrado triunfar y proyectarse fuera de su ámbito. Demasiadas distracciones, demasiadas mujeres bonitas, según él. Y sostiene que a eso se suma que fácilmente puede uno caer en la tentación de las drogas. Hijo de un matrimonio de cubanos exiliados, a Pitbull (su verdadero nombre es Armando Christian Pérez) le tocó crecer en una ciudad en la cual, lo cito nuevamente, "todo el mundo tiene un Scarface en su familia", aludiendo a la película de Brian de Palma en la que Al Pacino caracteriza a un mafioso cubano que llegó a través del puente marítimo del Mariel. Aunque conoció como testigo ese lado tenebroso de Miami, evitó verse atrapado por él. Algunas de las impresiones vistas por él las recreó en una de sus composiciones, la titulada Hustler's Withdrawal.

Pitbull empezó a interesarse por el rap cuando estudiaba en la escuela secundaria. Entonces no era conocido aún con el nombre artístico con el cual se ha hecho popular, y que como él cuenta, se lo sugirió el comentario que escuchó a un señor. Al referirse a su estilo, éste mencionó esa raza especial de perro bull-dog que se cría para pelear. "Me gustó, apunta él, y lo adopté como nombre artístico, porque los pitbull son bravos y cuando pelean, muerden con furia y no sueltan hasta arrancar con todo. Por cierto, en el condado de Dade donde yo vivo está prohibido tenerlos. Así que puedo decir que yo soy el único pitbull de mi condado".

El primer público que tuvo fueron los estudiantes de la escuela donde cursaba la high school. Rapeaba por los pasillos y sus compañeros lo escuchaban y aplaudían, para preocupación del director del centro, que temía que sus canciones los alborotasen. Antes de terminar la secundaria, el joven cubano-americano era ya ampliamente popular entre los artistas y seguidores del hip-hop miamense. A fines de la década de los noventa conoció al controversial rapero Luther Campbell, fundador del grupo 2 Live Crew, quien lo ayudó y animó a realizar sus primeras presentaciones en clubes locales. Lo invitó además a que grabara con él Lollipop, que tuvo un considerable éxito en el circuito de las emisoras radiales dedicadas a este género musical (las otras generalmente no programan estos temas, debido a la dureza de sus contenidos y a su predilección por el lenguaje marginal).

Particularmente importante fue para Pitbull su encuentro con Lil Jon, rapero y productor asentado en Atlanta. Pitbull y Jon establecieron una estrecha amistad, y este último se refiere al primero como su "primo cubano". Resultado de ello fue la inclusión de un tema de Pitbull, Pitbulls Cuban Rideout, en el disco recopilatorio Kings of Crunk (2002), que significó el lanzamiento de un grupo de nuevos raperos y que se vendió muy bien. Lil Jon y The East Side Boyz además colaboraron para que Pitbull pudiera grabar el que fue su primer bombazo. Fue un tema que en Miami sonó hasta el cansancio, y que pese a estar interpretado en español también se popularizó en las emisoras y discotecas de otras ciudades de Estados Unidos. Todo el que lo ha escuchado alguna vez, difícilmente olvidará su travieso y muy políticamente incorrecto estribillo: "Esa jevita está enterita/ tiene tremendo culo/ Está tan linda, está tan rica/ tiene tremendo culo/ Qué rica chiquita, pero qué importa/ tiene tremendo culo/ Hazme el favor y menéate, chica,/ tienes tremendo culo".

Popular en el mercado de habla inglesa

Aquí se impone que haga una digresión que considero necesaria. Quienes pongan el grito en el cielo y se rasguen las vestiduras ante su letra, deben recordar que el hip-hop y el rap son expresiones musicales que surgieron en los guetos negros de Nueva York, en los pasillos del metro, las calles de Harlem y los edificios abandonados del Bronx (Antoni Mari ha escrito que son más neoyorquinos que George Gershwin, Cole Porter y Andy Warhol). Podrá criticarse y censurarse su lenguaje, pero es el que se escucha en las calles de las grandes concentraciones urbanas. Al adoptarlo como una de sus señas de identidad, muchos de los artistas quieren expresar su desafío al puritanismo y las convenciones impuestas por la sociedad blanca, culta, glamorosa y bienpensante. Por lo menos, así fue en la primera etapa, cuando el hip-hop y el rap no habían salido de los circuitos marginales. Lo que ocurrió después, con las ventas millonarias y la expansión imparable, es ya otra historia.

Pero vuelvo a Pitbull, pues es a él a quien están dedicadas estas páginas. Tras el espaldarazo que representó su participación en Kings of Crunk, el siguiente paso que se imponía era grabar su primer disco. Las credenciales acumuladas por él se lo facilitaron, y el 24 de agosto del 2004 salió en Estados Unidos M.I.A.M.I., producido por The Diaz Brothers, Lil Jon, Bryan Leach y el propio rapero. Lo integran quince temas, más uno adicional, el Miami remix de su primer éxito, cuyo título, ¿hace falta que lo diga?, era Culo. El del compacto, por cierto, remite a la ciudad natal de Pitbull, pero en realidad se trata de las siglas de Money Is A Major Issue (El dinero es una cuestión importante). A excepción de Culo y Toma, cuyas letras se alternan el español y el inglés, Pitbull interpreta todas las canciones en el segundo idioma, una de las razones por las cuales ha logrado introducirse en el mercado de habla inglesa. Su dominio del mismo es además perfecto, y cuando lo emplea nada delata su origen hispano.

En el 2005 Pitbull editó su segundo disco, Money Is Still A Major Issue. En él recoge los remixes oficiales de varios de los temas del anterior, y también cuatro canciones inéditas. El cedé viene acompañado de un DVD con los videoclips de Culo, Dammit Man y Toma, además de cuarenta y cinco minutos de actuaciones en vivo y entrevistas. Asimismo Pitbull prepara ya su tercer trabajo discográfico. Su salida está programada para este año y el rapero ha adelantado el título bajo el cual aparecerá: El Mariel.

El hip-hop es un fenómeno musical y cultural que posee numerosas facetas. El que hace Pitbull pertenece a una corriente o tendencia llamada crunk (el término está formado por la unión de crazy, loco, y drunk, tomar). Tuvo su origen en el sur de Estados Unidos, concretamente en Atlanta, y su exponente más reconocido es el ya citado Lil Jon. Es menos hablado y mucho más energético y fuerte que el hip-hop clásico, y algunos lo han definido como el heavy metal del rap. Dentro de éste, no faltan los que critican al crunk su falta de contenido lírico, y también el repetir, en esencia, el mismo ritmo. Hay que tomar en cuenta, no obstante, que eso responde a que está concebido para ser bailado, algo para lo cual es muy apropiado. Que puede ser una fórmula muy eficaz lo ilustra el Yeah! de Usher, la canción más exitosa del 2004.

Las características mencionadas antes se aplican muy bien al hip-hop de Pitbull. Temas como Mil amores, Rah Rah, Shake, Everybody get up y Turning me on son energía pura, y quien los escuche en una discoteca sin dejarse arrastrar al baile por su ritmo frenético e infeccioso, sencillamente no tiene sangre en el cuerpo. Asimismo en manos de Pitbull, el hedonismo del crunk es pasado por un embudo que lo destila y le adiciona una sonoridad caribeña que le inyecta un irresistible tono de jolgorio y alegría. En sus actuaciones en directo Pitbull demuestra su habilidad para desarrollar las rimas aceleradas del rap. Derrocha además una poderosa fuerza que engancha al auditorio y lo lleva a la psicodelia y el delirio (en el argot del hip-hop existe un término, flow, que se refiere a la capacidad de estos artistas para conectar con el público). El aspecto más criticable de sus canciones es la vulgaridad de muchas de las letras. Al empleo de expresiones pertenecientes al habla popular urbana nada hay que objetar, pero sí, en cambio, al regodeo en el mal gusto, el sexismo y la grosería gratuita.

Un rasgo distintivo de los dos compactos es la nutrida presencia de invitados. La lista es extensa e incluye, entre otros, a Pretty Richy, Master Joe, Lil Flip, Cubo, Picallo, Trick Daddy, Oobie y Ivy Queen, la máxima figura femenina del reggaetón puertorriqueño. Un nombre que aparece en varias ocasiones es el de Lil Jon. Es una auténtica gozada escucharlo cantar junto con Pitbull en el creole de Atlanta y la Pequeña Habana y hacer una verdadera fiesta cacofónica de acentos sureños.

A pesar de ser la revolución sonora más influyente de la última década, el hip-hop no es aceptado por muchos. Por eso siempre que me refiero a algún representante de este tipo de música, advierto que no es un plato para todos los paladares. Lejos de ser excepción, el hip-hop que hace Pitbull reivindica su esencia como expresión callejera, anticonvencional y transgresora. De modo que quienes sean amantes de la corrección, el buen gusto y la elegancia, lo mejor es que se no se acerquen a los predios del explosivo rapero miamense.

© cubaencuentro

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