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Actualizado: 21/05/2024 22:00

Literatura

Que se rompa la censura

Pedro Pablo Oliva reclama el tomo perdido de la Enciclopedia Salvat, pero cuántos libros de autores cubanos no son censurados en la Isla.


Un talentoso pintor pinareño se queja con Eliseo Alberto de que no le venden el tomo 6 de la Enciclopedia Salvat. Indignado, reclama que se rompa la censura. Se declara lo suficientemente grandecito para juzgar con sus propias neuronas lo bueno, lo malo y lo regular.

En su crónica semanal en Milenio, el ingenio de Lichi la bautiza como "La desdentada enciclopedia". Reproduce la crispada carta de reclamación y denuncia. Dice Pedro Pablo Oliva en uno de sus párrafos: "Siento que es una falta elemental de respeto a quienes, como yo, decidimos comprar la colección. Las mentiras y verdades sobre Cuba, si han de desnudarse, solo se hará con la realidad misma, con lo que vivimos diariamente".

Admiro la obra y recuerdo con cariño al artista. Conozco bien su sencillez y generosidad. Sabemos que se ha convertido en un auténtico mecenas de las artes en su provincia natal. Sin embargo, su carta de protesta no abre ninguna sorpresa. Si acaso da risa.

Pedro Pablo Oliva, como otros relevantes pintores de su promoción, representa para mí la Escuela Nacional de Arte y la casa de Servando Cabrera Moreno, los trabajos productivos en la Isla de la Juventud y las clases de literatura, cuando yo aún era estudiante en la universidad… Pero su carta, con el mayor respeto, parece aterrizar en tierra incógnita.

Supongo que el perspicaz artista esté bromeando. O aproveche el incidente por aquello de hacerse el muerto a ver qué entierro le hacen. De otra forma su carta jamás parecerá escrita por un cubano que vive en Cuba. Las inverosimilitudes están muy bien en un cuadro de Marc Chagall o del mismo Pedro Pablo. Fantasía e imaginación son aplaudidas sobre un lienzo, no sobre la triste realidad de un gobierno que considera a sus ciudadanos menores de edad y desconfía de su monopolio de la información.

Por favor... ¿Acaso la librería Grijalbo-Mondadori está en Madrid o en Londres? ¿No ocupa los bajos del Palacio del Segundo Cabo, dependencia militar desde la colonia hasta el Consejo Nacional de Cultura del sargento Luis Pavón? ¿Encima no tiene, precisamente, al Instituto Cubano del Libro? ¿Cuántas decenas de libros inéditos de autores cubanos no son censurados allí? ¿Cuántos otros no salen desdentados de sus cubículos, sin capítulos disidentes, sin párrafos que pueden prestarse al diversionismo ideológico, al enemigo en la "batalla de ideas"?

Cuba y su cultura pueden esperar

Llenaría varias páginas refiriendo ejemplos con títulos, nombres y apellidos. Y hay casos que no son precisamente simpáticos, que no remiten a un mecánico dental sino a la cárcel, el exilio o el suicidio. El archipiélago represivo contra la literatura es un extenso, patético producto de la dictadura.

Dicen que en la Biblioteca Nacional José Martí ya no existen reservas amarillas y rojas, pero me asegura uno de sus bibliotecarios que aún hay libros prohibidos, escondidos bajo el pretexto de que los están encuadernando o se encuentran en préstamo especial. Ignoro cómo está la biblioteca pública de Pinar del Río. Tal vez mi amigo Dagoberto Valdés pueda enterarnos.

Ni a librerías ni a bibliotecas debe haber llegado una novela rusa como Vida y destino de Vasili Grossman (Lumen, México, 2008), que deja una expresiva historia de algunos horrores del comunismo y del nazismo, una crónica digna de Tolstoi por su calidad literaria.

Como está de moda el género epistolar, quizás sería bueno escribirle a Putin o a Medvédev para pedirle que abra otra Editorial Progreso. Ahora podría enviar a precios módicos novelas como la de Grossman, junto a las de Bulgakov (El maestro y Margarita, por ej.) y de Alexander Solschenitzin (El primer círculo, Pabellón de cáncer…), junto a ese libro sobrecogedor (De los archivos literarios del KGB), que compila tantas delaciones y miserias humanas, cuando la "utopía" (sic) no acababa de bajar del cielo partidista.

Y otra carta a la presidenta de Chile, país invitado a la próxima Feria Internacional del Libro. En ella se le pediría que no prohibieran la venta de autores como Jorge Edwards, ex embajador de Allende en La Habana y amigo del poeta Heberto Padilla. También que el público pueda adquirir Introducción al nixonicidio y alabanza de la revolución chilena, poemas de Pablo Neruda donde se burla de "retamares" y retrata a Fidel Castro sólo de "gran capitán", a la cola del Che Guevara.

Mientras tanto, nuestro admirado pintor no creo que tenga dificultades para su tomo 6 de la Salvat. Su coterráneo, el obsequioso ministro de Cultura, ya debe haber dado órdenes de enviarle a Pedro Pablo el tomo que completa la dentadura. Algo es algo, ¿no? Cuba y su cultura pueden esperar.

© cubaencuentro

8 Comentarios


8 by Laído en democraciaparticipativa.net (Usuario no autenticado) 12/02/2009 17:20

Re:Ciudadanos Menores de Edad - Obviamente, Pedro Pablo Oliva no es ningún ingenuo. Como a la mayoría de las personas que en las sociedades totalitarias alcanzan esa especie de escudo que es la visibilidad internacional o el renombre bien ganado, les llega el momento de decidir hasta dónde tal visibilidad se asocia positivamente con el paisaje que el dictador dibuja. Esto es particularmente dramático en las figuras con proyección pública, y aquellas cuyo mensaje suela tomarse con atención; especialmente artistas e intelectuales. Conocemos por ejemplo el caso de Pablo Milanés, algunos de cuyos comentarios últimos han causado cierto revuelo. Hay toda una gradación de actitudes en estas personas para mantener la altura alcanzada, y para sopesar los caminos que se le pudieran abrir o cerrar, en caso de integrarse al paisaje del dictador o alejarse ostensiblemente de él: áreas de influencia, públicos adecuados, viajes al exterior, comercialización de su arte, etc. Pedro Pablo ha decidido quedarse en su terruño y, como recuerda Eliseo Alberto, sigue siendo "discreto, silencioso", modesto -añado- en la acepción más ejemplar de esta palabra. Ha decidido poner sus dividendos como persona y artista al servicio de sus coterráneos, sin demasiado ruido, pero con nueces muy evidentes. Ha incentivado la creación, el acceso a la información, y la libertad en su amplio círculo, en el que recibe a quien quiera acercarse. Tamaña intención en un artista de su género, como bien sabe mi admirado Prats Sariol, obliga a cálculos y ambigüedades, a alguna que otra declaración-ritual y a demasiados silencios; en el mejor de los casos, y este es uno, a ser circunspecto. A hacerse un poco el distraído, que pregunta ¿y por qué me niegan el tomo 6 de la Salvat? -cuando se sabe perfectamente la respuesta y se sabe aún más. En no pocas ocasiones un distraído voluntarioso puede ceder mucho menos que cualquiera que vaya rotundo e imperativo. Y si alguien se ríe, quizá es que no ha comprendido las diversas maneras de romper el cerco que impone el régimen. Ciertamente, no todos salen bien parados en esta postura, que es criticable en varios sentidos; pero cuando se hace con inteligencia y valentía, cuando se mantiene desde un decoro sostenido y una independencia declarada, cediendo sólo lo prudente, puede valorarse afirmativamente. Creo que este es el caso de Pedro Pablo Oliva. Cuando en muchas de sus series al óleo denuncia (sólo con mostrar, en ocasiones) las dramáticas circunstancias del cubano. Cuando concede algunos de sus Premios a personas que, sin desmerecerlos en absoluto, no son del agrado del Gobierno o del Partido, da igual si regionalmente o a nivel nacional, y habiendo caído en desgracia, les tiende un reconocimiento y un apoyo. Cuando en su biblioteca quiere colocar lo que a su juicio enriquezca (por mucho que algunos quieran birlarle este o aquel tomo). Cuando en su Casa-Taller, lugar de reuniones, exposiciones y tertulias, abre la puerta lo mismo a un librero disidente que al Ministro de Cultura. Pedro Pablo Oliva ha creado uno de esos centros neurálgicos donde en no pocas ocasiones se actúa como si la transición a esa Cuba en las que tales visitas deberían incluso coincidir sin demasiada alarma estuviese ya comenzada.

7 by Mariana Grajales (Usuario no autenticado) 09/02/2009 9:20

Esos artistas que viven en Cuba es verdad que no le deben nada a nadie, gastan su dinero, ganado con su trabajo. Pero ninguno tiene lo que le sobra al sacerdote José Conrado y a los valientes disidentes presos. La mayoría de los artistas cubanos son unos cobardes.

6 by joseluis sito (Usuario no autenticado) 06/02/2009 8:40

El superrevolucionario y la superrevolución. Hay que leer con detenimiento la carta del artista, del pintor y demás profesiones, Pedro Pablo Oliva. Es un monumento. Es un ejemplo monumental y perfecto del superrevolucionario; que no ha comprendido nada. En su texto no aparece una sola vez la palabra censura y no se desprende ninguna crítica, ni la más minima, al sistema imperante en la isla. Lo único que hace es quejarse. De lo que se queja- como un niño que viene de descubrir abriendo el paquete que su juguete está roto o inusable- de lo que se queja nuestro artista profesional es que su Enciclopedia (barata) se la vendieron escamotada. Falsificada. Y entonces, reclama, como se reclama al vendedor, que se le devuelva no el dinero (que era muy poco) pero su juguete listo para jugar. Nuestro artista, en vez de explicarse a él mismo como es posible que le vendieran una Enciclopedia incompleta, porqué razones y de que tipo de ideología y de régimen se trata para hacer tal cosa- nuestro artista profesional no se explica nada a él mismo, y se dirige altanero al mostrador de ventas para reclamar vejado (ya que lo timaron con un precio tan barato), ofuscado y colérico que le devuelvan lo que le robaron. Nuestro artista profesional no emite críticas y dudas sobre el sistema que permite tales atropellos, solo carga enfurecido sobre un tal “funcionario responsable de escamotearle al público el Tomo 6”. El responsable de esta inmunda censura no es la ideología y el régimen socialo-castrista. NO. El responsable es un oscuro y desconocido funcionario que, claro está, actúo de su propia iniciativa sin consultar con nadie y sin recibir órdenes de nadie. Como siempre, para estos superrevolucionarios cegados, si se cometen crímenes, censuras y actos de repudio es únicamente porque funcionarios mal informados o estupidos interpretan mal la Constitución y las leyes de la dictadura totalitaria. Es, en definitiva, porque esos funcionarios no entienden la belleza y la grandeza sin manchas de la grandiosa, gloriosa y épica Revolución. El superrevolucionario es aquel que defiende y protege la mitología y la teología revolucionaria sin hacerse nunca la más minima pregunta, ni emitir la más minima critica. Solo se queja de la mala calidad de los funcionarios y de los burócratas. Nuestro Oliva se queja. Me recuerda aquel articulo de Norman Mailer, en 1960, en la revista “Esquire” y titulado “Superman llega al supermercado”. Nuestro superrevolucionario Oliva llega a la superlibrería revolucionaria. Y el superrevolucionario Oliva descubre que lo timaron con tanta Enciclopedia barata. Nuestro superrevolucionario llega al supermercado revolucionario y descubre que es un timo. Pero eso no lo inmuta, lo que le provoca cólera y enfado no es el hecho que viva en un país que censura y comete crímenes de toda índole, lo que le provoca disgusto es que lo hayan timado a él, personalmente. Lo único que defiende en su carta es su pequeña persona y sus intereses personales, pero no piensa ni un segundo a las censuras que son sometidos libros, enciclopedias y demás productos culturales, películas, obras plásticas, un mundo del que forma parte. La censura para el superrevolucionario no puede existir en una superrevolución tan divina. Si tuviera un mínimo de conciencia, nuestro Oliva vería, como dice Norman Mailer en su artículo, que hay una diferencia abismal entre la vida política cubana, real, concreta, basada sobre los hechos, y la historia subterránea de los deseos románticos, solitarios, ésta concentración de éxtasis y violencia. “Los misterios son irritados por los hechos”. Nuestro superrevolucionario está irritado por un hecho, le falta ahora descubrir la causa que provocó ese hecho. En verdad, el superrevolucionario como Oliva todavía no ha comprendido que una dictadura totalitaria disfrazada de superrevolución no se transforma, ni se modifica: se destruye, pura y sencillamente. RESISTENCIA ¡! UNION ¡! VIVA CUBA PRONTO LIBRE ¡!

5 by Juanito Colibri (Usuario no autenticado) 06/02/2009 8:40

Padilla y Arufat sufrieron el haber sido premiados con un premio literario organizado "dentro de la Robo- lucion" "Paradiso" comenzo a comercializarse un dia despues del entierro del marginado Lezama, y solo para servir de ingreso en dolares a la dictadura. Cientos y miles mas de casos. Recuerden cuando prohibieron aquellos ladrillos rusos: Sputnik, Novedades de Moscu, y algunos otros cuando comenzaron a decir verdades y resultaban realmente interesantes, tambien Sinjua y publicaciones chinas fueron prohibidas. Actualmente no se ha publicado ni una sola de las opiniones que solicitaron y sumaron millones abarcando todos los tipos de las realidades cubanas. CON LA REVOLUCION NADA, SIN LA REVOLUCION TODO!!!

4 by joseluis sito (Usuario no autenticado) 05/02/2009 20:20

El superrevolucionario y la superrevolución. Hay que leer con detenimiento la carta del artista, del pintor y demás profesiones, Pedro Pablo Oliva. Es un monumento. Es un ejemplo monumental y perfecto del superrevolucionario; que no ha comprendido nada. En su texto no aparece una sola vez la palabra censura y no se desprende ninguna crítica, ni la más minima, al sistema imperante en la isla. Lo único que hace es quejarse. De lo que se queja- como un niño que viene de descubrir abriendo el paquete que su juguete está roto o inusable- de lo que se queja nuestro artista profesional es que su Enciclopedia (barata) se la vendieron escamotada. Falsificada. Y entonces, reclama, como se reclama al vendedor, que se le devuelva no el dinero (que era muy poco) pero su juguete listo para jugar. Nuestro artista, en vez de explicarse al él mismo como es posible que le vendieran una Enciclopedia incompleta, porqué razones y de que tipo de ideología y de régimen se trata para hacer tal cosa- nuestro artista profesional no se explica nada a él mismo, y se dirige altanero al mostrador de ventas para reclamar vejado (ya que lo timaron con un precio tan barato), ofuscado y colérico que le devuelvan lo que le robaron. Nuestro artista profesional no emite críticas y dudas sobre el sistema que permite tales atropellos, solo carga enfurecido sobre un tal “funcionario responsable de escamotearle al público el Tomo 6”. El responsable de esta inmunda censura no es la ideología y el régimen socialo-castrista. NO. El responsable es un oscuro y desconocido funcionario que, claro está, actúo de su propia iniciativa sin consultar con nadie y sin recibir órdenes de nadie. Como siempre, para estos superrevolucionarios cegados, si se cometen crímenes, censuras y actos de repudio es únicamente porque funcionarios mal informados o entupidos interpretan mal la Constitución o las leyes de la dictadura totalitaria. Es, en definitiva, porque esos funcionarios no entienden la belleza y la grandeza sin manchas de la grandiosa, gloriosa y épica Revolución. E superrevolucionario es aquel que defiende y protege la mitología y la teología revolucionaria sin hacerse nunca la más minima pregunta, ni emitir la más minima critica. Solo se queja de la mala calidad de los funcionarios y de los burócratas. Nuestro Oliva se queja. Me recuerda aquel articulo de Norman Mailer, en 1960, en la revista “Esquire” y titulado “Superman llega al supermercado”. Nuestro superrevolucionario Oliva llega a la superlibrería revolucionaria. Y el superrevolucionario Oliva descubre que lo timaron con tanta Enciclopedia barata. Nuestro superrevolucionario llega al supermercado revolucionario y descubre que es un timo. Pero eso no lo inmuta, lo que le provoca cólera y enfado no es el hecho que viva en un país que censura y comete crímenes de toda índole, lo que le provoca disgusto es que lo hayan timado a él, personalmente. Lo único que defiende en su carta es su pequeña persona y sus intereses personales, pero no piensa ni un segundo a las censuras que son sometidos libros, enciclopedias y demás productos culturales, películas, obras plásticas, un mundo del que forma parte. La censura para el superrevolucionario no puede existir en una superrevolución tan divina. El superrevolucionario va al supermercado. Si tuviera un mínimo de conciencia, nuestro Oliva vería, como dice Norman Mailer en su artículo, que hay una diferencia abismal entre la vida política cubana, real, concreta, basada sobre los hechos, y la historia subterránea de los deseos románticos, solitarios, ésta concentración de éxtasis y violencia. “Los misterios son irritados por los hechos”. Nuestro superrevolucionario está irritado por un hecho, le falta ahora descubrir la causa que provocó ese hecho. En verdad, el superrevolucionario como Oliva todavía no ha comprendido que una dictadura totalitaria disfrazada de superrevolución no se transforma, ni se modifica: se destruye, pura y sencillamente. RESISTENCIA ¡! UNION ¡! VIVA CUBA PRONTO LIBRE ¡!

3 by Maria Luisa (Usuario no autenticado) 05/02/2009 20:20

No seas tan tendencioso y burlón con Pedro Pablo, quien se merece respeto por su obra y comportamiento. ¿Acaso la gente no se puede cansar y exigir que no haya censura? Si todos en la isla tuvieran la actitud de Pedro Pablo, otro gallo cantaría. Tu último parrafo está lleno de veneno e insidia al decir que ya Pedro Pablo habrá recibido el tomo que le falta. Ni siquiera explicas algo que le interesaria de los lectores, qué tiene el tomo numero 6 que no vendieron en la isla. Debemos exigir el fin de la censura, pero no solo en la isla, sino en todos los lugares del mundo. ¿O acaso crees que por ejemplo aqui en España se editan todos los libros? Aqui tambien estamos sufriendo otra censura, ya que los editores editan los libros que a ellos les conviene.

2 by GUAJIRO DEL JIGUE Y EL MARANON (Usuario no autenticado) 05/02/2009 20:00

LA AUTOCRACIA CASTRISTA ES LA NEGACION, NO YA DE LA LIBERTAD SINO DE LA PROPIA REALIDAD ASUMIENDO LA TRAGICA POSTURA DE EDIPO DE EXTIRPARSE LOS OJOS PARA NO VERLA. ES MUY INGENUO ASOMBRARSE DE LA FALTA DEL TOMO VI DE LA ENCICLOPEDIA SALVAT, CUANDO LEZAMA LIMA, DULCE MARIA,LEVI MARRERO FUERON PROHIBIDOS EN NOMBRE DE LA IDEOLOGIA O, "LENGUAJE DE MUDOS", POEMARIO DE DELFIN PRATS FUE HECHO PULPA. ALGUN DIA VEREMOS PUBLICADO "EL IMPERIO DEL ABSURDO SE HIZO REALIDAD EN CASTRISMO".

1 by www.lalocadelblog.blogspot.com (Usuario no autenticado) 05/02/2009 15:00

La censura vas más allá esta vez. Para la ENCICLOPEDIA OCÉANO que por el año 2005 más o menos el comandante donó a todas las bibliotecas públicas del país en 6 volúmenes,fueron enviadas unas pegatinas a toda página para pegarselas al tomo que hablaba de la relación del CHE Y FIDEL, para supuestamente esclarecer a los lectores de la manipulación de la enciclopedia....esto puede ser inmediatamente verificado en cualquier biblioteca de Cuba.

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