Apagadas las rondas de aplausos que arrancara el equipo cubano de béisbol en el Clásico Mundial, comienzan a escucharse las valoraciones individuales sobre quiénes estarían en condiciones de jugar en Grandes Ligas.

En principio, y siguiendo el criterio de varios agentes y scouts, ninguno de los miembros del equipo está listo para hacer un impacto inmediato y los escogidos tendrían que pasar un tiempo indeterminado en el sistema de Ligas Menores: Doble o Triple A.

Cuatro nombres son los primeros en sobresalir cuando se pregunta a los expertos: Yulieski Gourriel, Yadel Martí, Pedro Luis Lazo y Vichyoandry Odelín. Del resto se precisaría una mayor exposición para medir su verdadera proyección.

Nótese que de este grupo tres son lanzadores y esto ha sido la máxima de los cubanos que han triunfado en Grandes Ligas. Mientras los serpentineros cuentan con mayores posibilidades de integrar los clubes profesionales, los jugadores de posición enfrentan una competencia superior.

Un refrán que repiten gustosos los evaluadores de talento y directivos de equipos es que mucho pitcheo nunca es demasiado y por ahí se han abierto puertas a hombres como Orlando y Liván Hernández, René Arocha y otros más.

En las últimas décadas, el único jugador de posición que abandonó la Isla y se asentó sin problemas fue Rey Ordóñez, al ganar varios Guantes de Oro con los Mets de Nueva York. Habrá que ver cómo les va a Yunieksi Betancourt y Kendry Morales en este sentido.

Ventana de oportunidades

Yadel Martí impresionó enormemente por su actuación frente a la poderosa alineación dominicana en la semifinal del Clásico. Posee un repertorio extenso, que es algo poco común en los lanzadores cubanos, y no le falta aplomo.

Sin embargo, el más cercano al nivel de Grandes Ligas es Lazo, por su experiencia. El espigado pinareño se encontraba en un nivel bastante similar al de José Ariel Contreras cuando el primero también defendía los colores nacionales.

Pero con más de 30 años de edad, su ventana de oportunidades está cerrándose y los equipos lo pensarían más de una vez antes de otorgarle un contrato multianual por varios millones.

Gourriel es el que más intrigado mantiene a los scouts. Su posición natural es la tercera base y en el Clásico defendió la intermedia, pero sus movimientos naturales a la defensa y su swing limpio le ganaron los elogios de los especialistas.

Su juventud es otro punto a favor, pero nadie se hace ilusiones de ver a Gourriel o a cualquiera de estos muchachos en ruta hacia las Grandes Ligas. Antes de eso, y si deciden hacerlo, deberán emprender otro camino más difícil y complicado.

© cubaencuentro