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Actualizado: 15/05/2024 1:03

gourriel, béisbol, clásico mundial

Gourriel le llena los ojos a los cazatalentos

El joven deslumbra tanto al bate como a la defensiva.

AFP/ San Juan. En tan sólo su primer partido en el Clásico Mundial de béisbol, el segunda base del equipo Cuba, Yulieski Gourriel, llenó los ojos de los cazatalentos de las Grandes Ligas y se ganó el respeto de la conocedora afición puertorriqueña.

Con su poderoso bate y excelentes reflejos en la antesala, Gourriel fue factor clave en el triunfo de Cuba sobre Panamá por 8 x 6 carreras en 11 entradas, que marcó este miércoles el debut de la maquinaria antillana en el Grupo C del Clásico.

El joven de 21 años bateó tres hits en cuatro turnos, incluido un jonrón, remolcó cuatro carreras, anotó dos y tomó una base por bolas, mientras al campo realizó electrizantes jugadas, que pararon de sus asientos a los casi 16.000 asistentes al estadio Hiram Bithorn, de San Juan.

"Me siento muy orgulloso de mis compañeros. Rompimos el hielo con una victoria muy peleada y eso nos da más confianza para los partidos que nos restan", dijo Gourriel al finalizar el choque.

Hijo de un famoso jonronero del béisbol cubano en la década de 1980, Lourdes Gourriel, Yulieski tiene un rico expediente internacional.

Integrante del equipo Cuba que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas-2004 y las Copas Mundiales de 2003 y 2005, el más pequeño de los Gourriel se ha ganado plaza de estrella en un equipo donde abundan los talentos.

Con 1,83 m de estatura y 80 kilos de peso, es el prospecto ideal para los que se dedican a nutrir las filas del béisbol de Ligas Mayores.

"Cualquier 'scout' lo firmaría ahora mismo y lo llevaría directo a las Mayores. Es un fuera de serie", dijo Edgar Tijerino, veterano periodista nicaragüense que lleva casi cuatro décadas cubriendo el béisbol profesional.

Preguntado sobre qué sintió al verse convertido en héroe del choque, y saber que sus hazañas fueron presenciadas por miles de telespectadores que siguen las acciones del Clásico en Estados Unidos y otros países, Gourriel minimizó su quehacer individual para resaltar el colectivo.

"Estoy muy, pero muy contento. Jugamos un gran partido, pero lo más importante es el hecho de que mi equipo ganó y también el hecho de que muchos comentaristas de televisión de todos lados vieron lo que hicimos", acotó.

"Esta es una muy buena oportunidad para que todo el mundo vea que los jugadores cubanos pueden jugar en cualquier liga", puntualizó el joven nacido en la provincia de Sancti Spíritus, al centro del país.

Los peloteros jugaron con el corazón, dijo el lanzador panameño Chen

El lanzador abridor por el conjunto de Panamá, Bruce Chen, indicó que a pesar de la derrota frente a Cuba por 8 carreras a 6 en 11 entradas este miércoles, se siente "orgulloso de la demostración que realizó el equipo" en su segundo partido en el Clásico Mundial de béisbol.

Los panameños, que tuvieron varias oportunidades para apuntarse una histórica victoria frente a Cuba, necesitaban ganar para mantener las opciones de pasar a la segunda ronda del certamen por el Grupo C, con sede en el estadio Hiram Bithorn de San Juan, Puerto Rico.

Chen, quien lanzó cinco entradas, permitió cinco de los 11 imparables cubanos además de una carrera.

El zurdo de los Orioles de Baltimore manifestó que si el relevista de los Yankees de Nueva York, Mariano Rivera, "hubiera estado en el equipo, la historia sería otra".

"No quiero quitarle merito a mis compañeros relevistas porque hicieron un gran trabajo, pero Rivera hubiera sido la diferencia", acotó.

"El (Rivera) tomó la decisión de no representar al país y nosotros salimos con lo mejor que teníamos. Me siento orgulloso de mis compañeros porque todos salieron a jugar con el corazón por el equipo en busca de una victoria. Es por eso que se terminó en 11 entradas", dijo Chen al finalizar el encuentro.

El manager de Panamá, Aníbal Reluz, utilizó contra Cuba a seis lanzadores, pero el bateo antillano fue más efectivo.

Chen igualmente resaltó la figura del antesalista cubano Yuliesky Gourriel, motor ofensivo de la victoria antillana.

"Pienso que sin Gourriel, Cuba tal vez no nos hubiera ganado, ya que cada vez que se paraba a batear con hombres en base, algo sucedía y anotaban carreras".

Empero, Chen subrayó que "Cuba tiene un gran equipo e hicieron las cosas necesarias para ganar y eso fue la diferencia".

En cuanto a los siete pelotazos durante el partido, casi un récord para un partido, Chen dijo que ninguno fue de manera intencional sino que surgieron como parte del juego, donde cada lanzador buscaba mantener la pelota en las esquinas.

"Nosotros buscamos las esquinas para evitar un batazo que pudiera definir el partido o un doble o cuadrangular. También hay que decir que muchos de los lanzadores no llevan mucho tiempo lanzando y querían evitar que la pelota se quede en el medio", acotó.

© cubaencuentro

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