La organización cubanoamericana Raíces de Esperanza auspició la conferencia "Inter(CAMBIO): Ayer, hoy y mañana", que se realizó en la Cuban American Student Association (CASA) de la Universidad de Duke (Durham, Carolina del Norte), entre el 10 y el 13 de abril. El evento reunió a estudiosos, jóvenes profesionales, y estudiantes universitarios y preuniversitarios de Estados Unidos para hablar sobre la Isla.

Laura Rodríguez, residente en Washington D.C., y Ricardo Parrondo, de Miami, ambos de 22 años de edad, hablan sobre la entidad y el evento para ENCUENTRO EN LA RED.

¿Qué es Raíces de Esperanza?

LR: Raíces de Esperanza es una organización de jóvenes cubanoamericanos unidos por una causa: los derechos humanos de la juventud en la Isla. El propósito de la organización es demostrar las experiencias vividas por la población en la vida diaria y establecer vínculos para apoyar a jóvenes que buscan la libertad.

¿En qué consistió el evento 'Inter(CAMBIO): Ayer, hoy y mañana', celebrado en la Universidad de Duke?

LR: El evento trató de una serie de discusiones entre profesores universitarios y otras figuras políticas con experiencia en Cuba. Estas discusiones cubrieron varios temas, sobre la vida durante los últimos 50 años, la situación hoy en día y el futuro de Cuba. Se trataron temas como la identidad y el exilio, los mitos en la historia de Cuba; la oposición, entendiéndola desde el activismo político a las expresiones artísticas, y el cambio, la transición y el rol de la diáspora.

El discurso de apertura fue pronunciado por la activista Bertha Antúnez. También estuvieron el sacerdote Alberto Cutié, el escritor Oscar Hijuelos y el profesor Andy Gómez, entre otros. Por teléfono, desde La Habana, intervino Oswaldo Payá Sardiñas, líder del Movimiento Cristiano Liberación.

Raíces de Esperanza pretende afianzar el intercambio entre jóvenes cubanoamericanos con sus homólogos de la Isla. ¿Cuáles son las iniciativas concretas en este sentido?

LR: La primera consiste en llamadas telefónicas para promover el intercambio entre jóvenes del exilio y de Cuba. Los jóvenes en Estados Unidos pueden unirse en las universidades para ello. La mayoría de la gente con quien hablamos son activistas pro democracia y abordamos con ellos el tema de las libertades. Además, promovemos viajar a la Isla para experimentar y expandir el conocimiento de la vida cotidiana.

¿Exclusivamente con jóvenes disidentes o, en general, con jóvenes universitarios? ¿No va esta iniciativa contra las premisas del exilio histórico, que promulga el aislamiento de la sociedad cubana?

LR: Nuestra misión es tener intercambios con toda la sociedad cubana. Todo el que conoce la historia de los últimos 50 años, entiende los justificados miedos que ha tenido la población para hablar de libertad. Precisamente, por el conocimiento del terreno minado, valoramos altamente el coraje de los disidentes que rompen con la ideología del comunismo.

En general, nuestra filosofía es promover el intercambio con el fin de lograr libertad de expresión y derechos humanos. Somos un grupo de jóvenes universitarios y profesionales con la misma meta que el exilio histórico, pero con la visión de que para lograrla debemos cambiar la iniciativa. El aislamiento no ha funcionado en los últimos 50 años.

¿Persiste entre los estudiantes universitarios norteamericanos la visión romántica de la Revolución Cubana?

RP: La visión romántica de la Revolución Cubana quizás persiste, en el sentido de que era algo necesario para Cuba, como fue postulado por Fidel Castro en su "gloriosa" llegada a La Habana desde la Sierra Maestra. Pero, en realidad, todos sabemos que Castro convirtió las ideas de su revolución en marxistas, leninistas y estalinistas, dejando a Cuba bajo la mano dura de una dictadura totalitaria.

Estamos de acuerdo en que la Revolución Cubana ha fracasado y en que los esfuerzos de los hermanos Castro para preservar su ideología han sacrificado el bienestar del pueblo. El hecho de que muchos ciudadanos prefieran lanzarse al mar, en frágiles balsas, y dejar su destino a las vicisitudes del mar, es algo indicativo de cómo la visión romántica de la revolución se ha desintegrado.

En sus esfuerzos, Raíces de Esperanza se mueve más allá de la polémica palabra y de las ideas de la revolución, y divulga un mensaje: "Con solidaridad con los jóvenes de la Isla y con amor, amistad y esperanza, la democracia evolucionará en Cuba".

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