Literatura

Libros para detenerse

Dos poemarios echan por tierra cierta estética que excluye lo que no sea 'profanador', metropolitano y comprometido con la negación de la negación.

Siempre he creído en el poder comunicativo y transformador de la poesía. Esta es una verdad que se repite, pero frente a la preeminencia de la experimentación y la disolución del discurso lírico que proponen ciertos grupos, como una estética que parece ignorar las ganancias de las vanguardias del siglo XX, defiendo la voluntad comunicativa de los poetas, desde una modesta posición de lector comprometido con la literatura de la emoción.

Puede que a estas alturas a muchos les resulten conservadores o extemporáneos esos criterios. Sin embargo, tal vez las personas que lean esto prefieran también la poesía capaz de rozar la sensibilidad y de arriesgarlo todo en nombre de un arte verdadero a la seudoinvención de algunos ironistas que tienen la sospecha de que hace tiempo concluyó la historia y sólo nos queda aumentar el Vacío añadiendo disfraces a la incapacidad de asumir arcádicas, pero profundas verdades permanentes.

Lo antes escrito ha sido razonado mucho durante los últimos años y quizás por ello lo he utilizado de manera recurrente en notas anteriores, como defensa ante ciertos corrillos literarios que excluyen todo lo que no sea "profanador", metropolitano, comprometido con la negación de la negación, y ha regresado como una compulsión cuando José Orpí Galí publicó el poemario El encantador de serpientes (Ediciones Santiago, 2001), merecedor del Premio José María Heredia en 1999.

Una de las voces más sostenidas en el panorama poético santiaguero de los últimos años es la de Orpí. Este autor ha frecuentado con éxito numerosos certámenes de narrativa, poesía, décima y literatura para niños. Junto a los establecidos Jesús Cos Causse, Marino Wilson Jay, León Estrada, Teresa Melo y Reinaldo García Blanco, el autor de El encantador…, poeta marginado por su aparente compulsión al entregar a las prensas un libro tras otro, ha animado la vida cultural de esa ciudad desde su "Ancón Literario", espacio que mantiene en el Teatro Heredia y por el que han transitado reconocidas personalidades de las letras cubanas y caribeñas.

La décima holguinera

Otro volumen de reciente salida que llama la atención es Antología de la décima cósmica de Holguín, preparada por el poeta y ensayista Ronel González Sánchez. La décima holguinera posee una larga tradición, con nombres que figuran entre lo más granado de nuestra estrofa nacional, tal como la definiera José Fornaris en el siglo XIX.

Así, como para corroborarlo, llegó desde México esta hermosa y excelente entrega que preparó el Frente de Afirmación Hispanista. Esta institución, dirigida por Fredo Arias de la Canal, ha publicado diversos volúmenes de poetas cubanos y antologías de nuestro quehacer lírico.

Esta Antología… es un volumen necesario, toda vez que faltaba un libro así, con el rigor y el cuidado a que nos tiene acostumbrados este joven pero experimentado autor, laureado en importantes concursos literarios en Cuba y otros países por su valioso quehacer.

Pero está además la cuidada edición del libro, algo que para quienes conocemos toda la extensa e intensa bibliografía aparecida sobre la poesía cubana por De la Canal no resulta extraño, habida cuenta del rigor que, igualmente, pone en cada una de las publicaciones aupadas por el también psicólogo mexicano.

En el volumen de 95 páginas, precedido por un prólogo de González Sánchez, descuellan no pocos nombres que han sido acaso ejes fundamentales de la décima en Holguín. Entre los ejemplos figuran justamente el propio González Sánchez, José Luis Serrano y Ángel Augier, Premio Nacional de Literatura, sin olvidar otros nombres como Renael González, Agustín Serrano, Agustín Labrada, Yunior Felipe Figueroa y Carlos Chacón Zaldívar, por sólo mencionar algunos fundamentales.

González Sánchez precisa en la Introducción aspectos decisivos sobre la estrofa. Así, ya al final, subraya: "La décima que actualmente se escribe en la provincia de Holguín evidencia una multiplicidad temática y un elevado nivel cualitativo a tener en cuenta en el país. Varios autores holguineros no sólo han recibido los premios más importantes que se otorgan a la décima en Cuba, sino que son incluidos en revistas y antologías dentro y fuera de la Isla".

Una buena muestra del notable desarrollo de la décima en esa provincia, es que las féminas también incursionan con acierto en la estrofa. Lo prueban no pocas poetisas, como Carmen Cardosa Castillo (1968), de quien se incluye la obra Holocausto:

"Está dispuesto el altar. / Solícito el fuego arde. / La ofrenda es como un alarde / de perfección. ¿Renunciar / al sacrificio? ¿Buscar / el perdón de otra manera? / Ígnea la luz reverbera. / No eres la víctima, pero / arderás como el cordero / que se consume en la hoguera".

Dos buenos aportes al movimiento literario nacional y, en especial, al desarrollo que acontece hoy más que nunca antes con la poesía, resultan estos valiosos volúmenes que se agradecen a José Orpí, Ronel González y Fredo Arias de la Canal.

© cubaencuentro

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