Ir al menú | Ir al contenido

Actualizado: 17/05/2024 12:58

Iglesia católica, PCC

Dios y el Partido

Por esos afanes de las metamorfosis de la política, las “sapiencias ofídicas” de la Iglesia católica se han convertido en los mejores aliados del Partido Comunista


Hace algo menos de 18 años la prensa cubana enfiló sus cañones contra lo que un insultador oficial llamaba “las ofídicas sapiencias eclesiásticas”. El motivo era un documento hecho público con título de bolero fácil: el amor todo lo espera. En él, los obispos expresaban su preocupación por la aguda crisis que atravesaba la nación y abogaban por el diálogo y el entendimiento de todos los cubanos para la reconciliación nacional. El panfleto de Granma —y Granma no publica nada sin la venia de las jerarquías— fue leído con tenacidad de comuneros por los locutores en cada estación de radio y televisión, y publicado en todos los periódicos nacionales y provinciales.

Visto a la distancia, el documento de los obispos no era espectacularmente crítico. No mucho más crítico que cosas que hoy se dicen o se escriben en los medios eclesiásticos. Pero eran otros los tiempos. Aunque se había dispuesto una tregua desde fines de los 80, el cese de hostilidades se refería a los creyentes “revolucionarios”, no a los curas. Y esos primeros años 90 fueron muy crueles con una clase política que no lograba entender las razones del estropicio que ellos mismos habían causado. Eran, además, los tiempos en que el arzobispo Ortega y Alamino se preparaba para su investidura como Cardenal, con todos los sustos que ello implicaba. El amor todo lo espera llegó en el momento menos pertinente, cuando podía esperar cualquier cosa menos amor.

Pero por esos afanes de las metamorfosis de la política, las “sapiencias ofídicas” se han convertido en los mejores aliados del Partido Comunista. En su pasado informe al VI Congreso del PCC, el flamante primer secretario no escatimó verbo para elogiar a la jerarquía católica. Aunque tuvo cuidado en listar a casi todas las confesiones y comenzó con una mención particular al Consejo de Iglesias —un proyecto ecuménico liderado por los protestantes que resultó demasiado progubernamental como para ser creíble en las movidas político/humanitarias recientes— es indiscutible que el plato fuerte fue la Iglesia católica. Según Raúl Castro, una fuerza patriótica reconocible y a la que se recurrió no por necesidad sino por condescendencia, como para compartir con alguien la dudosa gloria de sacar de la cárcel a decenas de presos políticos condenados sin procesos penales consistentes y desterrar a la inmensa mayoría de ellos. Una mentirilla aparentemente piadosa sobre la que volveré más adelante.

A cambio, la Iglesia católica ha obtenido —además de las referencias lisonjeras en el Congreso— una visibilidad superior a décadas anteriores y nuevos espacios de acción en la sociedad. Lo cual es un avance considerable para una institución que acumula sabiduría y paciencia de dos milenios. Y que hace solamente tres lustros era comparada con los ofidios: fríos, venenosos y reptantes. Personalmente les felicito, como he aplaudido que haya intermediado para facilitar la liberación de los prisioneros y lograr sus reuniones familiares, en Cuba o en el extranjero. Como siempre he aplaudido que exista absoluta libertad de cultos y creencias, y que se prescriba todo tipo de discriminación contra las personas por poseer (o no) creencias religiosas.

Pero no todo lo que ha sucedido y está sucediendo es un motivo de orgullo para la propia Iglesia.

La Iglesia católica ha tenido que pagar un precio por la visibilidad. Y aunque su alta jerarquía debe estar segura que todo se olvidará cuando se llegue al fin de esta historia, hay filones éticos que no pueden obviarse, más aún cuando se trata de una institución que se presenta a si misma como la quintaesencia ética de las sociedades y de los tiempos.

He estado revisando con cuidado las páginas de una revista arquidiocesana —Espacio Laical— a cuya existencia y méritos me he referido en varios momentos. Es una revista que seguramente no publica nada —como el Granma— sin la venia de la alta jerarquía. Y me llama poderosamente la atención que en febrero de este año esa revista publicara un editorial sobre el llamado Pacto Social (http://espaciolaical.org/contens/25/0500.pdf) en que se lamenta la existencia de “sectores que actualmente no son afines al Gobierno y manifiestan una incapacidad enorme para reconocerle su legitimidad y dialogar con el mismo…” y por el otro lado alaba al General/Presidente que “…pretende contribuir hasta donde le sea posible a la articulación de un camino de conciliación nacional”. El artículo es largo y muy rico (en muchos sentidos altamente positivo) pero me bastan estas pocas líneas para mostrar como la Iglesia está obligada a tratar con una caricatura de situación política. Decir que un indicador clave del tranque que sufre la sociedad cubana es porque algún pequeño grupo opositor no reconozca la legitimidad del Gobierno, y que por ello no se conversa a pesar de la buena disposición gubernamental, es, cuando menos, reprensible.

La táctica del Gobierno cubano es muy clara. Tiene que hacer una serie de cambios económicos, lo que inevitablemente va a mover el tablero político. La cuestión está en que esta movida sea lo suficiente amplia para que las medidas económicas funcionen, pero lo suficientemente restringida como para evitar un cuestionamiento a su propio proyecto de poder autoritario. Y de ahí que seleccione como interlocutora a la Iglesia católica, una institución predecible que no le puede pedir el poder político y que no está interesada de momento en variar las reglas de juego.

Cuando el General/Presidente recurrió al Cardenal para que mediara en este conflicto no lo hizo pensando en compartir laureles, sino en encontrar a alguien que dialogara con los grupos y personas con los que inevitablemente había que conversar. Y en particular con las Damas de Blanco que no solamente estaban empujando al Gobierno al máximo descrédito internacional, sino que estaban disputando el espacio público, con su fragilidad como principal arma, a la arrogante omnipotencia gubernamental. Haberlo hecho directamente era poner en entredicho el no reconocimiento de la legitimidad de organizaciones y acciones que han sido constreñidas en el discurso oficial al ámbito del mercenarismo antinacional.

La alianza del Gobierno con la Iglesia es, según Raúl Castro, una garantía de “la unidad de la nación” frente a “los mercenarios”, desacatadores de la ley y al servicio de “una potencia extranjera”. Y para los “mercenarios” —epíteto endilgado a todos los que contradigan sustancialmente la línea oficial— no hay lugar bajo el sol del castrismo. Pero es también, agrego yo y seguramente lo sabe el general, un apoyo inestimable en momentos en que la maltrecha base social del sistema se sigue estrechando, desde los puntos de vista clasista y generacional.

Por la parte clerical el beneficio está en el capital público que pudiera ganar como estrella protagónica de la “conciliación”. Y aun cuando eso le genere algunos contratiempos presentes, la Iglesia no es una institución que se preocupe mucho por los infortunios de la actualidad y sabe dejar al tiempo hacer su trabajo. Solo ella, como decía Goethe, es capaz de hacer buenas digestiones con ganancias mal obtenidas. Como lo hizo en estos tres lustros cuando ha dejado de ser una deyección ofídica para convertirse en la mismísima salvaguardia de la unidad de la nación. Aclaro: siempre según Raúl Castro.

Un juego de disputa en que ambas partes ganan. Sencillamente porque juegan a tiempos distintos: los generales a cinco años y la Iglesia a la eternidad.

© cubaencuentro

26 Comentarios


26 by Patricio (Usuario no autenticado) 05/05/2011 20:00

Muy buen articulo

25 by Leida Altunaga (Usuario no autenticado) 05/05/2011 15:40

Que significa exilio de terciopelo? Es que acaso vivir alejada de la familia, desterrada, trabajando mucho es un exilio de terciopelo? A que se refiere el señor arguelles cuando nos califica a los cubanos exiliados de esa manera?

24 by Alvaro Arguelles (Usuario no autenticado) 05/05/2011 8:00

La Iglesia Católica no se ha plegado a ningún designio de ningún Castro. La iglesia que está en Cuba ha hecho todo lo que ha podido en el terreno de la defensa de los derechos humanos. Las propias Damas de Blanco y miembros de la disidencia han alabado la labor mediadora y humanitaria de la Iglesia. Los que acusan a la Iglesia de "traición" y de "vocera" del gobierno, no saben lo que dicen. La voz de la Iglesia Católica cubana siempre se ha alzado para defender la justicia, como lo hizo en 1993 con la carta pastoral "El amor todo lo espera", como lo ha hecho en otros muchos documentos y declaraciones de condena, como el referente a los arrestos de la llamada Primavera Negra, al fusilamiento de los 3 jóvenes negros, etc. Los críticos, incluyendo al Sr. Dilla, obviamente ni son católicos ni entienden el papel y la misión de la Iglesia. Y desde su "exilio" de terciopelo se llenan la boca para criticar a los que allá dentro en Cuba tratan de llevar a cabo su encomiable labor en medio de dificultades, presiones y ataques de extremistas de ambos bandos, que destilan odio por las cuatro costuras.

23 by Javier Mendiguren (Usuario no autenticado) 05/05/2011 7:20

Excelente artículo. Vi positivo sacar de las prisiones a los presos políticos (aunque con la condición del destierro), veo positivo que se llame a la conciliación entre los cubanos, pero de todos los cubanos con posiciones políticas e ideológicas diversas. De lo contrario, se le está haciendo el juego a la gerontocracia, pues entre sacarle vapor a la caldera con el destierro de opositores y familiares por un lado y con llamamientos a la "unidad de la nación"que como van hoy las cosas es plegarse al poder sin chistar por el otro, están retrasando un proceso natural de toma de conciencia por los cubanos de dentro de la ruinosa situación a que han llevado al país los líderes cincuentenarios de la Revolución. ¿Y qué de los "líderes" disciplinados del consejo Ecuménico? Pues nada, aguantar callados y esperar a que les llegue el turno de ejercer influencia entre sus hermanos protestantes del norte, siempre claro está, al servicio de los mandantes del patio.

22 by nacho verdecia (Usuario no autenticado) 04/05/2011 21:20

he leido con sumo interes este articulo del prof dilla y me parece que dice muchas cosas pero evade una definicion tajante de lo que realmente ha sucedido: la traicion de la igesia catolica contra el pueblo cubano

21 by Olegario (Usuario no autenticado) 04/05/2011 7:40

Esta es una genuina Santa Alianza

20 by La Avellaneda (Usuario no autenticado) 03/05/2011 19:40

Excelente artículo, con una precisión y lucidez a la cual nos tiene acostumbrados Dilla.También saludo las gestiones de la Iglesia si esto llevó a la excarcelación de muchos presos políticos, lamento en cambio que la Iglesia se "discipline" en la concepción de que todo el que discrepa es un mercenario porque siguiendo esta coherencia de pensamiento podríamos decir que también la Iglesia es una institución mercenaria porque su base económica de sustentación viene de una potencia extranjera: El Vaticano.Porque el asunto es que demonizar a los opositores, quitándoles la posibilidad de trabajar en el estado que aún sigue siendo el fundamental empleador, y demonizando toda actividad económica no estatal ( aunque ahora parece que va a cambiar) deja sin posibilidades de sustento a todo el que discrepe, entonces, recibir dinero de cualquier país u organización es tan válido como los capitales extranjeros que aspira atraer y ya algunos están en Cuba, aupados por el gobierno cubano. ¿Esta mutua dependencia no los colocaría a ellos, los poseedores de la "Verdad" también en mercenarios? ¿Y qué hace la Iglesia sumándose a este discurso?y respondo, su afán de poder sobre la población cubana. No conozco dos organizaciones más parecidas que la Iglesia católica y el Partido cubano.Felicidades Haroldo por tu excelente artículo.

19 by Luis Casacó (Usuario no autenticado) 03/05/2011 19:40

Agudo y preciso. Excelente artículo.

18 by El loco de Lawton (Usuario no autenticado) 03/05/2011 13:21

La verdad duele, o no? la iglesia catolica se ha plegado a los designios de los Castro, y aun mas, se ha convertido en complice y vocera del regimen. Si hay un Dios en el cielo ya les tocara responderle, aunque me temo que Jaimito y su trabuco no son muy religiosos que digamos y las vanidades y riquezas terrenales les interesan mas.

17 by pitrafa (Usuario no autenticado) 03/05/2011 13:20

A dilla siempre la sale la veta socialista marxista ateista

16 by Lucrecia la loca (Usuario no autenticado) 03/05/2011 11:20

Me encanto este articulo, excelente analisis que rompe creencias y por eso duele

15 by Jose M Rosello (Usuario no autenticado) 03/05/2011 11:20

Parerce queDilla le toco el corazoncito de beato a Hemenegildo. Pero muy bueno el articulo, precisamemnte por tocar duro los corazoncitos de beatos.

14 by Sergio Delgado (Usuario no autenticado) 02/05/2011 21:21

En no pocas ocasiones he discrepado de las posiciones de Dilla, sin embargo, creo que este analisis es profundo y bastante objetivo.... La iglesia catolica cubana, despues de una posicion mas o menos digna ante el totalitarismo en la decada del 60, termino plegandose y enredada y en el mismo concepto de supervivencia al que fue sometida toda la sociedad cubana...No la culpo, pues en los regimenes marxistas nada escapa al "hueco negro" de la capitulacion y la aceptacion servil...Fueron penetrados habilmente por los servicios de inteligencia y al final se conformaron con mantener los escasos espacios que aun conservaban....A pesar de ello, como institucion ha quedado a deber al mismo pueblo al que se suponia debia servir y guiar..... Por suerte, aun en medio de esta verguenza compartida, existieron y existen prelados que entendieron y entienden que su rol no podia ser de activa indiferencia, mientras en sus narices se destruian todos y cada uno de los valores por los que Jesus fue crucificado.

13 by Havanablog2059 (Usuario no autenticado) 02/05/2011 21:21

Me parece bueno el titulo de Dios y el Partido pero el cardenal y la iglesia catolica cubana no significan tanto como dice Dilla. Sin embargo si es verdad que ahora la Iglesia favorece la estrategia fundamental de la Revolucion para llevar adelante las reformas necesarias. Y eso es algo que hay que tomar en cuenta.

12 by Jiménez Ballester (Usuario no autenticado) 02/05/2011 21:20

No me gusta el título. El artículo no aborda la creencia en Dios, ni a Dios, sino a la Iglesia Católica, una institución cerrada y dogmática llena de "funcionarios" tan criticables como los del Partido (aunque reconozco que hay sacerdotes y monjas admirables, llenos de compasión hacia los demás). El ánálisis es muy bueno.

11 by Hermenegildo (Usuario no autenticado) 02/05/2011 21:20

"un documento....... con título de bolero fácil: el amor todo lo espera". Parece que Dilla nunca leyó una sola de las cartas de San Pablo. Lo típico de la intelectualidad cubana actual : escribir sobre lo que no se toma el tiempo de iunvestigar.

10 by EL Gato sin Botas (Usuario no autenticado) 02/05/2011 21:20

...la iglesia cubana no está al servicio de la Patria...Esta al servicio de un gobierno extranjero (Vaticano), y un gobierno nacional ilegal y opresivo...

9 by Esopo (Usuario no autenticado) 02/05/2011 21:00

Dilla en realidad no se sabe si los generales están jugando a cinco años, porque estipularon los mandatos a 10 o más bien lo impusieron, pero es totalmente cierto que la Iglesia si está jugando a la eternidad , cualquiera medianamente inteligente debería de tener esa cuestión en cuenta, por eso, lo que realmente procuramos la democratización de Cuba en vez de demonizarla lo que debíamos es buscar que ella se involucre más en los problemas nacionales, esto no es un problema ni de marxista ni de budista, como hubiera dicho el amigo Yánez, es un problema de la realpolitik.

8 by Desde otro punto de vista (Usuario no autenticado) 02/05/2011 21:00

Pues a mí me parece muy bien por la Iglesia. Después de todo, es algo así como el alma del pueblo cubano. En el exilio la iglesia católica no tiene ninguna influencia, ni la catóica ni ninguna otra, entre los cubanos y cubano-americanos. Y es cierto que este grupo es de los que menos solidaridad y humanidad muestran tanto entre si mismos, como hacia los otros grupos. Por otra parte, se parecen mucho a los viejos comecandelas y comunistas de los años sesenta. Sólo que ni siquiera son izquierdistas ni creen en nada que remplace cualquier creecia religiosa o ética. Bueno, algunos han adoptado al partido republicano como religión y a los candidatos de este como sus cardenales, obispos etc. Y han sustituido "la Revolución" por "este país". Y claro, muchos están al tanto de cualquier diversionismo ideológico. En fin, que el cubano de Estados Unidos es muy diferente tanto al cubano de la époco pre-Castro como a muchos de los que hoy viven en Cuba. Y no son mejores que los que detentan el poder allá.

7 by EL Gato sin Botas (Usuario no autenticado) 02/05/2011 17:00

Ni la dictadura de los Castros ni la llamada Iglesia Católica son instituciones democráticas...Nadie los ha elegido para decidir sobre el futuro de los cubanos...

6 by Reverbero (Usuario no autenticado) 02/05/2011 17:00

Excelente!!! No hay duda que entre los creyentes católicos hay muchísimas personas de buen corazón y honestas. Pero la Iglesia Católica como institución se ha caracterizado siempre por estar del lado del Poder, da igual quien sea, y que hará las maniobras que sean necesarias para mantener su influencia y si es hegemónica sobre las demás religiones, mejor. Cómo si no, ha subsistido durante dos milenios? El gobierno cubano la ha escogido como interlocutora porque cada cual a su modo, como dice Dilla, tiene la misma estrategia: mantener el Poder.

5 by Sin fé no hay salvación (Usuario no autenticado) 02/05/2011 17:00

Marcos 12:17 "Entonces Jesús les dijo: Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaban de El." -.-Esto significa no mezclar Iglesia y Estado.

4 by Ana J. Faya (Usuario no autenticado) 02/05/2011 15:20

Buen análisis, Dilla. Ganancia de las dos partes. Pudiera decir más, pero me abstengo por respeto a los fieles católicos que existen en todas partes. En cuando a "El amor todo lo espera", le dijo más al cubano en su momento públicamente que cualquier otro artículo o discusión de académicos o activistas --y me incluyo. Solo me pregunto, al margen de tu artículo, qué estará pasando por la cabeza de los líderes del Consejo Ecuménico que estuvieron durante al menos dos décadas pegados al Estado castrista, visita tras visita al Departamento de Asuntos Religiosios en el CC, levantando la mano a favor en la Asamblea Nacional, y callándose ante los actos represivos del régimen y sus sentencias. Me parece que en este juego son los grandes perdedores.

3 by Joel Cárdenas (Usuario no autenticado) 02/05/2011 15:20

Excelente anásilis, deja claro el fariseísmo de la Iglesia.

2 by Manuel Herrera (Usuario no autenticado) 02/05/2011 15:20

Excelente pìeza, mis felicitaciones profesor

1 by Guajirai (Usuario no autenticado) 02/05/2011 14:00

El cinismo como paliativo a la miseria moral de la nacion cubana.

Subir


Relacionados

Cuando Arturo López-Levy altera el producto

Haroldo Dilla Alfonso , Santo Domingo | 23/05/2011

Comentarios

 

El orden de los factores

Arturo López-Levy , Denver | 16/05/2011

Comentarios

Subir


En esta sección

El Mal no viene solo de los Urales

Ariel Hidalgo , Miami | 11/04/2022

Comentarios


Respuesta a Esteban Morales

José Gabriel Barrenechea , Santa Clara | 07/04/2022

Comentarios




Putin está ganando la guerra

Alejandro Armengol , Miami | 11/03/2022

Comentarios


La guerra contra las ideas en Cuba

Alejandro Armengol , Miami | 23/02/2022

Comentarios


El embargo, 60 años y sigue

Alejandro Armengol , Miami | 07/02/2022

Comentarios


Sin los Castro

Alejandro Armengol , Miami | 18/01/2022

Comentarios


La crisis de la «baja» cultura en Cuba

Francisco Almagro Domínguez , Miami | 14/01/2022

Comentarios


Cuba, fin de una estirpe

Justo J. Sánchez , Nueva York | 10/01/2022

Comentarios


Tratado cognitivo

Alejandro Armengol , Miami | 03/01/2022

Comentarios


Subir