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Actualizado: 18/04/2024 23:36

Revueltas, Cuba, Egipto

Egipto y Cuba, las diferencias no hacen la diferencia

Asumir la tesis de que el pueblo cubano padece de cobardía genética resulta doblemente absurdo


Los históricos acontecimientos que sacuden el mundo árabe, iniciados con las masivas protestas populares que en Túnez derrocaron al régimen dictatorial de Zine El Abidine Ben Ali, y luego se extendieron rápidamente a Egipto costándole la caída al régimen antidemocrático de Hosni Mubarak, y ahora inspiran las manifestaciones en otras naciones del área como Yemen, Libia, Bahréin, Argelia, Marruecos y hasta influyen en Irán, desataron la actual polémica que discurre sobre las posibilidades de que ese tipo de revueltas se desaten también en Cuba.

En no pocos analistas y diplomáticos predomina el criterio de que las diferencias entre estos pueblos son marcadas. Un punto significativo que señalan es la limitación de acceso de la sociedad cubana a las redes sociales y demás tecnologías modernas de las comunicaciones, herramientas que constituyen el vehículo de la ola revolucionaria del Próximo y Medio Oriente.

Otras comparaciones aludidas entre el mundo árabe y Cuba es el nivel de sometimiento del pueblo cubano, que en más de medio siglo apenas ha tomado las calles para rebelarse ante los abusos y arbitrariedades del régimen totalitario de los hermanos Castro. Hay quienes aseguran que los de la Isla tienden a arriesgarse en el intento de escapar del terruño por cualquier vía, pero no se atreven a disputarle el poder a la dictadura.

No faltan argumentos que valoran como una considerable ventaja para las autoridades la geografía insular, a la hora que les sea preciso sofocar cualquier protesta del pueblo. Además, ven como un factor disuasorio de las reacciones masivas de malestar social el control casi absoluto de la población por el Gobierno, y las conocidas capacidades de su enorme aparato represivo y la impunidad con la que opera.

Las razones anteriores y muchas otras expresan las divergencias entre las realidades del mundo árabe y Cuba. Sin embargo, no hacen la diferencia.

Es verdad que en la Isla es limitado el acceso a la Internet y el uso de las redes sociales, así como los servicios de la telefonía móvil y la penetración de las señales de televisión satelital, en comparación a las naciones islámicas, pero dichas dificultades tienen compensación con la suma de algunas particularidades, como: la plena identificación de la sociedad con los conceptos y valores globales de la cultura occidental, la cercanía geográfica a los EEUU y los vínculos naturales e históricos entre ambos pueblos mediante la modernidad, el activismo político y las potencialidades del exilio muy comprometido con la situación de sus compatriotas, y el enorme foco que representa el tema cubano en la opinión pública internacional, entre otras.

Asumir la tesis de que el pueblo cubano padece de cobardía genética resulta doblemente absurdo. Las sociedades tunecina y egipcia soportaron el terror y la opresión durante décadas, y no fue hasta hace unas semanas que salieron valientemente a sacudirse el yugo de sus regímenes. Durante el medio siglo de dictadura los cubanos, a pesar de las apariencias, no se han comportado de modo obediente, por el contrario, los caracteriza un alto grado de insurrección en la esfera económica. Ese hecho se confirma con la magnitud del mercado negro, más extendido en esta sociedad que en los desaparecidos totalitarismos de Europa del Este.

La invulnerabilidad que le achacan a los mecanismos de terror impuestos por el aparato represivo, pasa por alto los acontecimientos en similares sociedades cerradas. El temible y despiadado aparato de control social manejado por la Stasi en la desaparecida Alemania Oriental, estaba en plena capacidad de funcionamiento cuando se desmoronó el Muro de Berlín y no tuvo modo de contener a las determinadas masas de personas que se lanzaron reclamando libertad. También en Rumanía, Checoslovaquia y Polonia el cambio de sistema sorprendió a los gobernantes totalitarios con sus respectivos aparatos de inteligencia y fuerzas de la policía política intactas. Lo mismo sucedió hace apenas unos días en Túnez y Egipto. ¿Por qué razones Cuba estaría condenada a un desenlace distinto de ocurrir posibles manifestaciones populares?

Las tropas del Ministerio del Interior tienen una esencia represiva, criminal y de insensibilidad hacia el pueblo. Están formadas en la práctica impune de ser los castigadores de la población, y responden fielmente como perros de presa a los designios de sus amos, esa casta gobernante que controla el poder mediante el uso despiadado de la fuerza y el servicio a su conveniencia de leyes arbitrarias e injustas.

Pero no es la situación del Ejército. Los altos mandos se muestran leales a la élite política, porque condicionan su obediencia a la garantía de los privilegios y prebendas que reciben. Aunque esos militares de alto rango no son recuperables por su estado de comprometimiento con el poder, los cuadros intermedios y las tropas llanas difícilmente se presten para masacrar a sus coterráneos. Ellos no están preparados para disparar a mansalva a sus familiares, amigos y compatriotas, jamás ha sido parte de su misión. Llegado el momento los oficiales intermedios y soldados, como en Egipto, Túnez, Alemania o Rumanía, terminarán aliándose junto a su pueblo.

Con demasiada frecuencia los análisis sobre la situación cubana ignoran las circunstancias que han llevado a la población a evitar los costos del enfrentamiento político. El ser humano, ligado al instinto de conservación, tiende a buscar la salida menos traumática para resolver sus problemas vitales. Hasta ahora, la población ha utilizado como mecanismo de compensación para su supervivencia la vía de escape encontrada en el conjunto básico de los magros salarios de los trabajadores, los escasos servicios y recursos subsidiados por el Estado y el acceso cotidiano al imprescindible mercado negro.

Es precisamente este mecanismo compensatorio de supervivencia elemental el que está llamado a desaparecer o deprimirse considerablemente a consecuencia de la política que encabeza el gobernante Raúl Castro, quien asume la implementación de los denominados Lineamientos del Partido como la única alternativa de salvación de su fracasado Sistema. El diseño de ese engendro estratégico será sometido para su aprobación en el anunciado Congreso de los comunistas, que tendrá lugar a finales del mes de marzo.

En medio de las crecientes condiciones de miseria y encarecimiento de la vida, los Lineamientos del Partido plantean la necesidad insoslayable de expulsar de sus empleos a más de un millón de trabajadores, los que quedarán en total desamparo. Además, estipulan el cierre de las empresas estatales irrentables e insisten en la eliminación gradual de los servicios y productos que subsidia el Estado.

También se refiere en el documento partidista que la masa crítica de desempleados podrá ser absorbida por el emergente sector privado, al que denominan no estatal, y que recientemente fue autorizado a resurgir mediante la autorización de licencias que permiten la realización de 178 categorías de negocios privados, de poca significación económica y bajo reglas asfixiantes.

Para despejar la incógnita de por qué en Cuba no se han desarrollado grandes manifestaciones sociales, hay que valorar en su justa medida las variables que actúan directamente influyendo en la supervivencia.

Hace unos meses al mandatario boliviano, Evo Morales, se le ocurrió aprobar por decreto el aumento del precio de la gasolina, en lo que fue conocido como el “gasolinazo”. Tal acción provocó manifestaciones y disturbios a gran escala en todo el país suramericano, hasta que el gobernante indígena dejó sin efecto la medida y ordenó restablecer los anteriores precios. Una medida parecida se adoptó en la Isla, donde se incrementó por esos tiempos el precio de la gasolina y de la población no surgió la más mínima reacción de protesta.

La razón de estas diferencias radica en el hecho de que, al igual que en el resto de las naciones normales, la supervivencia del pueblo boliviano depende de la economía legal, donde se incluyen la privada y la estatal. Una subida de precio de un producto básico como la gasolina genera incremento en los demás productos de primera necesidad y afecta la dinámica de vida de la población. En cambio, la economía de subsistencia de los cubanos es el mercado negro y se abastece fundamentalmente de la corrupción, el desvío de recursos, el robo en las empresas estatales y otros actos de ilegalidad. Alternativa que sirve de colchón para compensar cualquier variación salida del monopolio casi absoluto de la economía del Estado.

A ningún cubano le rinden más allá de una a dos semanas las 4 libras de azúcar que el Estado distribuye por persona mensualmente a través de la cartilla de racionamiento. No obstante, en términos generales ningún cubano completa sus necesidades de azúcar comprando el faltante en la red de tiendas estatales que venden sus productos en divisas. Resulta que donde todos suplen esas necesidades es en el mercado negro. Igual sucede con la sal, el huevo, el arroz, la gasolina, el cemento y muchos otros productos y materias primas sustraídas de los almacenes y establecimientos estatales.

Ahora se puede razonar que de los 500 mil trabajadores que serán despedidos inicialmente unos 300 mil son activos participantes, de una u otra manera, en la dinámica de funcionamiento del mercado negro, donde una vez fuera de sus trabajos dejarán de aportar de golpe los recursos y productos a su alcance hasta ese momento. Digamos, los choferes le sustraen parte del combustible a sus automóviles del Estado y lo venden en la economía informal. Los farmacéuticos venden las medicinas y el alcohol que se roban de los dispensarios. Las oficinistas venden por la izquierda los paquetes de hojas que logran apropiarse subrepticiamente. Así sucesivamente se conforma la cadena general de la economía subterránea, donde la mayoría del pueblo encuentra alivio a sus desesperantes limitaciones y carencias.

Lo más significativo de toda esta historia es que por primera vez la cúpula gobernante amenaza con desarticular el mecanismo de escape de la población, único espacio que todavía le permite algún respiro para garantizarse la supervivencia, aunque sea en condiciones muy precarias. Este nuevo experimento suicida, contenido en la política de los Lineamientos, deja al pueblo acorralado y sin salida. Más si se consideran las circunstancias actuales matizadas por el colapso casi total de la economía nacional, responsable del desabastecimiento crónico y un malestar generalizado en la población.

Las autoridades del régimen no están ajenas a la realidad, tienen una nítida percepción del fracaso total de su modelo y de la única alternativa a la que empujan al pueblo; el Estallido Social. Lo peor de la encrucijada en que se encuentran es que comprenden que el Sistema que han sostenido por décadas está arruinado, su economía no funciona ni tiene posibilidades de reformarse bajo el actual modelo totalitario, y ellos no resisten la más mínima apertura política sin perder el control del poder. Su comprometida estabilidad está armada sobre la base del subsidio venezolano, el que cada día se torna más inseguro por la creciente pérdida de popularidad del presidente Hugo Chávez y el desgaste de su proyecto dictatorial, cuyas señales apuntan a que perderá las próximas elecciones presidenciales de 2012.

Lo anterior se comprueba observando que la élite política ha frenado los planificados despidos, también el anunciado cierre de las empresas no rentables, y resultan mínimos los productos eliminados hasta ahora de la cartilla de racionamiento. La lectura de esas vacilaciones de la cúpula gobernante es que por mucho temor que les despierte el resultado de sus drásticas medidas, no tienen opción, están obligados a implementarlas dado el insalvable nivel de su quiebra. El pueblo tampoco tiene alternativa, inmerso en su profunda miseria tendrá que responder como el gato una vez que el perro lo acorrala.

Hay quienes piensan que la actual crisis interna es comparable a la de los años 90, cuando el régimen encontró paliativos que le ayudaron a salir del fondo en el que cayó. Eso es falso. En aquel momento tuvieron la opción de beneficiarse de la inversión extranjera, abrirse al turismo, permitir la circulación del dólar, estimular las remesas familiares y autorizar los negocios privados; alternativas que aportaron liquidez fresca y considerable a las arcas del Estado. Esas maniobras facilitaron, además, el desarrollo y consolidación del mercado negro y su rol en la supervivencia del pueblo.

En la actualidad la inversión extranjera está seriamente comprometida por el enorme endeudamiento de la nación y la ruptura de reglas básicas, como el incumplimiento en los pagos de los compromisos contraídos con el empresariado extranjero y el injustificable congelamiento de parte del dinero depositado por esos empresarios en los bancos cubanos. El turismo ha crecido en el número de visitantes pero decrece en las ganancias que reporta, principalmente por la pésima competitividad de sus servicios. Las remesas y el propio turismo han sido sensiblemente afectados por la medida draconiana de imponer al dólar un gravamen que desestimula el envío de dinero a la Isla y encarece los precios a los turistas. Qué decir del abismo generado en la economía por la dualidad de monedas, problema al que no se le avizora posibilidad de solución en el corto o mediano plazo. Termina de ensombrecer el cuadro la espeluznante carencia de liquidez de ambas monedas, las divisas convertibles y también el peso cubano, de este último circulan miles de millones entre la población sin retorno al Estado, por la depauperación en la oferta de los productos y servicios estatales.

Un aparte merece la actual legalización de los negocios privados, que algunos politólogos consideran como apertura y hasta le encuentran parecido a las exitosas reformas económicas aplicadas en China y Vietnam, lo que resulta una valoración ingenua y equivocada.

Los modelos de capitalismo de Estado introducidos por las referidas naciones asiáticas, se debieron primero a un cambio en la mentalidad política de sus clases dirigentes, que facilitó la posterior apertura económica. En China fue Deng Xiaoping el que condujo las reformas a finales de los años 70, y comenzó por ir liberando la economía y asumir la filosofía de que enriquecerse es glorioso. En el caso de Vietnam el despegue empezó tras alejarse de los esquemas de economía marxista, luego del Sexto Congreso del Partido en 1986, cuando decidieron, además, el retiro forzoso de los cuadros de mayor edad que se resistían a los novedosos cambios.

En Cuba la supuesta reforma económica la lideran los mismos ancianos que con su mentalidad retrógrada han hundido al país en la miseria, y no ocultan su intensión de combatir la creación de riquezas a manos del emergente empresariado privado. Tampoco dirigen los cambios al control de la economía por el mercado, sino que apuestan por mayor planificación y control estatal, cuestión que representa una radicalización del centralismo económico.

Entre las contradicciones insuperables de las actuales medidas económicas destacan, la inexistencia de una infraestructura mayorista que suministre las materias primas, y los comerciantes solo pueden abastecerse de la red minorista a precios exorbitantes en divisas. Los impuestos estipulados para la legalización de los negocios son leoninos, sobrepasan el 60% de las ganancias brutas, y no dan margen a que se consolide una red de negocios independientes. Los cambios económicos no se acompañan de una legislación jurídica que respalde el libre ejercicio de las actividades privadas. Aunque está planificado expulsar de sus trabajos al 25% de la fuerza laboral, el Gobierno asegura que harán todo lo posible por desestimular la contratación de mano de obra, aplicando un impuesto progresivo en la medida que sea mayor el número de trabajadores contratados por los comerciantes.

Constituyen otros serios obstáculos la grave descapitalización de la sociedad y el aplastante impacto de la incontrolable burocracia estatal, que con su dinámica viciosa se fortalece parapetada en la parálisis de las iniciativas de cambios. También influye que el Estado no cuenta con disponibilidad de abrir bancos de créditos para financiar los préstamos que necesitan la mayoría de los que pretenden aventurarse a montar negocios privados.

El desastre económico del régimen es tal que, a pesar de ser una nación netamente agrícola, importa cerca del 80% de los productos agroalimentarios que se consumen en el país, por los que desembolsa anualmente alrededor de 1.500 millones de dólares. Esta situación ocurre en una época donde se han disparado los precios de los alimentos en el mercado mundial, y los pronósticos no indican que bajarán en el futuro inmediato.

La luz al final del túnel para el saneamiento económico depende concretamente del éxito en la reforma de la agricultura. Los hermanos Castro han dejado claro que no aplicarán el único esquema con resultados positivos en medio de la inoperante centralización económica, el campesinado libre. En vez de apostar por entregar la tierra en propiedad a las personas que deseen hacerlas producir y liberalizar las actividades agrícolas, como funciona la agricultura en los demás países, prefieren insistir en el fracasado modelo del usufructo, o sea, otorgar parcelas de tierras ociosas manteniendo la titularidad estatal y sin abrirse al juego libre de la producción, distribución y comercialización. Algo nada estimulante.

La chispa que encendió las actuales revueltas populares en la región árabe del norte africano se relaciona con uno de los habituales atropellos de la policía contra un desesperado comerciante de poca monta. De ese incidente aparentemente insignificante surgió la reacción en cadena que ya lleva dos regímenes dictatoriales derrocados y amenaza con la caída de otros. En Cuba la pólvora está regada por todo el territorio nacional y cualquier evento fortuito puede convertirse en detonante. Solo basta interpretar el significado de acontecimientos recientes, como la manifestación que protagonizaron decenas de jóvenes en un cine de Santa Clara, la huelga durante varios días de los cocheros en Guantánamo, el paro de los trabajadores del coloso azucarero Urbano Noris en Holguín, las manifestaciones populares desatadas por desalojos en Santiago de Cuba y Guantánamo, o la protesta callejera de vecinos en Punta Brava por la deprimente situación con el abasto de agua.

Soplan fuertes vientos democratizadores impulsados por la modernidad. La humanidad vive una nueva era revolucionaria donde prevalece el despertar de los pueblos ungido por los valores democráticos que propugna la cultura occidental. La sociedad cubana no está desconectada de la globalización que hoy define la convivencia de las naciones. Igual que la tunecina, la egipcia, la libia o iraní ya apesta demasiado la dictadura de los Castro. Más temprano que tarde la influencia de la ola libertaria del mundo árabe arrastrará a los cubanos a reclamar masivamente en las calles el cambio de régimen, libertad, aperturas democráticas y prosperidad. Absolutamente, no hay diferencias.

© cubaencuentro

16 Comentarios


16 by fuerteyclaro (Usuario no autenticado) 19/03/2011 3:20

¿Asi que Darsy Ferrer es parte de eso que quieren llamar la oposición pacifica? Entonces este paralelo que establece, invocando una revuelta popular ¿Sera un desliz ingenuo? O será que el gobierno cubano tiene la razón cuando dice que estos son unos taimados? Quizás sea el mismo desliz que cometió Paya cuando desde su cubil pacifista aplaudió el golpe de estado violento en Venezuela . Son demasiado contradictorios estos personajes que pretenden una sociedad civil contestataria al gobierno cubano. Por ello entre otras muchas razones es que nadie les respeta. Es por estas cosas que no tienen poder de convocatoria alguna. Darsy escribe lo que se espera que sea aceptado en Miami, que es de donde viene la plata. Si no fuera así como pudiera explicarse semejante pifia ¿nadie en su entorno pudo alertarlo del disparate? ¿Nadie en el Herald fue capaz de reflexionar con él?

15 by Sylvia Valls 07/03/2011 4:01

Me gustó mucho este artículo... y coincidimos en que el ejército podría ser el punto de apoyo para que se pueda llegar a un cambio pacífico, sin un brote de violencia demasiado sangriento. El panorama que pinta sin embargo es bastante ominoso a menos de que se pueda convencer a estos "ancianos retrógradas" de hacer lo que también sabemos es necesario lograr: liberar al campesinado, desmilitarizar la agricultura, incrementar el régimen de la propriedad privada pequeña en combinación con el incremento de áreas comunales (no militarizadas sino propiedad comunal de las localidades). Tampoco hay que caer en los vicios capitalistas que están hundiendo al mundo sino apoyar la prosperidad comunal y local por medio ante todo de una producción agrícola sana, variada tanto en el campo como en la ciudad... todo aquello con lo cual la estúpida noción de los "mercados autorregulados" acabó: el empobrecimiento del campesinado mundial fue de la mano con el auge del comercio mercantilista primero y después con la creación de mercados de trabajo nacionales orientados hacia la conversión de la tierra, del trabajo y del dinero en mercancía. La historia de cómo se arruina a la humanidad en cuestión de unas pocas generaciones está en un libro que por fin llego a estudiar con pasión: La gran transformación, de Karl Polanyi. Más sobre estos asuntos en www.institusimoneweil.net y www.mama-doc.com Esto lo escribe una anciana no retrógrada... Ser retrógrado claro que no depende de la edad... También hay jóvenes retrógrados... ¡ni hablar!

14 by ROMBO PAntado (Usuario no autenticado) 01/03/2011 4:01

Para el # 9 . no somoa lo quedises, muchos cubanos murieron por la libertad. y muchos perdieron su vida tras las prisiones cubanas, son mas de 35198 Ese es minumero de preso y soy delos primeros, Sobre vivir a los que mueren por nuestra causa es una forma de morir lentamente es preferible preceder.

13 by Mabuya (Usuario no autenticado) 26/02/2011 3:01

Me temo que la escritora, que me merece mucho respecto, está tomando los deseos por realidad. No hay razon para que las protestas del medio oriente provoquen un cambio en Cuba, cuando la mayoria de los cubanos en la isla ni se enteran ni les importa lo que pasa en esos lugares. Las noticias que se dan al respecto son manipuladas y pocas, y para el cubano comun y corriente (no tan educado como quisieramos) son una historia mas de las muchas que no les atañen. Por otro lado, no pienso que los cambios economicos actuales en Cuba sean algo nuevo y menos aun causa de rebelion. No es la primera vez que se restringe el acceso de los cubanos a los medios de subsistencia. El cierre del mercado campesino y el infame "periodo especial en tiempos de paz" son ejemplos de esto, y no hubo mas rebelion que el Maleconazo, que rapidamente se disolvió al surgir la posibilidad de emigrar sin restricciones. Decir que el mercado negro es un signo de resistencia politica es un poco exagerado. El mercado negro es robo y especulacion, imprescindibles en una situacion de emergencia, pero no una forma de resistencia politica. La mayoria de los revendedores son tan abusadores como el gobierno y se aprovechan de la necesidad del pueblo. Desde mi punto de vista, el pueblo cubano realmente se ha convertido en cobarde. Antes no lo era y despues no lo será, pero en los ultimos años ha dado muestras de cobardia, la mayor de las cuales es no apoyar la lucha de los pocos disidentes internos que se atreven a reclamar nuestros derechos, entre los que se incluye lhonrosamente a la autora del articulo, y mirar hacia otro lado cuando los reprimen.

12 by PolO Avilés (Usuario no autenticado) 26/02/2011 2:40

Dr.Ferrer atribuye al Mercado Negro propiedades analgésicas, pero siguiendo ese razonamiento hay que notar que en los países del Maghreb hay economías de mercado y cualquiera puede producir o vender; así esto sería un calmante mucho más fuerte que la "resolvedera" cubiche. Otro punto que destaca es el menguante apoyo chavista (léase petróleo), pero tampoco esto se sustenta viendo que Libia es una nación petrolera, no necesita que alguien le dé crudo, y sin embargo se produjo la insurrección. También muestra que los norafricanos soportaron dictaduras por "décadas", obscureciendo el hecho de que en la isla la tiranía dura medio siglo, casi el doble que las satrapías recientemente derrocadas. Más: Ignora que en esos países la gente puede viajar al extranjero libremente, así la emigración como válvula de escape a las tensiones es más fácil que en la Cuba de las Tarjetas Blancas, balseros y coyotes. Sobre las similitudes culturales, donde el autor resalta el vínculo geográfico-cultural Cuba-USA, ignorando que los países norafricanos tienen muchas más cosas en común, tanto que en su conjunto se conocen como magrebíes (o región del Mahgreb), compartiendo el mismo idioma (árabe) y religión (Islam); y alianzas tribales y de clanes que se extienden y entremezclan más allá de las fronteras. ------------------------------------------ La respuesta a la pregunta: Por qué ellos SÍ, y nosotros NO; sigue sepultada -e ignorada, por incómoda- bajo la costra de mitos que erróneamente preferimos creer para justificar -o explicar- nuestro fracaso permanente como nación.

11 by Almaria Monte (Usuario no autenticado) 26/02/2011 2:21

El articulo esta muy bueno, lo voy a copiar para enviarselos a mis amigos en Cuba. La protesta virtual de Cubanos virtuales es nuestra mas moderna arma de informacion. Miles de personas se informan e informan gracias a esta herramienta virtual.

10 by Fernando Mesa (Usuario no autenticado) 26/02/2011 2:21

De acuerdo con el artículo y con el comentario que dice que el mismo está escrito de manera clara y directa. Gracias.

9 by El castrismo es inmovible (Usuario no autenticado) 26/02/2011 2:01

Cuba no cambiará. Todo seguirá igual, porque los cubanos tenemos alma de esclavos. Somos, todos, unos pusilánimes. Cuba seguirá, por los siglos de los siglos, de mal en peor, pero NUNCA se enfrentará a la dictadura. Somos el pueblo más pusilanime del mundo. Y no somos capaces de ser diferentes. Sí, es genético. Somos viles, miserables, vergüenza da decir que se es cubano. Nos merecemos muchas generaciones de los Castro. Lo que estoy seguro que va a suceder. Ahora, sigue Fidel. Luego, cuando muera, lo continuará Raúl. Luego, su hijo. Posteriormente, sus nietos. En pocas palabras, aquello no se caertá JAMÁS.

8 by g.zaldívar (Usuario no autenticado) 24/02/2011 12:00

Considero que es un excelente artículo, extenso, claro, sin mucha riqueza de lenguaje para que todos podamos entenderlo, es un reflejo de la existencia real en Cuba. Es duro pensar que en la Isla pueda suceder algo como ha sucedido recientemente en otros países para rebocar un gobierno dictatorial de tantos años, pero es el camino de estos tiempos, ya los cubanos no pueden sufrir más, necesitan ser libres y tener los derechos civiles que les fueron arrancados hace 50 años, basta ya de tantas familias deshechas, de tanta hambre y miseria, de tanta frustración. Felicidades por el Artículo

7 by Roberto Alba (Usuario no autenticado) 24/02/2011 6:20

Excelente articulo.

6 by Rolando Arco (Usuario no autenticado) 24/02/2011 6:02

Buen articulo. Pero no olvidemos el largo historial de lucha cubano contra el castrismo, empezando por las organizaciones como el MRR que surgieron apenas unos meses despues de enero 59, los heroicos campesinos del Escambray que lucharon hasta 1968, mucho despues que la CIA y el exilio dejara de ayudarles, y el largo historial de disidencia desde los 60 hasta los disidentes de hoy.

5 by Esopo (Usuario no autenticado) 24/02/2011 6:01

Darsi si tu y/o otros disidentes del interior de Cuba convocan una protesta en cualquier lugar de la isla, sin dudas, tendrán toda mi solidaridad, como cuando la huelga de hambre de Fariñas o cuando tuviste en prisión, pero lo que nadie va lograr de mi es que me solidarice con una protesta virtual de cubanos virtuales convocada desde Europa o cualquir lugar del universo, por el contrario tendrán toda mi oposición.

4 by Rene M Grave de Peralta (Usuario no autenticado) 24/02/2011 6:01

Que Dios te oiga.

3 by el jigue del marañon (Usuario no autenticado) 24/02/2011 6:01

DE ACUERDO CON SU ARTICULO HASTA EN LOS PUNTOS Y LAS COMAS , CREO NO HAY NADA MAS QUE AGREGAR ,. FELICIDADES.

2 by El Gusano Cojuelo (Usuario no autenticado) 24/02/2011 6:01

Absolutamente de acuerdo, el gobierno Cubano de hoy tiene como unica carta a la mano para ejercer el control el miedo infundido de que ejercera con mano de hierro y violencia contra aquel que se oponga, y ese sera su gran error pues violencia genera violencia y ninguna otra cosa, la sociedad Cubana de hoy es una carga esplosiva que solo necesita que alguien de una u otra forma encienda y pienso que a como estan las cosas hasta un acontecimiento fortuito podria ser el detonante, un saludo amigo Darsi.

1 by Elido Antonio Castilla (Usuario no autenticado) 24/02/2011 5:40

Abajo los Castros" y sus seguidores!! Cuba sera libre de esos asesinos,y a 90 millas de USA llegara a ser una isla como debio ser.

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