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Actualizado: 27/03/2024 22:30

Reclamaciones, Cuba, Estados Unidos

El otro diferendo

Las sentencias de los tribunales cubanos están en pie de igualdad con las reclamaciones certificadas de FCSC y los fallos de tribunales estadounidenses contra el gobierno de Cuba

Nada más que se resolvió el problema menos agudo del diferendo Cuba-USA: el restablecimiento de relaciones diplomáticas, salió al ruedo el problema sustantivo de las reclamaciones de ciudadanos y empresas estadounidenses contra el gobierno de Cuba por haber sido expropiados.

La Comisión de EEUU para la Solución de Reclamaciones al Extranjero (FCSC, por sus siglas en inglés) tiene una larga lista de reclamaciones certificadas que sumarían más de $20 mil millones por aplicación del interés compuesto durante más de medio siglo. Fuera del juego quedan los exiliados que, siendo ciudadanos cubanos, fueron expropiados por el gobierno castrista, pero la judicatura de EEUU ha convalidado demandas civiles como la adjudicación de $2.8 mil millones, por la jueza Beatriz Butchkoa, a los hermanos Gustavo y Alfredo Villoldo, en virtud de daños humanos y materiales causados a su familia por el Gobierno Revolucionario en 1959.

Hasta la USAID ha metido las narices en cómo resolver el problema y la solución propuesta es una suerte de arancel o recargo a las exportaciones de Cuba a EEUU y viceversa, pero la base prosigue siendo el levantamiento del embargo conforme a los términos de la Ley Helms-Burton (1996). Así tendríamos no solo que la élite gobernante actual entregue el poder, sino también que la presunta democracia sucesora tendría que arrear con la carga de pagar las reclamaciones de EEUU.

Fuego cruzado

Desde la reunión secreta en Atlanta, el 8 de agosto de 1978, entre funcionarios de la administración Carter (liderados por David Newson y David Aaron) y el enviado de Castro, José Luis Padrón, la pretensión de que las empresas y ciudadanos de EEUU fueran compensados se topó con que Cuba pasaría factura por los daños del bloqueo/embargo y otras agresiones.

Tras adjudicar el juez James Lawrence King casi $188 millones a los familiares de los tres ciudadanos americanos víctimas del derribo de dos avionetas de Hermanos al Rescate, Castro y su intelectualidad jurídica tuvieron la ocurrencia de que el pueblo de Cuba fuera juez y parte. Ante sus propios tribunales, que imparten justicia en nombre del pueblo de Cuba, el pueblo de Cuba demandó al gobierno de EEUU por daños humanos —3.478 muertos y 2.099 incapacitados— y exigió $181,1 mil millones, con la nota de que “si hubiésemos establecido la misma base de cálculo del juez King, nuestra reclamación ascendería a $217.5 mil millones”.

El 2 de noviembre de 1999 se declaró con lugar la demanda y como el gobierno de EEUU. se abstuvo de apelar, la sentencia se hizo firme, esto es: se puede ejecutar contra los activos del gobierno de EEUU. Igual ocurre con otro fallo judicial, de 5 de mayo de 2000, que condenó al gobierno de EEUU a pagar $121 mil millones por los daños y perjuicios económicos del bloqueo/embargo y las acciones encubiertas.

Así, la factura anunciada por Padrón en 1978 asciende por lo menos a $302,1 mil millones judicialmente convalidados, sin contar con que la actualización periódica de los daños económicos atribuidos al bloqueo/embargo, llevada por el gobierno de Cuba con rigor contable inédito en las empresas socialistas, sumaba en marzo de 2014 más de un billón (en buen romance: un millón de millones) de dólares.

Noción de soberanía

Todos los estudiosos de cómo se pagaran las reclamaciones certificadas por la FCSC y los papeleos arremolinados en torno al asunto tienen que empezar por que el castrismo tardío no se vendrá abajo por efecto de la Ley Helms-Burton y seguirá plantado el “diálogo respetuoso, basado en la igualdad soberana”, que Raúl Castro sentó en su alocución del Día de San Lázaro.

Así, las sentencias de los tribunales cubanos están en pie de igualdad con las reclamaciones certificadas de FCSC y los fallos de tribunales estadounidenses contra el gobierno de Cuba. El saldo es tan favorable a Cuba que la solución más probable sería borrón y cuenta nueva.

© cubaencuentro

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